Otelo: Responsabilidad...

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    Otelo: Responsabilidad penal de sus protagonistas    
   

Por Marta Gutiérrez[1]

   
   

 

  inicio
   

I. Introducción

a)     Planteo del Problema:

El objeto de esta tesina es realizar el análisis de la responsabilidad penal que le compete a Yago y Otelo, protagonistas principales de la magistral Tragedia de William Shakespeare titulada  “Otelo”.

Me atrevo a llevar a cabo esta tarea porque considero que el autor ofrece en su obra suficientes elementos, tanto de índole narrativos, como así también  psicológicos y descriptivos, que me permiten ahondar, sin mayores inconvenientes, en la dinámica de esta Tragedia, y evaluar, de esta manera, si se dan o no los presupuestos necesarios para imputar a sus protagonistas la comisión de un hecho delictivo y, llegado el caso, su eventual responsabilidad penal.

Por las razones expuestas, me propongo con este estudio responder a los siguientes interrogantes:

§               Respecto a Otelo;

-         ¿Se lo puede considerarlo imputable y atribuirle la comisión del homicidio agravado de su mujer Desdémona?

-         ¿En el momento del hecho, se encontraban alteradas sus facultades mentales?

-         ¿Cuál es el encuadre legal de su conducta?

§              Respecto a Yago;

-         ¿Puede considerárselo imputable y hacerlo penalmente responsable del crimen de Desdémona?

-         Si fuese capaz de culpabilidad ¿Podría considerárselo instigador o autor mediato del homicidio?

-         ¿Se puede esgrimir alteración morbosa de sus facultades mentales basadas en un estado psicopático?

-         ¿Cuál es el encuadre legal de su conducta?

 

b)     Estudio comparativo de diversas traducciones

Para arribar a buen destino en el desarrollo de estos interrogantes es de insoslayable importancia destacar con precisión los momentos claves de la obra, y para ello es menester tener en cuenta los hechos tal como los narrara el autor en su época.

Debido a lo expuesto y procurando, asimismo, realizar una clara exposición de los hechos, he comenzado este trabajo confeccionando tres cuadros sinópticos que versan; el primero, sobre los episodios de la tragedia de donde surgen los detonantes que conducen al homicidio de Desdémona por parte de Otelo; el segundo, describe la personalidad del moro; y el último describe el modo en que Yago tramó la tragedia y  las características de su personalidad.

Pero como esta es una tragedia escrita en lengua inglesa, y que además cuenta con  infinidad de traducciones, elaboré dichos cuadros comparando en especial dos traducciones, a las cuales agregué los mismos párrafos en el idioma de origen. [2]

A todo esto considero interesante traer a colación el extracto del  libro “Diálogos Sabato- Borges” compaginado por Barone, que trata, entre otras cosas, el tema de las traducciones:

Sabato: “... En rigor, cualquier traducción es falsa, no hay equivalentes exactos.”

Borges: “Eso es culpa de los diccionarios, que han hecho creer que hay equivalentes y no los hay. Y también de los traductores que no comprenden que no es lo mismo traducir una obra de la que han transcurrido centenares de años y otra contemporánea...”

Sabato: “... Creo, Borges, que ni siquiera podría decirse que se puede pasar del castellano al castellano: desde el momento en que el primer conquistador pisó América la palabra “llanura” tuvo otro significado que en España.”

Borges: “Por supuesto, es lo mismo que pasa con el inglés y el americano.”

Sabato: “Bernard Shaw dijo: “Una lengua común nos separa”. Un aforismo casi hegeliano.”

Continuando con la metodología adoptada en este trabajo, y tras el análisis, tanto jurídico como psiquiátrico, de institutos penales (imputabilidad, autoría mediata, instigación) y figuras patológicas (psicosis, personalidades anormales), he finalizado cada tema agregando jurisprudencia.

 

c)     Hechos

Esta historia transcurre en Venecia y en su mayor parte en la isla de Chipre. El protagonista es un general moro al servicio de la República de Venecia que con el relato de su vida y de sus hazañas guerreras enamora a Desdémona con quien se casa a escondidas.

El envidioso Yago, uno de los alféreces del moro, impulsado por el odio que le ha despertado la designación de Cassio y no de él como teniente, por ende mano derecha del moro, y la sospecha de que Otelo a enamorado a su mujer Emilia, trata de provocar los celos de Otelo, haciéndole creer que su mujer le es infiel con Cassio, uno de los más leales oficiales. Todo esto lo lleva al moro a enloquecer de celos y tratar por todo los medios de encontrar pruebas que lo respalden. Finalmente, Otelo le da muerte en su lecho a Desdémona estrangulándola. Entonces aparece Emilia, esposa de Yago, y descubre todas las malvadas intrigas de su marido. Al ver que ha dado muerte injustamente a su inocente esposa, Otelo se suicida después de herir ha Yago, el cual es entregado a la justicia de su enemigo Cassio, que acaba de ser nombrado gobernador y que manda le hagan sufrir los más duros tormentos.

Los mayores aciertos de esta tragedia de 5 actos fechada en 1604, están constituidos por la descripción de los estragos de la pasión en Otelo, al que los celos transforman en un personaje cruel y vengativo; y por las inteligentes  maquinaciones e intrigas por medio de las cuales Yago lleva a delante sus objetivos.

 

d)      Cuadro I: Episodios de la tragedia de donde surgen los detonantes que conducen al homicidio de Desdémona por parte de Otelo.

 

BURÓ EDITOR

COLECCIÓN FONTANA

 

OTHELLO (Versión en Inglés)

Acto Primero. Escena II.

 

Acto Primero. Escena II.

 

Acto Primero. Escena II.

 

Otelo.- “... Porque sabe, Yago, que sin el amor que profeso a la gentil Desdémona, no quisiera por todos los tesoros del mar trazar límites fijos y estrechos a mi condición libre y errante...”

(Pág 17)

 

 

 

 

Otelo.-“... A fe mía, Yago, que si no fuera por mi amor a Desdémona no me hubiera yo sometido, siendo de tan soberbia condición, al servicio de la República, aunque me dieran todo el oro de la otra parte de los mares...” (Pág 28)

 

 

 

Othello.- “... As this that I have reach'd: for know, Iago, But that I love the gentle Desdemona, I would not my unhoused free condition.  Put into circumscription and confine For the sea's worth... ”

Brabancio.- “... Condenado como eres, has debido hechizarla, pues me remito a todo ser de sentido, si a no estar cautiva en cadenas de magia, es posible que una virgen tan tierna, tan bella y tan dichosa, tan opuesta al matrimonio, que esquivó los más ricos y apuestos galanes de nuestra nación, hubiera incurrido nunca en la mofa general, escapando de la tutela paterna para ir a refugiarse en el seno renegrido de un ser tal como tú, hecho para inspirar temor y no deleite...” (Pág 19)

 

Brabancio.- “... Porque si no la hubieras hechizado con artes diabólicas; ¿cómo sería posible que una niña tan hermosa y tan querida y tan sosegada, que ha despreciado los más ventajosos casamientos de la ciudad, hubiera abandonado la casa de su padre, atropellando mis canas y su honra y siendo ludibrio universal para ir a entregarse a un asqueroso monstruo como tú, afrenta del linaje humano, y cuya vista no produce deleite sino horror?...”. (Pág 30)

 

Brabantio.- “... Damn'd as thou art, thou hast enchanted her; For I'll refer me to all things of sense, If she in chains of magic were not bound, Whether a maid so tender, fair and happy, So opposite to marriage that she shunned. The wealthy curled darlings of our nation, Would ever have, to incur a general mock, Run from her guardage to the sooty bosom Of such a thing as thou, to fear, not to delight...”

 

 

Acto Primero. Escena III.

 

 

Acto Primero. Escena III.

 

 

Acto Primero. Escena III.

Brabancio.- “Vela por ella, moro, si tienes ojos para ver. Ha engañado a su padre y puede engañarte a ti.” (Pág 26)

 

Brabancio.- “Moro, guárdala bien, porque engañó a su padre y puede engañarte a ti .” (Pág 38)

 

 

 

 

Brabantio.- “Look to her, Moor, if thou hast eyes to see: She has deceived her father, and may thee.”

 

 

Otelo .- “¡ Mi vida en prenda de su fe!...” (Pág 26)

 

Otelo.- “¡Con mi vida respondo de su fidelidad!...” (Pág 38)

 

Othello.- “My life upon her faith!...”

Yago.- “... Odio al moro; y se dice por ahí que ha hecho mi oficio entre mis sábanas. No sé si es cierto; pero yo, por una simple sospecha de esa especie, obraré como si fuera segura. Tiene una buena opinión de mi; tanto mejor para que mis maquinaciones surtan efecto en él. Cassio es un hombre arrogante... Veamos un poco... Para conseguir su puesto y dar libre vuelo a mi venganza por una boble bellaquería... ¿Cómo? ¿Cómo?... Veamos... El medio consiste en engañar después de algún tiempo los oídos de Otelo, susurrándole que Cassio es demasiado afable con su mujer. Cassio tiene  una personalidad y unas maneras agradables para infundir sospechas; tallado para perder a las mujeres...” (Pág 28)

 

 

Yago.- “... Pero aborrezco al moro, porque se susurra que enamoró a mi mujer. No sé si es verdad, pero tengo sospechas, y me bastan como si fuera verdad averiguada. Él me estima mucho: así podré engañarle mejor. Casio es apuesto mancebo. ¡Que bien me valdría su empleo!. Así mataría dos pájaros a la vez. ¿Qué haré? Yo he de pensarlo despacio. Dejaré correr algún tiempo, y luego me insinuaré en el ánimo de Otelo, haciéndole entender que es muy sospechosa la amistad de Casio con su mujer. Las apariencias suyas son propias para seducir a las hembras...” (Pág 40)

Iago.- “...But for my sport and profit. I hate the Moor: And it is thought abroad, that 'twixt my sheets He has done my office: I know not if't be true; But I, for mere suspicion in that kind, Will do as if for surety. He holds me well; The better shall my purpose work on him. Cassio's a proper man: let me see now: To get his place and to plume up my will In double knavery--How, how? Let's see:- After some time, to abuse Othello's ear That he is too familiar with his wife. He hath a person and a smooth dispose To be suspected, framed to make women false...”

Acto Segundo. Escena I.

 

Acto Segundo. Escena I.

 

 

Acto Segundo. Escena I.

 

Yago.- “... Pues abrigo la sospecha que el lascivo moro ha ocupado mi puesto, sospecha que, como un veneno mineral, me roe las entrañas, y nada podrá contentar mi alma hasta que liquide cuenta con él, esposa por esposa; o si no puedo, hasta que haya arrojado al moro en tan violentos celos, que el buen sentido no pueda curarle...”

“... Quiero que el moro me de las gracias, me ame y me recompense por haber hecho de él un asno insigne, y turbado su paz y quietud hasta volverle loco...” (Pág. 36)

 

Yago.- “... porque tengo sospechas  de que el antojadizo moro merodeó en otro tiempo por mi jardín. Y de tal manera me conmueve y devora esta sospecha, que no quedaré contento hasta verme vengado. Mujer por mujer; y si esto no consigo, he de transtornar el seso del moro con celos matadores...” “... Con esto lograré  que Otelo me tenga por  buen amigo suyo y me agradezca y premie con liberal mano por haberle hecho hacer papel de bestia, enloqueciéndole y privándole de sosiego...” (Pág. 49)

 

 

 

Iago.- “...For that I do suspect the lusty Moor  Hath leap'd into my seat; the thought whereof

Doth, like a poisonous mineral, gnaw my inwards; And nothing can or shall content my soul

Till I am even'd with him, wife for wife, Or failing so, yet that I put the Moor  At least into a jealousy so strong  That judgment cannot cure...”

“... Make the Moor thank me, love me and reward me.

For making him egregiously an ass And practising upon his peace and quiet...”

 

 

Acto Tercero. Escena III.

 

 

Acto Tercero. Escena III.

 

 

 

Acto Tercero. Escena III.

 

Otelo.- “... ¿Crees que habría una vida de celos, cambiando siempre de sospechas a cada fase de la luna? No; una vez que se duda, el estado del alma queda fijo irrevocablemente. Cámbiame por un macho cabrío el día que entregue mi alma a sospechas vagas y en el aire, semejantes a las que sugiere tu insinuación.

No me convertiré en celoso porque se me diga que mi mujer es bella...  Donde hay virtud estas cualidades son más virtuosas. Ni la insignificancia de mis propios méritos me hará concebir el menor temor o duda sobre su infidelidad, pues ella tenía ojos y me eligió. No, Yago, será menester que vea, antes de dudar; cuando dude, he de adquirir la prueba; y, adquirida que sea, no hay sino lo siguiente... : dar en el acto un adiós al amor y a los celos.” (Pág. 53)

 

 

 

 

Otelo.- “... ¿Imaginas que he de pasar la vida entre sospechas y temores, cambiando de rostro como la luna? No: la duda y la resolución sólo pueden durar en mi un momento, y si alguna vez hallares que me detengo en la sospecha y que no la apuro, llámame imbécil. Yo no me encelo si me dicen que mi mujer es hermosa...  Si su virtud es sincera, brillará así. Tampoco he llegado a dudar nunca de su amor. Ojos tenía ella y entendimiento para escoger. Yago, para dudar necesito pruebas, y así que las adquiera acabaré con el amor o con los celos.” (Pág. 69)

Othello.- “... Think'st thou I'ld make a lie of jealousy, To follow still the changes of the moon With fresh suspicions? No; to be once in doubt  Is once to be resolved: exchange me for a goat,  When I shall turn the business of my soul  To such exsufflicate and blown surmises,

Matching thy inference. 'Tis not to make me jealous

To say my wife is fair...  Where virtue is, these are more virtuous:

Nor from mine own weak merits will I draw  The smallest fear or doubt of her revolt;  For she had eyes, and chose me. No, Iago;

I'll see before I doubt; when I doubt, prove;  And on the proof, there is no more but this,--

Away at once with love or jealousy.”

 

Yago.- “... Vigiladla. Conozco bien el carácter de nuestro país; en Venecia, las mujeres dejan ver al cielo las tretas que no se atreven a mostrar a sus maridos. Toda su conciencia estriba, no en no hacer, sino en tener oculto.” (Pág. 53)

 

 

 

Yago.- “... Las venecianas sólo confían a Dios el secreto y  saben ocultárselo al marido. No consiste su virtud en no pecar, sino en esconder el pecado.” (Pág. 70)

Iago.- “... I know our country disposition well; In Venice they do let heaven see the pranks

They dare not show their husbands; their best conscience

Is not to leave't undone, but keep't unknown.”

 

Yago.- “Engañó a su padre, casándose con vos; y cuando parecía estremecerse y tener miedo a vuestras miradas, fue entonces cuando las apetecía más.” (Pág. 54)

 

 

 

Yago.- “A su padre engaño por amor tuyo, y cuando fingía mayor esquivez era cuando más te amaba” (Pág. 70)

 

Iago.-She did deceive her father, marrying you;

And when she seem'd to shake and fear your looks,

She loved them most.”

 

Yago.- “Sacad entonces la conclusión. La que tan joven pudo disimular hasta el punto de tener los ojos de su padre tan estrechamente cerrados como la madera del roble, tan cerrados, que él lo tomó por cosa de magia... “ (Pág. 54)

 

 

 

Yago.- “Pues la que tan bien supo fingir, hasta engañar a su padre, que no podía explicarse vuestro amor sino como obra de hechicería... “ (Pág. 70)

Iago.-Why, go to then;

She that, so young, could give out such a seeming,  To seal her father's eyes up close as oak-

He thought 'twas witchcraft...”

Yago.- “... Voy a extraviar este pañuelo en la habitación de Cassio y a dejarle que lo encuentre. Bagatelas tan ligeras como el aire son para los celosos pruebas poderosas como las afirmaciones de la sagrada Escritura. Esto puede acarrear algo el moro se altera ya bajo el influjo de mi veneno...” (Pág. 56)

 

 

 

Yago.- “... Voy a tirar este pañuelo en el aposento de Casio, para que allí lo encuentre Otelo. La sombra más vana, la más ligera sospecha son para un celoso irrecusables pruebas. Ya comienza a hacer su efecto el veneno...” (Pág. 73)

Iago.- “...I will in Cassio's lodging lose this napkin,  And let him find it. Trifles light as air   Are to the jealous confirmations strong  As proofs of holy writ: this may do something.

The Moor already changes with my poison...”

Otelo.- “Habría sido feliz, aun cuando el campamento entero, con gastadores y todo, hubiera gozado de su dulce cuerpo, con tal de no haber sabido nada. ¡Oh! Ahora, ¡adiós para siempre la tranquilidad del espíritu!...”

 “... ¡La carrera de Otelo ha dado fin! ”   (Pág 57)

 

 

 

Otelo.- “Yo hubiera podido ser feliz aunque los más ínfimos soldados del ejército hubiesen disfrutado de la hermosura de ella. ¡Pero haberlo sabido! ¡Adiós, paz de mi alma!...”

“...¡Adiós todo, que la gloria de Otelo se ha acabado!”   (Pág. 54)

Othello.- “I had been happy, if the general camp,  Pioners and all, had tasted her sweet body,  So I had nothing known. O, now, for ever  Farewell the tranquil mind! farewell content!...”

“...Othello's occupation's gone!”

Otelo.- “Villano , ten por seguro que me probarás que mi amada es una adúltera, tenlo por seguro; dadme la prueba ocular, o, por la salud de mi alma eterna, más te valiese haber nacido perro que tener que contestar a mi cólera en alerta.” (Pág. 57)

 

 

Otelo.- “Dame pruebas infalibles de que mi esposa es adúltera. ¿Me oyes? Quiero pruebas que entren por los ojos, y si no me las das, perro malvado, más te valiera no haber nacido que encontrarte al alcance de mi mano...” (Pág. 74)

 

 

 

 

Othello.- “Villain, be sure thou prove my love a whore,  Be sure of it; give me the ocular proof:  Or by the worth of man's eternal soul,  Thou hadst been better have been born a dog

Than answer my waked wrath!”

 

Otelo.- “Házmelo ver, o, al menos, pruébalo de tal suerte que la prueba no deje ni gozne ni perno de que pueda colgarse una duda; o ¡ay de tu vida!” (Pág. 57)

 

Otelo.- “... ¡Haz que yo lo vea, o a lo menos pruébalo de tal suerte que la duda no encuentre resquicio ni pared adonde aferrarse! Y si no, ¡ay de ti!”

(Pág. 74)

 

 

 

Othello.- “Make me to see't; or, at the least, so prove it,  That the probation bear no hinge nor loop  To hang a doubt on; or woe upon thy life!”

Otelo.- “¡Oh! ¿Por qué no ha de tener el miserable cuarenta mil vidas? ¡Una sola es demasiado pobre, demasiado débil para mi venganza! ¡Ahora veo que es verdad!... Mira aquí, Yago... ¡Todo mi amor apasionado lo soplo así al cielo! ¡Voló!... ¡Levántate, negra venganza, del fondo del infierno! ¡Cede, oh amor, tu corona y el corazón en que estabas entronizado a la tiranía del odio! ¡Hínchate, pecho, bajo la cargazón que llevas, pues se compone de lenguas de áspides!”  (Pág. 59)
 

 

 

 

Otelo.- “Ojalá tuviera él cien mil vidas, que una sola no me basta para saciar mi venganza. Mira, Yago: con mi aliento arrojo para siempre mi amor. ¡Sal de tu caverna, hórrida venganza! Amor, ¡ríndete al monstruo del odio! ¡Pecho mío, llénate de víboras!

(Pág. 77)

 

Othello.- “O, that the slave had forty thousand lives!  One is too poor, too weak for my revenge.  Now do I see 'tis true. Look here, Iago;  All my fond love thus do I blow to heaven.  'Tis gone.

Arise, black vengeance, from thy hollow cell!  Yield up, O love, thy crown and hearted throne  To tyrannous hate! Swell, bosom, with thy fraught,  For 'tis of aspics' tongues!”

 

Otelo.- “¡Yago, jamás!...

... así mis pensamientos sanguinarios, con paso violento, no volverán atrás nunca, no refluirán jamás hacia el humilde amor, basta que sean engullidos en una inmensa venganza proporcionada a la ofensa...” (Pág. 59)

 

 

 

 

 

 

Otelo.- “Nunca, Yago...

... así mis pensamientos de venganza no se detienen nunca en su sanguinaria carrera, ni los templará el amor, mientras no los devore la venganza...” (Pág. 77)

 

 

 

 

 

 

 

 

Othello.-  “Never, Iago: ...

... Even so my bloody thoughts, with violent pace,  Shall ne'er look back, ne'er ebb to humble love,  Till that a capable and wide revenge Swallow

 them up.”

 

 

 

 

 

 

  

Otelo.- “¡Sea condenada la impúdica bribona! ¡Oh, sea condenada! Vamos, ven conmigo a un lugar apartado. Quiero retirarme, a fin de buscar algunos medios de muerte rápida para la linda diablesa. Desde ahora eres mi teniente.” (Pág. 59)

 

 

 

Otelo.- “No, no: ¡vaya al infierno esa mujer carnal y lujuriosa! Voy a buscar astutamente medios de dar muerte a tan hermoso demonio. Yago, desde hoy serás mi teniente.” (Pág. 77)

Othello.- “Damn her, lewd minx! O, damn her!  Come, go with me apart; I will withdraw,  To furnish me with some swift means of death

For the fair devil. Now art thou my lieutenant.”

 

Acto Cuarto. Escena I.

 

 

Acto Cuarto. Escena I.

 

Acto Cuarto. Escena I.

Otelo.- “¡Acostado con ella! ¡Acostado encima de ella!... ¡Dormido con ella!... ¡Eso es asqueroso!... ¡El pañuelo!... ¡Confesiones!... ¡El pañuelo! ¡Que confiese y sea ahorcado por su trabajo!...  ¡Que sea ahorcado primero; y que confiese después!... ¡Tiemblo de pensarlo! ¡La naturaleza no se dejaría invadir por la sola sombra de una pasión, sin algún fundamento! ¡No son vanas palabras las que así me estremecen! ¡Puf!... ¡Sus narices, sus orejas, sus labios!... ¿Es posible?... ¡Confesión!... ¡El pañuelo!... ¡Oh demonio!...” (Cae en convulsiones)   (Pág. 66)

 

 

 

Otelo.- “¡Con ella! ¡Eso es vergonzoso, Yago! ¡El pañuelo..., confesión..., el pañuelo! ¡Confesión y horca! No, ahorcarle primero y confesarle después... Horror me da el pensarlo. Horribles presagios turban mi mente. Y no son vanas sombras, no... Oídos, labios... ¿Será verdad ...? Confesión, pañuelo...” (Cae desmayado)

(Pág. 85)

Othello.- “Lie with her! lie on her! We say lie on her, when  they belie her. Lie with her! that's fulsome.  Handkerchief... confessions...  handkerchief!... To  confess, and be hanged for his labour;... first, to be  hanged, and then to confess... I tremble at it.  Nature would not invest herself in such shadowing  passion without some instruction. It is not words  that shake me thus. Pish! Noses, ears, and lips.  ... Is't possible?... Confess... ¡handkerchief!... O devil!”

[Falls in a trance]

 

Yago.- “¡Mi señor ha caído en un ataque de epilepsia! ¡Es su segundo acceso! Tuvo otro ayer.”

 

Cassio.- “Frotadle las sienes.”

 

 

Yago.- “No, dejadle. El letargo debe seguir su curso tranquilo. Si no, va a echar espuma por la boca y a estallar inmediatamente en un acceso de locura salvaje. Mirad, se mueve...” (Pág. 66)

 

 

 

Yago.- “El general tiene un delirio convulsivo, lo mismo que ayer.”

 

Casio.- “”Frótale las sienes”

 

 

Yago.- “No, es mejor dejar que

la naturaleza obre y el delirio pase, porque si no, empezará a echar espumarajos por la boca. Ya empieza a moverse...”

 (Pág. 86)

Iago.- “My lord is fall'n into an epilepsy:  This is his second fit; he had one yesterday.”

 

Cassio.- “Rub him about the temples.”

 

Iago.- “No, forbear;  The lethargy must have his quiet course:  If not, he foams at mouth and by and by Breaks out to savage madness. Look he stirs...”

 

 

Yago.- “... Agazapaos tan sólo en algún escondite, y advertid las muecas, escarnios y notorios desdenes que residen en cada región de su semblante; pues le haré repetir su historia..., decir dónde, cómo, cuántas veces, desde cuánto tiempo, cuándo se ha visto con vuestra mujer. Os  lo digo, notad sólo sus gestos... Pero, ¡Pardiez!, paciencia, o diré que sois el frenesí en todo y por todo y que no tenéis nada de hombre.”

Otelo.- “¿Me escuchas, Yago? Verás que soy de lo más prudente en mi paciencia; (¿me oyes?) de lo más sanguinario.”(Pág. 67)

 

 

Yago.- “... Ocultaos y reparad bien sus gestos y la desdeñosa expresión de su semblante. Yo le haré contar otra vez el lugar, ocasión y modo con que triunfó de vuestra esposa. Reparad su semblante y tened paciencia, porque si no, diré que vuestra ira es loca e impropia de hombre racional.”

 

 

Otelo.- “¿Lo entiendes bien, Yago? Ahora, por muy breve tiempo, voy a hacer el papel de sufrido; luego, el de verdugo.” (Pág. 87)

Iago.- “...Do but encave yourself,

And mark the fleers, the gibes, and notable scorns,  That dwell in every region of his face;  For I will make him tell the tale anew,

Where, how, how oft, how long ago, and when  He hath, and is again to cope your wife:  I say, but mark his gesture. Marry, patience;  Or I shall say you are all in all in spleen,  And nothing of a man.”

Othello.- “Dost thou hear, Iago?  I will be found most cunning in my patience;  But—dost thou hear?--most bloody.”

 

Otelo.- “¡Quisiera estar nueve años matándole!...”

Yago.- “Vaya es menester olvidar eso.”

Otelo.- ¡Sí, que se pudra! ¡ ¡Que perezca y baje al infierno esta noche! ¡Porque no vivirá! ¡No; mi corazón se ha vuelto piedra! ¡Le golpeo, y me hiere la mano!...”  (Pág. 69)

 

Otelo.- “Nueve años seguidos quisiera estar matándola...”

Yago.- “No os acordéis de eso”

Otelo.- “Esta noche ha de bajar al infierno. No quiero que viva ni un día más...” (Pág. 90)

Othello.- “I would have him nine years a-killing...”

Iago.- “Nay, you must forget that.”

Othello.- “Ay, let her rot, and perish, and be damned to-night;

for she shall not live: no, my heart is turned to  stone; I strike it, and it hurts my hand. O, the

world hath not a sweeter creature...”

 

 

Otelo.- “¡Procúrame un veneno, Yago! Esta noche... No quiero tener explicaciones con ella, de miedo que su cuerpo y su hermosura no desarmen aún mi alma... Esta noche, Yago...”

Yago.- “No os sirváis de veneno. ¡Estranguladla en su lecho, en ese mismo lecho que ella ha mancillado!” (Pág. 70)

 

 

Otelo.- “Búscame un veneno, Yago, para esta misma noche. No quiero hablarle, no quiero que se disculpe porque me vencerán sus hechizos. Para esta misma noche Yago.”

Yago.- “ No estoy por el veneno, Mejor es que la ahoguéis sobre el mismo lecho que ha profanado.” (Pág. 91)

 

 

 

Othello.- “Get me some poison, Iago; this night: I'll not expostulate with her, lest her body and beauty  unprovide my mind again: this night, Iago.”

Iago.- “Do it not with poison, strangle her in her bed, even

the bed she ha

th contaminated.”

Otelo.- “¡Diablesa! (La golpea)

Desdémona.- “No he merecido esto.”

Ludovico.- “Mi señor, nadie creería esto en Venecia, aun cuando yo jurara que lo había visto. Es demasiado. Dadle una reparación: llora.” (Pág. 71)

 

Otelo.- “¡Aparta, demonio!

Desdémona.- “¿Tal he merecido?”

Ludovico.- “Ni con juramento lo creería nadie en Venecia. ¡Que ultraje tan brutal! ¿No veis cómo está llorando?. “ (Pág. 92)

Othello.- “(Striking her) Devil!”

Desdémona.- “I have not deserved this.”

Lodovico.- “My lord, this would not be believed in Venice,

Though I should swear I saw't: 'tis very much:  Make her amends; she weeps.”

 

 

 

 

Acto Quinto. Escena I.

 

 

 

Acto Quinto. Escena I.

 

Acto Quinto. Escena I.

Otelo.- “... ¡Favorita, vuestro amante yace muerto y vuestra hora maldita se acerca! ¡Y estoy aquí,  prostituta! ¡Quedan borrados de mi corazón esos hechizos, tus ojos! ¡Tu lecho, mancillado por la lujuria, será manchado con sangre lujuriosa!” (Pág. 82)

 

Otelo.- “... ¡Adultera mujer! Ya ha sucumbido tu amante y se acerca tu última hora. Voy a buscarte, borrando de mi corazón hasta el último recuerdo de tus hechizos y de la luz de tus ojos. Sangre de tu torpe corazón ha de purificar nuestro lecho, mancillado por ti.” (Pág. 106)

 

 

 

Otelo.- “...Minion, your dear lies dead, And your unblest fate hies: strumpet, I come. Forth of my heart those charms, thine eyes, are blotted; Thy bed, lust-stain'd, shall with lust's blood be spotted.”

 

Acto Quinto. Escena II.

 

Acto Quinto. Escena II.

 

 

Acto Quinto. Escena II.

Otelo.- “... ¡He ahí la causa!... Sin embargo, no quiero verter su sangre; ni desgarrar su piel, más blanca que la nieve y tan lisa como el alabastro de un sepulcro. Pero debe morir, o engañará a más hombres...” 

“... (Besando a Desdémona)... ¡Quédate así, cuando estés muerta, y te mataré, y acto seguido volveré a matarte! ¡Otro más! ¡El último!... ¡Nunca beso tan dulce fue tan fatal!... ¡fuerza es que llore!... Pero son lágrimas crueles. ¡Este dolor es celestial; hiere allí donde ama! -¡Se despierta!” (Pág. 85)

 

Otelo.- “Con razón lo hago... Tampoco quiero derramar la sangre de ella, ni ajar su cutis más blanco que la nieve y más tierno que el mármol sepulcral. Y con todo eso, tengo que matarla, para que no engañe a otros homres...”

“... (La besa)... ¡Quédate así cuando yo te mate: que muerta y todo te he de amar! Otro beso, el último. Nunca lo hubo más delicioso ni más fatal: lloremos. Mi llanto es feroz y mi ira es como la de Dios, que hiere donde más ama. Ahora se despierta.” (Pág. 111)

 

Othello.- “... It is the cause. Yet I'll not shed her blood;  Nor scar that whiter skin of hers than snow,  And smooth as monumental alabaster.  Yet she must die, else she'll betray more men. 

[Kissing her]

Be thus when thou art dead, and I

will kill thee,  And love thee after. One more, and this the last:

So sweet was ne'er so fatal. I must weep,  But they are cruel tears: this sorrow's heavenly; It strikes where it doth love. She wakes.”

Desdémona.- “Da una muerte contranatural el que mata porque se le ama. ¡Ay! ¿Por qué os mordéis así vuestro labio inferior? Alguna pasión sanguinaria agita todo vuestro ser. Esos son los presagios. Mas, sin embargo, espero que no es a mí a quien amenazan.” (Pág. 86)

 

 

 

Desdémona.- “¿Matarme porque te amo? ¡Oh indigna muerte! ¿Por qué te muerdes los labios? ¡Ciega pasion te descamina! Agüeros son de mal suceso; pero yo espero que no me amenazen a mí.” (Pág. 111)

Desdemona.- “That death's unnatural that kills for loving.

Alas, why gnaw you so your nether lip?  Some bloody passion shakes your very frame:  These are portents; but yet I hope, I hope,  They do not point on me.”

 

 

Otelo.- “Sí, en seguida; por tanto, confiesa francamente tu crimen, pues negarlo artículo por artículo con juramento  no podría disipar ni destruir la firme convicción bajo cuyo peso gimo. ¡Vas a morir!” (Pág. 86)

 

Otelo.- “En seguida. Confiesa, pues, tus culpas, una por una, que aunque las niegues con los más firmes juramentos no has de disminuir un ápice mi firme convicción. De todas formas morirás.” (Pág. 112)

 

 

 

Othello.- “Yes, presently:

Therefore confess thee freely of thy sin;  For to deny each article with oath  Cannot remove nor choke the strong conception

That I do groan withal. Thou art to die.”

 

 

Otelo.- “¡Por el cielo, he visto mi pañuelo en sus manos! ¡Oh mujer perjura! ¡Cambias mi corazón en piedra, y vas a hacerme cometer un asesinato, cuando me proponía un sacrificio! ¡Yo le vi el pañuelo!” (Pág. 86)

 

Otelo.- “¡Dios mío! ¡Y yo que he visto el pañuelo en sus manos! ¡Tú quieres volverme loco, y hacer que trueque en asesinato lo que quiero que sea sacrificio! Yo he visto el pañuelo.” (Pág. 112)

 

Othello.- “By heaven, I saw my handkerchief in's hand.

O perjured woman! thou dost stone my heart,  And makest me call what I intend to do  A murder, which I thought a sacrifice:  I saw the handkerchief.”

 

 

Otelo.- “¡Aunque hubiera tenido tantas exixtencias como cabellos, mi apetito de venganza las habría devorado todas!” (Pág. 86)

 

 

Otelo.- “¡Ojalá hubiera tenido tantas vidas como cabellos para que mi venganza las hubiera devorado una por una!”

 (Pág. 113)

 

 

Othello.- “Had all his hairs been lives, my great revenge

Had stomach for them all.”

 

Otelo.- “¡Es demasiado tarde!... (La ahoga.)”   (Pág. 87)

 

Otelo.- “Ya es tarde.                (La estrangula.)”    (Pág. 113)

 

Othello.- “It is too late.

[He stifles her]

 

Otelo.- “¿Qué ruido es ése?... ¿No está muerta?... ¿No está del todo muerta?... ¡Aunque cruel, soy, sin embargo, compasivo!... ¡No quiero prolongar su sufrimiento! –Así, así.” (Pág. 87)

 

 

Otelo.- “¿Quién llama? En medio de todo le tengo lástima y no quiero alargar su agonía.”

 (Pág. 113)

 

Othello.- “What noise is this? Not dead? not yet quite dead?

I that am cruel am yet merciful;

I would not have thee linger in thy pain: So, so.”

 

 

 

Desdémona.- “Nadie. Yo misma. Adiós. Encomendadme a mi bondadoso señor. ¡Oh, adiós! (Muere)

 

Otelo.- “Pero ¿cómo puede haber sido asesinada.”

 

Emilia.- “¡Ay! ¿Quién sabe?

 

Otelo.- “Le habéis oído decir a ella misma que no fui yo.”

 

Emilia.- “Así lo ha dicho. Debo atenerme necesariamente a la verdad.”

 

Otelo.- “¡Bajó a infierno abrasador como embustera! ¡Yo fui quien la mató!.” (Pág. 88)

 

 

Desdémona.- “Nadie. Yo me maté. Que Otelo me conserve en su recuerdo. Adiós,  esposo mío.”

 

Otelo.- “¿Pues cómo ha muerto?”

 

Emilia.- “¿Quién lo sabe?

 

Otelo.- “Ya has oído que ella misma dice que yo no fui.”

 

Emilia.- “Vos fuisteis. Y es preciso que digáis la verdad.”

 

Otelo.- “Por la mentira se ha condenado y baja al infierno. Yo la maté.” (Pág. 115)

 

Desdemona.- “Nobody; I myself. Farewell  Commend me to my kind lord: O, farewell!  [Dies]

 

Othello.- “Why, how should she be murder'd?”

 

Emilia.- “Alas, who knows?”

 

Othello.- “You heard her say herself, it was not I.”

 

Emilia.- “She said so: I must needs report the truth.”

 

Othello.- “She's, like a liar, gone to burning hell:  'Twas I that kill'd her.”

 

 

Otelo.- “¡Cassio la había seducido!... Pregúntalo, si no, a tu esposo. ¡Oh, sería yo condenado por debajo de todas las profundidades del infierno, de no haber llegado sobre el terreno de lo justo a esta extremidad! Tu marido sabía todo.” (Pág. 88)

 

 

Otelo.- “Casio gozó de su amor. Que te lo cuente tu marido. ¡Oh, merecería yo pagar mi necio crimen en lo más hondo del infierno ai antes de arrojarme a la venganza no hubiera examinado bien la justicia de los motivos! Yago lo averiguó.” (Pág. 115)

 

Othello.- “Cassio did top her; ask thy husband else.  O, I were damn'd beneath all depth in hell,

But that I did proceed upon just grounds  To this extremity. Thy husband knew it all.”

 

 

e)      Cuadro II: Descripción de la personalidad de Otelo.

 

BURÓ EDITOR

 

COLECCIÓN FONTANA

 

 

 

OTHELLO (Versión en Inglés)

 

Acto Primero. Escena I.

 

 

Acto Primero. Escena I.

 

 

Acto Primero. Escena I.

 

Yago.-“... Pero él, cegado en su propio orgullo y terco en sus decisiones...” (Pág 13)

 

 

Yago.- “... Pero él, orgulloso y testarudo...”(Pág 23)

 

 

 

Iago.- “...But he; as loving his own pride and purposes...”

 

Acto Primero. Escena II.

 

 

Acto Primero. Escena II.

 

Acto Primero. Escena II.

 

Otelo.- “... que derivo mi vida y

mi ser de hombres de regia estirpe, y en cuanto a mis méritos, pueden hallar, a cara descubierta, tan alta fortuna como la que he alcanzado...” (¨Pág 17)

 

 

Otelo.- “... que desciendo de reyes y que merezco la dicha que he alcanzado...” (Pág 28)

 

 

Othello.- “...From men of royal siege, and my demerits May speak unbonneted to as proud a fortune...”

 

Otelo.- “No; que  me encuentre. Mi dignidad, mi estirpe y mi conciencia sin reproches me mostrarán tal como soy...”

 (Pág 18)

 

 

Otelo.- “No; aquí me encontrarán, para que mi valor, mi nobleza y mi alma den testimonio de quien soy...” (Pág 28)

 

 

Othello.- “Not II must be found: My parts, my title and my perfect soul Shall manifest me rightly...”

 

Acto Primero. Escena III.

 

 

Acto Primero. Escena III.

 

Acto Primero. Escena III.

 

Otelo.- “... Soy rudo en mis palabras y poco bendecido con el dulce lenguaje de la paz, pues desde que estos brazos tuvieron el desarrollo de los siete años, salvo durante las nueve postreras lunas, han hallado siempre sus más caros ejercicios en los campos cubiertos de tiendas. Y fuera de lo que concierne a las acciones guerreras y a los combates, apenas puedo hablar de este vasto Universo...” (Pág 22)

 

Otelo.- “... Mi lenguaje es tosco: la vida del campo no me ha dejado aprender palabras suaves, porque desde que apenas contaba yo seis años y mis brazos iban cobrando vigor los he empleado en las lides, y por eso sé menos del mundo que de las armas...” (Pág 33)

Othello.- “... Rude am I in my speech, And little bless'd with the soft phrase of peace: For since these arms of mine had seven years' pith, Till now some nine moons wasted, they have used Their dearest action in the tented field, And little of this great world can I speak, More than pertains to feats of broil and battle...”

 

Brabancio.- “Una virgen nunca desenvuelta, de un carácter tan apacible y tímido, que al menor movimiento enrojecía; y, a despecho de su naturaleza, de sus años, de su país, de su reputación, de todo, ¡caer enamorada de quien tenía miedo de mirar!...” (Pág. 22)

Brabancio.- “Una niña tan tierna e inocente que de todo se ruborizaba, ¿cómo había de enamorarse de un monstruo feísimo como tú, que ni eres de su edad, ni de su índole, ni de su tierra?...” ( Pág. 33)

Brabantio.- “Of spirit so still and quiet, that her motion

Blush'd at herself; and she, in spite of nature, Of years, of country, credit, every thing,

To fall in love with what she fear'd to look on!

Otelo.- “La tirana costumbre, muy graves senadores, ha hecho de la cama de pedernal y acero de la guerra mi lecho de plumas tres veces cernido. Ante las aventuras peligrosas, siento, lo confieso, un ardor natural y pronto...”
(Pág. 24)

 

Otelo.- “Generoso senado la costumbre ha trocado para mí en lecho de muelle pluma el silíceo y férreo tálamo de la guerra. Mi corazón está dispuesto siempre al peligro. Ya ardo en deseos de encontrarme con el turco...”

(Pág. 36).

Othello.- “The tyrant custom, most grave senators, Hath made the flinty and steel couch of war

My thrice-driven bed of down:

I do agnise A natural and rompt alacrity I find in hardness, and do undertake These present  ars

against the ttomites...”

Desdémona.- “... En su alma es donde he visto el semblante de Otelo, y he consagrado mi vida y mi destino a su honor y a sus valientes cualidades...” (Pág. 25)

Desdémona.- “... no me enamoré de su rostro, sino de su valor y de sus hazañas; por eso le rendí mi alma y mi vida...” (Pág. 37)

Desdémona.- “...I saw Othello's visage in his mind, And to his honour and his valiant parts

Did I my soul and fortunes consecrate...”

Otelo.- “Sedme testigo, cielos, de que no lo pido, pues, para satisfacer el paladar de mi apetito, ni para condescender con el ardor (difuntos en mí los transportes de la juventud) y la satisfacción propia...” (Pág. 25)

 

Otelo.- “Concédaselo el ilustre senado, y a fe mía que no lo deseo por carnal apetito y brutal ardor, que ya se va apagando el de mi sangre africana, sino por corresponder a su generoso amor...” (Pág. 37)

Othello.- “Vouch with me, heaven, I therefore beg it not,

To please the palate of my appetite, Nor to comply with heat--the young affects In me defunct—and proper satisfaction...”

 

Yago.- “El moro es de una naturaleza franca y libre, que juzga honradas a las gentes a poco que lo parezcan, y se dejará guiar por la nariz tan fácilmente como los asnos...” (Pág. 28)

 

Yago.- “Por otra parte, el moro es hombre sencillo y crédulo; a todos cree buenos, y se dejará llevar del ronzal como un asno...” (Pág 41)

Iago.- “The Moor is of a free and open nature, That thinks men honest that but seem to be so,

And will as tenderly be led by the nose...”

 

Acto Segundo. Escena I.

 

 

Acto Segundo. Escena I.

 

 

Acto Segundo. Escena I.

 

Montano.- “... Es un digno gobernador.” (Pág. 30)

Montano.- “Mucho me place la elección de tan buen gobernador” (Pág. 42)

 

Montano.- “I am glad on't; 'tis a worthy governor.”

Montano.- “Quieran los cielos que esté a salvo, pues he servido bajo sus órdenes, y el hombre manda como un soldado perfecto...”
(Pág. 30)

Montano.- “¡Ojalá se salve! Yo he peleado cerca de él y es bravo capitán...” (Pág. 42)

Montano.- “And prays the Moor be safe; for they were parted

With foul and violent tempest. Pray heavens he be; For I have served him, and the man commands Like a full soldier.

 

Yago.- “... el moro (a pesar de que yo no pueda aguantarle) es de una naturaleza noble, constante en sus afectos y me atrevo a pensar que se mostrará para Desdémona un tiernísimo esposo...” (Pág. 36)

 

Yago.- “... A pesar del odio que le tengo, no dejo de conocer que es el moro hombre bueno, firme y tenaz en sus afectos, y a la vez de apacible y serena condición, y creo que será buen marido para Desdémona...” (Pág. 49)

 

Iago.- “...The Moor, howbeit that I endure him not, Is of a constant, loving, noble nature,

And I dare think he'll prove to Desdemona. A most dear husband... ”

 
Acto Segundo. Escena III

 

Acto Segundo. Escena III

 

Acto Segundo. Escena III

 

Otelo.- “¡Por el cielo, la sangre comienza ahora a regirme, en lugar de mis facultades más tranquilas; y la pasión, ennegreciendo mi mejor juicio, trata de guiar mi conducta! ¡Si me muevo tan sólo o levanto este brazo, el mejor de vosotros va a sucumbir bajo mi castigo! Decidme cómo ha empezado esta odiosa querella...” (Pág. 41)

 

Otelo.- “¡Vive Dios! Ya la sangre y la pasión vencen en mi el juicio. Y, si llego a enojarme y a levantar el brazo, juro que el más esforzado ha de caer por tierra. Decidme cómo empezó la cuestión...”

 (Pág. 56)

Othello.- “Now, by heaven,

My blood begins my safer guides to rule;  And passion, having my best judgment collied, Assays to lead the way: if I once stir, Or do but lift this arm, the best of you

Shall sink in my rebuke. Give me to know...”

 

 
Acto Tercero. Escena III.

 

Acto Tercero. Escena III.

 

Acto Tercero. Escena III.

 

 

Otelo.- “¡Por el cielo, la sangre comienza ahora a regirme, en lugar de mis facultades más tranquilas; y la pasión, ennegreciendo mi mejor juicio, trata de guiar mi conducta! ¡Si me muevo tan sólo o levanto este brazo, el mejor de vosotros va a sucumbir bajo mi castigo! Decidme cómo ha empezado esta odiosa querella...” (Pág. 41)

 

Otelo.- “¡Vive Dios! Ya la sangre y la pasión vencen en mi el juicio. Y, si llego a enojarme y a levantar el brazo, juro que el más esforzado ha de caer por tierra. Decidme cómo empezó la cuestión...”

 (Pág. 56)

Othello.- “Now, by heaven,

My blood begins my safer guides to rule;  And passion, having my best judgment collied, Assays to lead the way: if I once stir, Or do but lift this arm, the best of you

Shall sink in my rebuke. Give me to know...”

 

 
Acto Tercero. Escena III.

 

Acto Tercero. Escena III.

 

Acto Tercero. Escena III.

 

Otelo.- “Quizá porque soy atezado y carezco de esos dones melosos de conversación que poseen los pisaverdes; o quizá porque desciendo la pendiente de los años (aunque todavía no mucho), es ida para mí. Quedo engañado, y mi único consuelo debe ser execrarla. ¡Oh, maldición del casamiento! ¡Que podamos llamarnos dueños de esas mimadas criaturas, y no de sus apetitos! Mejor quisiera ser un sapo y vivir de la humedad del calabozo, que guardar para usos ajenos un rincón de aquello que amo... “ (Pág. 55)

 

Otelo.- “¿Quizá me estará engañando por ser yo viejo y negro, o por no tener la cortesía y ameno trato propios de la juventud? ¿Pero qué me importa la razón? Lo cierto es que la he perdido, que me ha engañado y que no tengo más remedio que aborrecerla. ¡Maldita boda; ser yo dueño de tan hermosa mujer, pero no de su alma! Más quisiera yo ser un sapo asqueroso o respirar la atmósfera de una cárcel que compartir con nadie la posesión de esa mujer...” (Pág. 71)

 

Othello.- “Haply, for I am black  And have not those soft parts of conversation  That chamberers have, or for I am declined  Into the vale of years,--yet that's not much--  She's gone. I am abused; and my relief  Must be to loathe her. O curse of marriage,  That we can call these delicate creatures ours,  And not their appetites! I had rather be a toad,  And live upon the vapour of a dungeon,  Than keep a corner in the thing I love  For others' uses.”

 
Acto Tercero. Escena IV.

 

 

Acto Tercero. Escena IV.

 

Acto Tercero. Escena IV.

Desdémona.- “Créeme, hubiera preferido perder mi bolsa llena de cruzados, pues si mi noble moro no fuera un alma leal y exento de esa bajeza de que están hechos los seres celosos, sería esto lo bastante para despertar en él malos pensamientos” (Pág. 60)

 

Desdémona.- “Créeme. Preferiría yo haber perdido un bolsillo lleno de ducados. A fe que si el moro no fuera de alma tan generosa y noble, incapaz de dar en la ceguera de los celos, bastaría esto para despertar sus sospechas.” (Pág. 78)

Desdémona.- “Believe me, I had rather have lost my purse  Full of crusadoes: and, but my noble Moor  Is true of mind and made of no such baseness

As jealous creatures are, it were enough  To put him to ill thinking.”

 

 
Desdémona.- “¡Ay tres veces noble Cassio! Mis súplicas desentonan en este momento. Mi esposo no es ya mi esposo, y si su semblante estuviera tan cambiado como su honor, no le reconocería...” (Pág. 63)

 

 

 

Desdémona.- “¡Ay, buen señor Casio! Mis ruegos no suenan ya bien en los oídos de mi señor. Mi esposo no es el de antes. Si su rostro hubiera cambiado tanto como su índole, de fijo que yo no le reconocería...” (Pág. 82)

 

Desdémona.- “Alas, thrice-gentle Cassio!

My advocation is not now in tune;

My lord is not my lord; nor should I know him,  Were he in favour as in humour alter'd.”

 
Yago.- “¿Puede encolerizarse? Le he visto cuando el cañón hacía saltar en el aire sus regimientos, y, semejante a un demonio, arrancaba de sus brazos a su propio hermano... ¿Y puede encolerizarse? Entonces es una cosa de importancia. Voy en su busca. Algo grave acontece, en verdad, si está encolerizado. “ (Pág. 63)

 

 

Yago.- “¿Será verdad? Grave será el motivo de su enojo, porque nunca le he visto inmutarse, ni siquiera cuando a su lado una bala de cañón mató a su hermano. Voy a buscar a Otelo. “ (Pág. 82)

 

 

Iago.- “Can he be angry? I have seen the cannon,  When it hath blown his ranks into the air,  And, like the devil, from his very arm  Puff'd his own brother:--and can he be angry?  Something of moment then: I will go meet him:  There's matter in't indeed, if he be angry.”

 

 

Acto Cuarto. Escena I.

 

Acto Cuarto. Escena I.

 

Acto Cuarto. Escena I.

 

 

Otelo.- “¡Un hombre deshonrado es un monstruo y una fiera!” 

(Pág. 66)

 

 

Otelo.- “Marido deshonrado, más que hombre, es una bestia, un monstruo.” (Pág. 86)

 

Othello.- “A horned man's a monster and a beast.”

 

Yago.- “... Cuando sonría, Otelo se pondrá furioso, y sus celos ignaros interpretarán al revés las sonrisas, los gestos y la conducta ligera del pobre Cassio...”

(Pág. 66)

 

Yago.- “... Su risa provocará la ira de Otelo. Toda la alegría y regocijo del pobre Casio la interpretará con la triste luz de los celos...” (Pág. 67)

 

Iago.- “... As he shall smile, Othello shall go mad;  And his unbookish jealousy must construe  Poor Cassio's smiles, gestures and light behavior,  Quite in the wrong...”

 

 

 

Ludovico.- “¿Es éste el noble moro a quien nuestro Senado proclama por voto unánime capaz de cuanto sea posible? ¿Es ésta la naturaleza en quien no hacen mella las pasiones? ¿Cuya sólida virtud no podrían rozar ni herir la bala del accidente ni el dardo de la ocasión?”

 

Yago.- “Está muy cambiado.”

 

Ludovico.- “¿Tiene los sentidos cabales? ¿No está su cerebro en delirio.”  (Pág. 71)

 

 

Ludovico.- “¿T éste es aquel moro de quien tantas ponderaciones oí en el senado? ¿Éste es el alma severa, firme e imperturbable contra los golpes de la suerte o los furores de la pasión?.”

 

Yago.- “Parece otro.”

 

Ludovico.- “¿Estará sano? ¿Habrá perdido la cabeza?.” (Pág. 93)

 

Lodovico.- “Is this the noble Moor whom our full senate

Call all in all sufficient? Is this the nature  Whom passion could not shake? Whose solid virtue

The shot of accident, nor dart of chance,  Could neither graze nor pierce?”

 

Iago.- “ He is much changed.”

 

Lodovico.- “Are his wits safe? is he not light of brain?”

 

 

Acto Quinto. Escena II.

 

Acto Quinto. Escena II.

 

Acto Quinto. Escena II.

 

 
Othello.- “¡Mirad! ¡Tengo un arma! Nunca una mejor prendió el muslo de un soldado. He visto el día en que, con este débil brazo y esta buen aespada, me abría un camino a través de obstáculos veinte veces más potentes que vuestra resistencia... Pero ¡oh alarde inútil! ¿Quién puede oponerse a su destino?...”
(Pág. 91)

 

 

Othello.- “Espada tengo, la mejor que ciñó ningún guerrero: esta hoja y este brazo han hallanado obstáculos veinte veces mayores que tu resistencia. Pero ¡que insensato alarde! ¿Quién lidia contra la fortuna?...” (Pág. 119)

 

Othello.- “ Behold, I have a weapon;  A better never did itself sustain  Upon a soldier's thigh: I have seen the day,

That, with this little arm and this good sword,  I have made my way through more impediments

Than twenty times your stop: but, O vain boast!  Who can control his fate?...”

 

 
Ludovico .- “¡Oh tú, Otelo, en un tiempo tan eminente, caído en los lazos de un esclavo maldito! ¿Qué se dirá de ti?.”

 

Otelo.- “Pues cualquier cosa: asesino honorable, si queréis, pues nada he hecho por odio, sino todo por amor.” (Pág. 92)

 

Ludovico.- “Otelo, tú que antes fuiste tan bueno y generoso, ¿cómo has caído en los llazos de ese traidor artero? ¿Qué diránde ti?.”

 

Otelo.- “Cuanto quieran, si así lo creéis; seré un delincuente honrado. Por honor la maté, no por odio.” (Pág. 120)

 

Lodovico.- “O thou Othello, thou wert once so good,

Fall'n in the practise of a damned slave,  What shall be said to thee?”

 

Othello.- “Why, any thing:

An honourable murderer, if you will;  For nought I did in hate, but all in honour.”

 

 

Otelo.- “... Por favor, ¿queréis preguntar a ese semidiablo por qué ha hechizado así mi alma y mi cuerpo?”

Yago.- “No me preguntéis nada; sabéis lo que sabéis. A partir de este momento no pronunciaré ni una palabra.” (Pág. 92)

Otelo.- “... Preguntad a ese demonio qué motivo le pudo inducir a infernar de ese modo mi cuerpo y mi alma.”

Yago.- “No me preguntéis nada, no he de responder. Todos lo sabéis. Desde ahora no he de hablar.” (Pág. 120)

Othello.- “... Will you, I pray, demand that demi-devil  Why he hath thus ensnared my soul and body?”

Iago.- “Demand me nothing: what you know, you know:

From this time forth I never will speak word.”

 

Otelo.- “... Os lo suplico; cuando en vuestras cartas narréis estos desgraciados acontecimientos, hablad de mí tal como soy; no atenuéis nada, pero no añadáis nada por malicia. Si obráis así, trazaréis entonces el retrato de un hombre que no amó con cordura, sino demasiado bien, de un hombre que no fue fácilmente celoso; pero que una vez inquieto, se dejó llevar hasta las últimas extremidades; de un hombre cuya mano, como la del indio vil arrojó una perla más preciosa que toda su tribu; de un hombre cuyos ojos vencidos, aunque pocoo habituados a la moda de las lágrimas, vertieron llanto con tanta abundancia como los árboles de la Arabia su goma medicinal. Pintadme así, y agregad que, una vez en Alepo, donde un malicioso turco en turbante golpeaba a un veneciano e insultaba a la República, agarré de la garganta al perro circunciso y dile muerte..., así. (Se le da puñaladas.)

Ludovico.- “¡Oh desenlace sangriento!

Graciano.- “¡Todo lo que se hable es perdido!

Otelo.- “¡Te besé antés de matarte!... ¡No me queda más que este recurso: darme la muerte para morir con un beso! (Cae sobre Desdémona y muere.)

Cassio.- “Lo temía, pero creía que no tenía armas, pues poseía un gran corazón.” (Pág. 93)

 

Otelo.- “... Sólo os pido por favor una cosa: que cuando en vuestras cartas al senado refiráis este lastimoso caso, no tratéis de disculparme ni de agravar tampoco mi culpa. Decid que he sido un desdeichado; que amé sin discreción y con furor; que aunque tardo en recelar, me dejé arrastrar como loco por la corriente de los celos; decid que fui tan insensato como el indio que arroja al lodo una piedra preciosa que vale más que toda su tribu. Decid que mis ojos, que antes no lloraban nunca,  han destilado luego largo caudal de lágrimas, como destilan su balsámico jugo los árboles de Arabia. Contádselo todo así, y decid también que un día que en Alepo un turco puso la mano en un veneciano, ultrajando la majestad de la república, yo agarre del cueyo a aquel perro infiel y le maté así. (Se hiere.)

Ludovico.- “¡Lastimosa muerte!”

Graciano.- “Vanas fueron nuestra palabras.”
Otelo.- “Esposa mía, quise besarte antes de matarte. Ahora te beso y muero a besarte. (Muere.)”

Casio.- “Yo lo recelé, porque era de alma muy generosa, pero creí que no tenía armas.” (Pág. 122)

Othello.- “... I pray you, in your letters,  When you shall these unlucky deeds relate,

Speak of me as I am; nothing extenuate,  Nor set down aught in malice: then must you speak

Of one that loved not wisely but too well;  Of one not easily jealous, but being wrought

Perplex'd in the extreme; of one whose hand,  Like the base Indian, threw a pearl away

Richer than all his tribe; of one whose subdued eyes,

Albeit unused to the melting mood,  Drop tears as fast as the Arabian trees  Their medicinal gum. Set you down this;

And say besides, that in Aleppo once,  Where a malignant and a turban'd Turk  Beat a Venetian and traduced the state,  I took by the throat the circumcised dog,

And smote him, thus.

[Stabs himself]

Lodovico.- “O bloody period!”

Gratiano.- “All that's spoke is marr'd.”

Othello.- “I kiss'd thee ere I kill'd thee: no way but this;  Killing myself, to die upon a kiss.

[Falls on the bed, and dies]

Cassio.- “This did I fear, but thought he had no weapon;

For he was great of heart.”

 

 

f)       Cuadro III: Plan de Yago - Características de su personalidad:

 

BURO EDITOR

COLECCIÓN FONTANA

OTHELLO (Versión en Inglés)

ACTO PRIMERO.

Escena Primera

 

ACTO PRIMERO.

Escena Primera

 

ACTO PRIMERO.

Escena Primera

 

Yago: ¡Despreciadme si no es cierto! Tres grandes personajes de la ciudad han venido personalmente a pedirle, gorra en mano, que me hiciera su teniente; y, a fe de hombre, sé lo que valgo, y no merezco menor puesto. Pero él,... en conclusión, rechaza a mis intercesores: “Porque ciertamente –les dice-, he elegido ya a mi oficial”... un tal Miguel Casio... ¡Pura charlatanería y ninguna practica es toda su ciencia militar! Pero él, señor, ha sido elegido. Y yo (de quienes sus ojos han visto la prueba de Rodas, Chipre y en otros territorios cristianos y paganos) tengo que ir a sotavento y estar al pairo por quien no conoce sino el debe y el haber, por ese tenedor de libros. El, en cambio, ese calculador será en buena hora su teniente; y yo (¡Dios bendiga el título), alférez de su señoría moruna. (Pág. 13)

 

Yago: Y podéis creerlo. Más de tres personajes de esta ciudad le pidieron con la gorra en la mano que me hiciese teniente suyo. Yo sé si valgo y si sabría cumplir con mi obligación. Pero él,... y acaba por decirles que no, fundado en que ya tiene su hombre... un tal Miguel Casio...No sabe más que la teoría, lo mismo que cualquier togado. Habilidad y practica, ninguna. A ése ha preferido, y yo, que delante de Otelo derramé tantas veces mi sangre, en Chipre, en Rodas y en otras mil tierras de cristianos y gentiles, le he parecido inferior a ese necio sacacuentas. Él será el teniente del moro, y yo su alférez. (Pág. 23/24)

IAGO:    Despise me, if I do not. Three great ones of the city, In personal suit to make me his lieutenant, Off-capp’d to him: and, by the faith of man,I know my price, I am worth no worse a place:     But he;…And, in conclusion, Nonsuits my mediators; for, ‘Certes,’ says he,’I have already chose my officer.’ … One Michael Cassio…Wherein the toged consuls can propose  As masterly as he: mere prattle, without practise,  Is all his soldiership. But he, sir, had the election: And I, of whom his eyes had seen the proofAt Rhodes, at Cyprus and on other grounds Christian and heathen, must be be-lee’d and calm’d By debitor and creditor: this counter-caster,     He, in good time, must his lieutenant be,And I—God bless the mark!--his Moorship’s ancient.

 

Yago: ¡Pardiez, y qué remedio me queda! Es el inconveniente del servicio. El ascenso se obtiene por recomendación o afecto, y no según el método antiguo en que el segundo heredaba la plaza del primero. Juzgad ahora vos mismos, señor, si en justicia estoy obligado a querer al moro, (Pág. 13/14)

 

Yago: Cosa inevitable. En la milicia se asciende por favor y no por antigüedad. Decidme ahora si hago bien o mal en aborrecer al moro. (Pág. 24)

IAGO: Why, there’s no remedy; ‘tis the curse of service, Preferment goes by letter and affection, And not by old gradation, where each second Stood heir to the first. Now, sir, be judge yourself, Whether I in any just term am affined To love the Moor.

 

Yago: ¡Oh! Estad tranquilo, señor. Le sirvo para tomar sobre él mi desquite. No todos podemos ser amos, ni todos los amos estar fielmente servidos... Hay otros que, observando escrupulosamente las formas y visajes de la obediencia y ataviando la fisonomía del respeto, guardan sus corazones a su servicio, no dan a sus señores sino la apariencia de su celo, los utilizan para sus negocios, y cuando han forrados sus vestidos, se rinden homenaje a si mismos. Estos camaradas tienen cierta inteligencia, y a semejante categoría confieso pertenecer. Porque, señor, tan verdad como sois Rodrigo, que, a ser yo el moro, no quisiera ser Yago. Al servirlo, soy yo quien me sirvo. El cielo me es testigo; no tengo al moro ni respeto ni obediencia; pero se lo aparento así para llegar  a mis fines particulares. Porque cuando mis actos externos dejan percibir las inclinaciones nativas y la verdadera esencia de mi corazón bajo sus demostraciones de deferencia, poco tiempo transcurrirá sin que lleve mi corazón sobre mi manga, para darlo a picotear a las cornejas. ¡No soy lo que parezco! (Pág. 14)

Yago: Sosiégate: le sigo por mi interés. No todos podemos mandar, ni se encuentran siempre fieles criados... Otros hay que con máscaras de sumisión y obediencia atienden sólo a su utilidad, y viven y engordan a costa de sus amos y llegan a ser personas de cuenta. Estos aciertan, y de éstos soy yo. Porque habéis de saber Rodrigo, que si yo fuera el moro, no sería Yago; pero siéndolo, tengo que servirle, para mejor servicio mío. Bien lo sabe Dios: si le sirvo no es por agradecimiento, ni por cariño ni obligación, sino por ir derecho a mi propósito. Si alguna vez mis acciones dieran indicio de los ocultos pensamientos de mi alma, colgaría de la manga mi corazón para pasto de grajos. No soy lo que parezco. (Pág. 24)

 

Iago: O, sir, content you;   I follow him to serve my turn upon him: We cannot all be masters, nor all masters Cannot be truly follow'd. You shall mark Many a duteous and knee-crooking knave, That, doting on his own obsequious bondage, Wears out his time, much like his master's ass, For nought but provender, and when he's old, cashier'd: Whip me such honest knaves. Others there are    Who, trimm'd in forms and visages of duty, Keep yet their hearts attending on themselves, And, throwing but shows of service on their lords,  Do well thrive by them and when they have lined their coats Do themselves homage: these fellows have some soul; And such a one do I profess myself. For, sir, It is as sure as you are Roderigo, Were I the Moor, I would not be Iago: In following him, I follow but myself; Heaven is my judge, not I for love and duty, But seeming so, for my peculiar end: For when my outward action doth demonstrate The native act and figure of my heart                In compliment extern, 'tis not long after But I will wear my heart upon my sleeve For daws to peck at: I am not what I am.

Yago: ... Encarnizaos con el moro, envenenad su dicha, pregonad su nombre por las calles..., abrumadle, sin embargo, con tan diversas vejaciones, que pierda parte de su color. (Pág. 14)

 

Yago: ...cuenta el caso por las plazas..., de tal modo que su misma felicidad llegue a él tan mezclada con el dolor que pierda mucho de su eficacia (Pág. 24)

Iago: ... make after him, poison his delight, Proclaim him in the streets; incense her kinsmen,And, though he in a fertile climate dwell, Plague him with flies: though that his joy be joy, Yet throw such changes of vexation on't, As it may lose some colour.        

Yago a Brabancio: ... En el momento en que hablo, en este instante, ahora mismo, un viejo morueco negro ofrece su amor a vuestra oveja blanca... ¡Despertad al son de la campana a todos los ciudadanos que roncan; o si no, el diablo va a hacer de vos un abuelo!... (Pág. 15)

Yago a Brabancio: Ahora mismo está solazándose con vuestra blanca cordera un macho negro y feo. Pedid ayuda a los ciudadanos o, si no, os vais a encontrar con nietos por arte del diablo... (Pág. 25)

 

Iago-Brabantio: ...Even now, now, very now, an old black ram                Is topping your white ewe. Arise, arise; Awake the snorting citizens with the bell, Or else the devil will make a grandsire of you: Arise, I say.               

Brabancio:¿Quién eres tú, infame pagano?

Yago: Soy uno que viene a deciros que vuestra hija y el moro están haciendo ahora la bestia de dos espaldas. (Pág. 15)

Brabancio: ¿Quién eres tú que tales insolencias ensartas? Eres un truhán.

Yago: Y vos... un consejero. (Pág. 26)

Brabantio: What profane wretch art thou? 

Iago: I am one, sir, that comes to tell you your daughter and the Moor are now making the beast with two backs.

 

 

ACTO PRIMERO.

Escena II

 

 

ACTO PRIMERO.

Escena II

 

 

ACTO PRIMERO.

Escena II

 

Yago a Otelo Aunque he matado a hombres en el servicio de la guerra, tengo, sin embargo, por caso de verdadera conciencia cometer un asesinato con premeditación. me falta a veces maldad que me sería útil. Nueve o diez veces pensé haberle dado aquí, con mi puñal, debajo de las costillas. (Pág. 17).

 

Yago a Otelo:  En la guerra he matado sin escrúpulos a muchos, pero tengo por pecado grave el matar a nadie de caso pensado. Soy demasiado bueno, más de lo que convendría a mis intereses. Ocho o diez veces anduve a punto de traspasarle una estocada. (Pág. 28)

 

Iago-Othello: Though in the trade of war I have slain men, Yet do I hold it very stuff o’ the conscience           To do no contrived murder: I lack iniquity Sometimes to do me service: nine or ten times I had thought to have yerk’d him here under the ribs.

 

 

ACTO PRIMERO.

Escena III

 

 

ACTO PRIMERO.

Escena III

 

 

ACTO PRIMERO.

Escena III

 

Yago a Rodrigo: ¡Oh, cobardía! He contemplado el mundo por espacio de cuatro veces siete años, y desde que pude distinguir un beneficio y una injuria, jamás hallé un hombre que supiera estimarse... (Pág. 27)

 

Yago a Rodrigo: ¡Que desvarío! Conozco bien el mundo y todavía no sé de un hombre que se ame de veras a sí mismo. (Pág. 38)

Iago-Roderigo: O villainous! I have looked upon the world for fourtimes seven years; and since I could distinguish betwixt a benefit and an injury, I never found man that knew how to love himself.

 

Yago a Rodrigo: ¿Virtud? ¡Un pito!. Nuestros cuerpos son jardines donde hacen de jardineros nuestras voluntades... el poder y la autoridad correctiva de estos residen en nuestra voluntad. Si la balanza de nuestras existencias no tuviera un platillo de razón para equilibrarse con otro de sensualidad, la sangre y bajeza de nuestros instintos nos llevarían a las consecuencias más absurdas. Pero poseemos la razón para templar nuestros movimientos de furia, nuestros aguijones carnales, nuestros apetitos sin freno; de donde deduzco lo siguiente: que lo que llamáis amos es un retoño o una rama. (Pág. 27)

 

Yago a Rodrigo: ¿Pues no has de remediarlo? La voluntad es el hortelano de la vida... Para eso es la prudencia, el seso y el libre albedrío. Si en la balanza de la humana naturaleza el platillo de la razón no contrapesara al de los sentidos, nos llevaría el apetito a cometer mil aberraciones. Pero por dicha tenemos la luz de la mente que doma la sensualidad, de la cual me parece que no es más que una rama lo que llamáis amor. (Pág. 39)

Iago-Roderigo: Virtue! a fig! ‘tis in ourselves that we are thus or thus. Our bodies are our gardens, to the which         our wills are gardeners… the power and corrigible authority of this lies in our wills. If the balance of our lives had not one scale of reason to poise another of sensuality, the blood and baseness of our natures would conduct us to most preposterous conclusions: but we have reason to cool our raging motions, our carnal stings, our unbitted lusts, whereof I take this that you call love to be a sect or scion. 

 

 

Yago a Rodrigo: ... He hecho profesión de ser tu amigo, y protesto que estoy ligado a tus méritos con cables de una solidez eterna. Jamás podría servirte mejor que ahora... Si la santimonia y un voto frágil entre un berberisco errante y una superastuta veneciana no son una tarea demasiado dura para los recursos de mi inteligencia y de toda la tribu del infierno, la poseerás... Trata más de que te ahorquen después de satisfacer tu deseo, que de ahogarte y partir sin ella. (Pág. 27/28)

 

Yago a Rodrigo: ... Siempre he sido amigo tuyo, y estoy ligado a ti por invencible afecto. Ahora puedo servirte como nunca... Tú lo lograrás, si es que mis artes y el poder del infierno no bastan a triunfar de la bendición de un clérigo y de un juramento de amor prestado a un salvaje vagabundo por una discretísima veneciana... Más vale que te ahorquen después que la hayas poseído que antes. (Pág. 39)

Iago-Roderigo:I have professed me thy friend and I confess me knit to thy deserving with cables of perdurable toughness; I could never better stead thee than now… if sanctimony and a frail vow betwixt an erring barbarian and a supersubtle Venetian not too hard for my wits and all the tribe of hell, thou shalt enjoy her… it is clean out of the way: seek thou rather to be hanged in compassing thy joy than to be drowned and go without her.               

 

Yago a Rodrigo: Confía en mí... odio al moro; mi causa está arraigada en mi corazón; la tuya no es menos sólida; estamos estrechamente unidos en nuestra venganza contra él. Si puedes burlarlo te darás a ti mismo un placer y a mi una diversión. (Pág. 28)

 

Yago a Rodrigo: No lo dudes... Aborrezco de muerte al moro: yo sé por qué y la razón es poderosa. Tú no lo aborreces menos. Conjurémonos los dos para la venganza. Tú tendrás el deleite, yo la risa. (Pág. 40)

Iago-Roderigo: Thou art sure of me… I hate the Moor: my cause is hearted; thine hath no less reason. Let us be conjunctive in our revenge against him: if thou canst cuckold him, thou dost thyself a pleasure, me a sport.

 

Yago:  ... Así hago siempre de un imbécil mi bolsa. Porque profanaría la experiencia que he adquirido si gastara mi tiempo con un idiota semejante, a no ser para mi provecho y diversión. Odio al moro; y se dice por ahí que ha hecho mi oficio entre mis sábanas. No sé si es cierto; pero yo, por una simple sospecha de esa especie, obraré como si fuera segura. Tiene una buena opinión de mí; tanto mejor para que mis maquinaciones surtan efecto  en él. Casio es un hombre arrogante... Veamos un poco... Para conseguir su puesto y dar libre vuelo a mi venganza por una doble bellaquería... ¿Cómo? ¡Cómo?... Veamos... El medio consiste en engañar después de algún tiempo los oídos de Otelo, susurrándole que Casio es demasiado afable con su mujer. Casio tiene una personalidad y una maneras afables para infundir

Yago: ... Este necio será mi tesorero. Bien poco me habría de servir mi experiencia del mundo si yo fuera a perder más tiempo con él. Pero aborrezco al moro, porque se susurra que enamoró a mi mujer. No sé si es verdad, pero tengo sospechas, y me bastan como si fueran verdad averiguada. El me estima mucho: así podré engañarle mejor. Casio es apuesto mancebo. ¡Qué bien me valdría su empleo! Así mataría dos pájaros a la vez. ¿Qué haré? Yo he de pensarlo despacio. Dejaré correr algún tiempo, y luego me insinuaré en el ánimo de Otelo, haciéndole entender que es muy sospechosa la amistad de Casio con su mujer. Las apariencias suyas son propias para seducir a las hembras. Por otra parte, el moro es hombre sencillo y crédulo: a todos cree buenos, y se dejará llevar del

Iago: … Thus do I ever make my fool my purse: For I mine own gain’d knowledge should profane, If I would time expend with such a snipe. But for my sport and profit. I hate the Moor: And it is thought abroad, that ‘twixt my sheets  He has done my office: I know not if’t be true; But I, for mere suspicion in that kind, Will do as if for surety. He holds me well; The better shall my purpose work on him. Cassio’s a proper man: let me see now: To get his place and to plume up my will In double knavery—How, how? Let’s see:--After some time, to abuse Othello’s ear That he is too familiar with his wife. He hath a person and a smooth dispose   To be suspected, framed to make women false. The

sospechas; tallado para perder a las mujeres. El moro es de una naturaleza franca y libre, que juzga honradas a las gentes a poco que lo parezcan, y se dejará guiar por la nariz tan fácilmente como los asnos... ¡Ya está! ¡Helo aquí engendrado! ¡El infierno y la noche deben sacar esta monstruosa concepción a la luz del mundo!. (Pág. 28)

 

ronzal como un asno. ¡Ya he encontrado el medio! ¡Ya voy engendrando mi plan! ¡El infierno le dará luz para salir!. (Pág. 40/41)

Moor is of a free and open nature, That thinks men honest that but seem to be so,       And will as tenderly be led by the nose As asses are.                have’t. It is engender’d. Hell and night              Must bring this monstrous birth to the world’s light.       

 

ACTO SEGUNDO

Escena Primera

 

ACTO SEGUNDO

Escena Primera

 

ACTO SEGUNDO

Escena Primera

 

Yago: (Aparte) La toma de la mano... Si, bien dicho... Cuchichean... Con una telaraña tan delgada como ésa, entramparé una mosca tan grande como Casio. Sí, sonríele, anda. Yo te atraparé en tu propia galantería... (Pág. 33)

 

Yago: (Aparte) Ahora le coge la mano; hablad, hablad quedo, aunque la red es harto pequeña para coger tan gran pez como Casio. Mírale de hito en hito, sonríete. Yo te cogeré en tus propias redes. (Pág. 46)

Iago: [Aside] He takes her by the palm: ay, well said, whisper: with as little a web as this will I ensnare as great a fly as Cassio. Ay, smile upon her, do; I will gyve thee in thine own courtship.            

 

Yago: (sobre Desdémona) ...Advierte con que vehemencia a amado en principio al moro, sólo por sus fanfarronadas...Luego, a falta de estos atractivos necesarios, su delicada sensibilidad hallará que se ha engañado, comenzará a sentir náuseas, a detestar y a aborrecer al moro. La naturaleza... la compelerá a alguna segunda elección... ¿Quién se encuentra tan bien colocado como Casio en el camino de esta buena suerte... nadie; nadie en el mundo. ¡pardiez! Es un pillo de lo más sútil y resbaladizo, un buscador de ocasiones... ¡Un granuja diabólico!... Un belitre completamente importuno, y la mujer le ha distinguido ya.

Rodrigo: No puedo creer esto de ella. Está llena de los sentimientos más virtuosos.

Yago: ¡Virtuosos rabos de higa!... si hubiera sido virtuosa jamás hubiera amado al moro... ¿No viste cómo jugueteaba con la palma de su mano?...

Rodrigo: Si lo advertí, pero era sólo cortesía.

 

Yago: (sobre Desdémona) ... Tú recuerda con qué ardor se enamoró del moro, sólo por haber oído sus bravatas. Nada de eso tiene el moro, y por eso Desdémona se encontrará burlada; empezará por fastidiarse y acabará por aborrecerle, y entonces la naturaleza... la guiará a una nueva elección... ¿quién está en más favorable coyuntura que Casio?... Es un ícaro desalmado; no dejará perder ninguna ocasión oportuna... Yo veo que ya piensa en ella.

Rodrigo: Pues yo de ella no sospecho nada: me parece la virtud misma.

Yago: ¡Buena virtud la de tu s narices! Si poseyera esa virtud, ¿se hubiera casado con el moro?...¡No has reparado con qué cariño le estrechaba la mano?

Rodrigo: Sería cortesía.

Yago: Sería lujuria: una especie de prólogo de sus livianos apetitos... Calla y déjate guiar... Procura tu mover a indignación a Casio con cualquier pretexto...

 

Iago: (about Desdémona) … Mark me with what violence she first loved the Moor, but for bragging and telling her fantastical lies… now, for want of these required conveniences, her delicate tenderness will find itself abused, begin to heave the gorge,             disrelish and abhor the Moor; very nature will instruct her in it and compel her to some second                choice… Now, sir, this granted,--as it is a most pregnant and unforced position—who stands so eminent in the degree of this fortune as Cassio                does?… why, none; why, none: a slipper and subtle knave, a finder of occasions… a devilish knave… and the woman hath found him already.               

Roderigo: I cannot believe that in her; she’s full of most blessed condition.             

Iago: Blessed fig’s-end! … if she had been blessed, she would never        

 

 

Yago: ¡Liviandad, por esta mano... Pero, señor, dejaos dirigir por mí... Hallad alguna ocasión de encolerizar a Casio...

Rodrigo: Bien.

Yago: Señor, él es violento y muy repentino en su cólera, y quizá os golpee; provocadle para que lo haga, pues yo entonces me serviré de esta ocasión para excitar a los de Chipre a una revuelta, cuya pacificación no podrá operarse sino por destitución de Casio... (Pág. 34/35)

 

 

Rodrigo: Así lo haré.

Yago: Tiene mal genio y fácilmente se incomodará y te pondrá la mano en el rostro; con tal ocasión le desafías, y esto me basta para que se arme un tumulto entre los isleños que llevan muy a mal el gobierno de Casio. No pararemos hasta quitarle su empleo... (Pág. 48/49)

 

 

have loved the Moor... Didst thou not see her paddle with the palm of his hand? Didst not mark that?

Roderigo: Yes, that I did; but that was but courtesy.      

Iago: Lechery, by this hand.,..  But, sir, be you ruled by me… do you find           some occasion to anger Cassio

Roderigo: Well.

Iago: Sir, he is rash and very sudden in choler, and haply may strike at you: provoke him, that he may; for even out of that will I cause these of Cyprus to           

mutiny; whose qualification shall come into no true taste again but by the displanting of Cassio.

Yago: (Sobre Desdémona) ... Ahora yo la quiero también; no por deseo carnal (aunque quizás el sentimiento que me guía se tan gran pecado), sino porque ella me proporciona en parte en sazonamiento de mi venganza. Pues abrigo la sospecha que el lascivo moro ha ocupado mi puesto, sospecha que, como un veneno mineral, me roe las entrañas, y nada podrá contentar mi alma hasta que liquide cuenta con él, esposa por esposa; o si no puedo, hasta que haya arrojado al moro en tan violentos celos, que el buen sentido no pueda curarle...

Quiero que el moro me de las gracias, me ame y me recompense por haber hecho de él un asno insigne, y turbado su paz y quietud hasta volverle loco... (Pág. 36)

 

Yago: (Sobre Desdémona) ... Yo también la quiero, y no con torpe intención, aunque quizás sea mayor mi pecado. La quiero por instinto de venganza, porque tengo sospechas  de que el antojadizo moro merodeó en otro tiempo por mi jardín. Y de tal manera me conmueve y devora esta sospecha, que no quedaré contento hasta verme vengado. Mujer por mujer; y si esto no consigo, he de trastornar el seso del moro con celos matadores... Con esto lograré  que Otelo me tenga por  buen amigo suyo y me agradezca y premie con liberal mano por haberle hecho hacer papel de bestia, enloqueciéndole y privándole de sosiego... (Pág. 49)

 

Iago: (about Desdemona) … Now, I do love her too; Not out of absolute lust, though peradventureI stand accountant for as great a sin, But partly led to diet my revenge, For that I do suspect the lusty Moor  Hath leap’d into my seat; the thought whereof

Doth, like a poisonous mineral, gnaw my inwards; And nothing can or shall content my soul

Till I am even’d with him, wife for wife, Or failing so, yet that I put the Moor  At least into a jealousy so strong  That judgment cannot cure... Make the Moor thank me, love me and reward me. For making him egregiously an ass And practising upon his peace and quiet.

 

 

 

Yago: Si puedo inducirle a que acepte siquiera una copa, con la que ya ha bebido esta noche, se pondrá tan pendenciero y agresivo como el perro de mi joven dama. Por su parte mi loco imbécil de Rodrigo... bebe esta noche... y forma parte de la guardia... También he regado esta noche con abundantes libaciones  a los tres mancebos de Chipre... que están asimismo de guardia. Ahora, entre esta bandada de borrachos haré que Casio comete alguna acción que puede ofender a la isla... (Pág. 38)

 

Yago: Con otra copita más que yo le haga beber sobre la de esta tarde se alborotará que más que un gozquecillo labrador. Ese Rodrigo que es un necio... ha bebido esta noche largo... Él hace la guardia y con él tres mancebos de Chipre... Veremos si Casio, mezclado con esta tropa de borrachos, hace alguna locura que le acarreé enemistades en la isla... (Pág. 52)

Iago: If I can fasten but one cup upon him, With that which he hath drunk to-night already, He’ll be as full of quarrel and offence As my young mistress’ dog. Now, my sick fool Roderigo, Whom love hath turn’d almost the wrong side out, …and he’s to watch: Three lads of Cyprus, noble swelling spirits, …Have I to-night fluster’d with flowing cups, And they watch too. Now, ‘mongst this flock of drunkards, Am I to put our Cassio in some action That may offend the isle.

 

ACTO SEGUNDO

Escena Tercera

 

ACTO SEGUNDO

Escena Tercera

 

ACTO SEGUNDO

Escena Tercera

 

Otelo: ... ¿Qué sucede, Señor? Honrado Yago, tú, que tienes aire de morir de pesar, habla. ¿Quién ha comenzado esta riña? Te lo mando por tu afecto.

Yago: Lo ignoro... (Pág. 41)

 

Otelo: ... ¿Qué es esto caballeros? Tú, mi buen Yago, ¡por qué palideces? Cuéntamelo todo. ¡Quién comenzó la pendencia?. No me ocultes nada. Tu lealtad invoco.

Yago: El motivo no lo sé (Pág. 55)

Othello: What is the matter, masters?                Honest Iago, that look’st dead with grieving, Speak, who began this? on thy love, I charge thee.            

Iago: I do not know

Otelo: ... Yago ¿Quién la empezó?

... Yago: ... Aunque Casio haya maltratado un poco a este caballero..., sin embargo creo yo que Casio ha recibido seguramente de parte del que huyó algún ultraje extraordinario que la paciencia no podía tolerar.

Otelo: Sé Yago, que tu honradez y amistad te inducen a atenuar el hecho, para que pese menos sobre Casio.- Casio, te estimo; pero no serás nunca más mi oficial... (Pág. 42)

 

Otelo: Dímelo con verdad, Yago ¿Quién comenzó?

... Yago: ... Y tengo para mí que aunque Casio golpeó a Montano..., fue sin duda porque había recibido del fugitivo alguna ofensa intolerable.

Otelo:  La amistad que con Casio tienes y tu natural benévolo, amigo Yago, te mueven a disculparle. Mucho te quiero, Casio, pero ya no puedes ser mi teniente... (Pág. 56/57)

Othello: … Iago, who began’t?

... Iago: Though Cassio did some little wrong to him, Yet surely Cassio, I believe, received From him that fled some strange indignity, Which patience could not pass.

Othello: I know, Iago, Thy honesty and love doth mince this matter, Making it light to Cassio. Cassio, I love thee But never more be officer of mine.               

 

Yago: … Voy a deciros lo que tenéis que hacer. La mujer de nuestro general es ahora el general... Confesaos a ella francamente, pedirle, hasta mostraros importuno, su ayuda para recobrar vuestro puesto...

Cassio: Me dais buen consejo.

YagoProtesto que es con toda la sinceridad de mi afecto y mi honrada bondad.

Cassio: Lo creo francamente... (Sale)

Yago: Y¿ quién se atrevería a decir que represento el papel de villano, cuando el consejo que doy es honrado y sincero, de una realización probable y el único medio, en verdad, de aplacar al moro?... ¡Divinidad del infierno!... Cuando los demonios quieren sugerir los más negros pecados, principan por ofrecerlos bajo las muestras más celestiales, como hago yo ahora. Pues mientras este honrado imbécil solicite apoyo a  Desdémona para reparar su fortuna y ella abogue apasionadamente a favor suyo cerca del moro, insinuaré en los oídos de Otelo esta pestilencia de que intercede por él por lujuria del cuerpo; y cuanto más se esfuerce ella en servir a Casio, tanto más destruirá su crédito ante el moro. Así la confundiré en su propia virtud y extraeré de su propia generosidad la red que coja a todos en la trampa. (Pág. 44/45)

 

Yago: … Ahora oíd lo que toca hacer. La mujer de nuestro gobernador le domina a él... Decidle la verdad, ponedla a ella de intercesora, para que os restituya a vustro empleo...

Cassio: Me das un buen consejo.

YagoTan sincero y honrado como es mi amistad hacia vos.

Cassio: Así lo creo... (Sale)

Yago: ¿quién dirá que soy un malvado y que no son buenos y sanos mis consejos?... ¡Diabólico consejo el mío! ¡Arte propia del demonio engañar a un alma incauta con halagos que parecen celestiales! Así lo hago yo, procurando que este necio busque la intercesión de Desdémona, para que ella ruegue al moro a favor de él. Y entre tanto yo destilaré torpe veneno en los oídos del moro, persuadiéndole que Desdémona pone tanto empeño que no se vaya Casio para conservar su ilícito amor. Y cuanto ella haga para favorecerle, tanto más crecerán las sospechas de Otelo. De esta manera convertiré el vicio en virtud, tejiendo con la piedad de Desdémona la red en que ambos van a caer. (Pág. 59/60)

 

Yago: … I’ll tell you what you shall do. Our general’s wife is now the general…  confess yourself freely to her; importune her help to put you in your place again...

Cassio: You advise me well.

YagoI protest, in the sincerity of love and honest kindness.

Cassio: I think it freely... (Exit)

Yago: And what’s he then that says I play the villain?                When this advice is free I give and honest, Probal to thinking and indeed the course                To win the Moor again??... ¡Divinity of hell!                When devils will the blackest sins put on, They do suggest at first with heavenly shows,   As I do now: for whiles this honest fool Plies Desdemona to repair his fortunes And she for him pleads strongly to the Moor, I’ll pour this pestilence into his ear, That she repeals him for her body’s lust; And by how much she strives to do him good, She shall undo her credit with the Moor. So will I turn her virtue into pitch, And out of her own goodness make the net That shall enmesh them all.

 

Yago: ...  Dos cosas hay que hacer... Mi esposa debe disponer a su ama a favor de Casio. Voy a prepararla, y yo, al mismo tiempo, tendré cuidado de llevar al moro aparte y conducirle precisamente en el momento en que pueda hallar a Casio solicitando a su mujer... ¡Sí, ése es el medio! ¡No dejemos que este plan languidezca por frialdad y demora!.  (Pág. 45)

Yago: ...  Dos cosas tengo que hacer. La primera, hacer que mi mujer ayude a Desdémona en su petición a favor de Casio; y cuando ella esté suplicando con más ahínco, me interpondré yo y hablaré al moro. No es ocasión de timideces ni de esperas.  (Pág. 61)

 

Iago: ...  Two things are to be done: My wife must move for Cassio to her mistress;  I’ll set her on;  

Myself the while to draw the Moor apart,          And bring him jump when he may Cassio find Soliciting his wife: ay, that’s the way Dull not device by coldness and delay.

 

 

 

   
   

 

   
   

 

 

ACTO TERCERO

Escena Primera

 

ACTO TERCERO

Escena Primera

 

ACTO TERCERO

Escena Primera

 

 

Cassio Os agradezco humildemente. (Sale Yago) No he conocido un florentino más amable y honrado. (Pág. 48)

 

Cassio De todas veras te lo agradeceré  (Aparte) Ni en Florencia misma he hallado un hombre tan cortés y atento. (Pág. 62)

Cassio:  I humbly thank you for’t.  [Exit IAGO]                I never knew A Florentine more kind and honest.

 

 

ACTO TERCERO

Escena III

ACTO TERCERO

Escena III

ACTO TERCERO

Escena III

 

 

Desdemona: Ten la seguridad, mi buen Casio, de que emplearé todas mis facultades en tu favor.

Emilia: Hacedlo, buena señora; os garantizo que esta desgracia aflige a mi esposo como si fuera suya.

Desdemona: ¡Ho, es un honrado compañero!... (Pág. 49)

 

Desdemona: Pierde el temor amigo mío. Te prestaré toda la ayuda y favor que pueda.

Emilia: Señora, os suplico que lo hagáis, porque mi marido lo toma como asunto propio.

Desdemona: ¡Es muy honrado... (Pág. 63/64)

 

Desdemona: Be thou assured, good Cassio, I will do         All my abilities in thy behalf.  

Emilia: Good madam, do: I warrant it grieves my husband, As if the case were his.

Desdemona: O, that’s an honest fellow.... (Pág. 49)

 

 

Yago: Señor, sabéis que os estimo.

Otelo: Lo creo, y precisamente porque sé que estás lleno de afecto y de honradez y que pesas tus palabras antes de proferirlas, es por lo que tus reticencias me asustan más: pues tales modos de conducirse son perfidias habituales en un bellaco desleal y mentiroso; pero en un hombre justo son revelaciones veladas que se escapan de un pecho incapaz de dominar su emoción. (Pág. 52)

 

Yago: Señor, ya sabéis que de todas veras os amo.

Otelo: Por lo mismo que lo sé y lo creo, y te juzgo hombre serio y considerado en lo que dices, me asustan tus palabras y tu silencio. No los extrañaría en hombres viles y soeces, pero en un hombre honrado como tú son indicios de que el alma está ardiendo, y de que quiere estallar de indignación comprimida.  (Pág. 67)

 

Iago:       My lord, you know I love you.              

Othello: I think thou dost;               

And, for I know thou’rt full of love and honesty,              

And weigh’st thy words before thou givest them breath,                Therefore these stops of thine fright me the more: For such things in a false disloyal knave    

Are tricks of custom, but in a man that’s just They are close delations, working from the heart That passion cannot rule.

 

Yago: ... ahora tender una razón para mostraros más francamente la estima y obediencia que os profeso. Por tanto, obligado como estoy, recibid este aviso... Vigilad a vuestra esposa, observadla bien con Cassio... 

...

...Espero consideréis que lo que os digo emana de mi afecto por vos...

...

Otelo: ¿Por qué  me habré casado? ¡Este honrado individuo ve y sabe más, mucho más de lo que cuenta!

...

Este camarada es de una excesiva honradez y sabe penetrar con espíritu claro en los resortes de las acciones humanas... (Pág. 53/55)

 

Yago: ... Y así conocerás mejor la lealtad que te profeso... Vigila a tu esposa: repárala bien cuando hable Casio... 

...

...Repara que cuanto te he dicho ha sido por tu bien...

...

Otelo: ¿Para qué me habré casado? Sin duda este amigo sabe mucho más de lo que me ha confesado.

...

Este Yago es buen hombre y muy conocedor del mundo... (Pág. 69/71)

 

Iago: ... I am glad of it; for now I shall have reason To show the love and duty that I bear you With franker spirit: therefore, as I am bound,         

Receive it from me… Look to your wife; observe her well with Cassio;... 

...

... I hope you will consider what is spoke

Comes from my love...

...

Othello: This fellow’s of exceeding honesty,And knows all qualities, with a learned spirit, Of human dealings…

 

Emilia: Me encanta haber encontrado este pañuelo. Es el primer recuerdo que ella recibió del moro. Mi porfiado marido me ha acariciado cien veces oara que lo robara... Lo que intenta con ello, sábelo el Cielo, no yo; yo no sé nada, sino satisfacer su fantasía. (Pág. 55)

 

Emilia: ¡Oh felicidad! Este es el pañuelo ofrenda amorosa del moro. Mi marido me ha pedido mil veces que se lo robe... se lo daré a Yago, aunque no puedo atinar para qué lo desea; Dios lo sabe. A mí sólo me toca obedecer. (Pág. 72)

 

Emilia: I am glad I have found this napkin: This was her first remembrance from the Moor: My wayward husband hath a hundred times…, And give’t Iago: what he will do with it       

Heaven knows, not I; I nothing but to please his fantasy.

 

Yago: ... Voy a extraviar este pañuelo en la habitación de Cassio  y a dejarle que lo encuentre... El moro se altera ya bajo el influjo de mi veneno...  (Pág. 56)

 

Yago: ... Voy a tirar este pañuelo en el aposento de Casio, para que allí lo encuentre... Ya comienza a hacer su efecto el veneno...  (Pág. 73)

Iago: ... I will in Cassio’s lodging lose this napkin, And let him find it… The Moor already changes with my poison…

ACTO CUARTO

Escena Primera

 

ACTO CUARTO

Escena Primera

 

ACTO CUARTO

Escena Primera

 

Yago: ¿Queréis retiraros? (Otelo se oculta) Ahora voy a preguntar a Cassio por Blanca, un ama de casa que vende sus favores para comprarse pan y vestidos... –Aquí viene- Cuando sonría, Otelo se pondrá furioso, y sus celos ignaros interpretarán al revés las sonrisas, los gestos y la conducta ligera del pobre Casio... (Pág. 67)

 

Yago: Ahora escóndete ( Se aleja Otelo) Para averiguar dónde está Casio lo mejor es preguntárselo a Blanca, una infeliz a quien Casio mantiene en cambio de su venal amor... Pero aquí viene el mismo Casio (Sale Casio) Su risa provocará la ira de Otelo. Toda la alegría y regocijo del pobre Casio la interpretará con la triste luz de los celos... (Pág. 87)

 

Iago: Will you withdraw? [OTHELLO retires] Now will I question Cassio of Bianca,A housewife that by selling her desires Buys herself bread and clothes… Here he comes: [Re-enter CASSIO] As he shall smile, Othello shall go mad; And his unbookish jealousy must construe                Poor Cassio’s smiles, gestures and light behavior, Quite in the wrong…               

Otelo: ¡Procúrame un veneno, Yago! Esta noche...

Yago: No os sirváis del veneno. ¡Estranguladla en su lecho, en ese mismo lecho que ella ha mancillado!

Otelo: ¡Bien! ¡Bien! ¡Es una justicia que me place! ¡Muy bien!.

Yago: Y en cuanto a Cassio , dejad que corra de mi cuenta... (Pág. 69/70)

Otelo: Búscame un veneno, Yago, para esta  misma noche...

Yago: No estoy por el veneno. Mejor es que la ahoguéis sobre el mismo lecho que ha profanado.

Otelo: ¡Admirable justicia! Lo encuentro muy bien.

Yago: De Casio yo me encargo... (Pág. 91)

 

Othello: Get me some poison, Iago; this night…

Iago: Do it not with poison, strangle her in her bed, even the bed she hath contaminated.               

Othello: Good, good: the justice of it pleases: very good.   

Iago: And for Cassio, let me be his undertaker…

ACTO CUARTO

Escena II

 

ACTO CUARTO

Escena II

 

ACTO CUARTO

Escena II

 

Emilia: ¡Que me ahorquen si no hay algún sempiterno villano... que le ha imbuido esta idea en la cabeza para obtenerse un empleo! ¡Que me ahorquen si no es así!

Yago: ¡Quita allá! No hay un hombre semejante. Es imposible. (Pág. 75)

 

Emilia: Maldita sea yo si no es algún malsín calumniador... quien ha tramado esta maraña para conseguir de él algún empleo. Ahorcada me vea yo si no acierto.

Yago: No hay hombre tan malvado. Dices un absurdo. Cállate. (Pág. 98)

 

Emilia:   I will be hang’d, if some eternal villain, …, to get some office, Have not devised this slander; I’ll be hang’d else.               

Iago:       Fie, there is no such man; it is impossible.   

 

Yago: ... para lo cual no hay medio más seguro que eliminar a Cassio.

Rodrigo: ¿Qué entendéis por eliminarle?.

Yago:  ... saltarle los sesos.

...

... Yo estaré cerca de vos para secundar vuestro atentado, y caerá entre nosotros... (Pág. 77)

 

 

Yago: ... es decir, si Casio no desaparece de la escena.

Rodrigo: ¿Qué quieres decir con eso?.

Yago:  Que convendría quitarle de en medio.

...

... te ayudaré a matarle... (Pág. 101)

 

Iago: ... wherein none can be so determinate as the removing of Cassio.

Roderigo: How do you mean, removing of him?

Iago:  … knocking out his brains.

...

...  I will be near to second your attempt, and he shall fall between us....

 

ACTO QUINTO

Escena I

 

ACTO QUINTO

Escena I

 

ACTO QUINTO

Escena I

 

Yago: He restregado esta joven pústula casi hasta lo vivo, y vedle inflamarse de cólera. Ahora, que mate Cassio, o que Cassio lo mate a él, o que se maten ambos, por cualquier camino salgo ganancioso. (Pág. 81)

 

Yago: Tanto me he burlado de este necio que ya empieza a conocerlo. Mate él a Casio, mátele Casio a él o mueran los dos, siempre saldré ganando. (Pág. 105)

Iago: I have rubb’d this young quat almost to the sense, And he grows angry. Now, whether he kill Cassio,   Or Cassio him, or each do kill the other,       

Every way makes my gain…

 

Rodrigo: ... ¡Villano, eres muerto! (Le da una estocada a Cassio).

Cassio: Esa estocada me hubiera sido funesta en verdad; pero mi cota es mejor de lo que tu suponías. ¡Voy a poner a prueba la tuya! (Desenvaina y hiere a Rodrigo).

Rodrigo: ¡Oh, muerto soy! (Yago hiere por detás a Cassio en una pierna y sale).

Cassio:  ¡Estoy lisiado para siempre! ¡Socorro, hola! ¡Al asesino! (Cae).

Otelo: ¡La voz de Casio!... ¡Yago cumple su palabra!

...

¡Es él!... ¡Oh bravo Yago! ¡Hombre honrado y justo, que posees tan noble sentimiento del ultraje hecho a un amigo! ¡Tú me enseñas mi deber!... (Pág. 81/82)

 

Rodrigo: ... ¡Muere, traidor! (Le da una estocada).

Casio: ... La vida me hubiera costado esta estocada a no traer el jubón tan bien aforrado. Veamos como está el tuyo  (Hiere a Rodrigo).

Rodrigo: ¡Confesión! ¡Muerto soy! (Yago hiere en la pierna a Casio y huye luego).

Casio:  ¡Me han dejado cojo para siempre! ¡Asesino! ¡Favor! (Sale Otelo).

Otelo: Voz es de Casio!... Yago ha cumplido bien su palabra.

...

Es Casio, es Casio ¡Oh valeroso Yago, que has sentido como propia la afrenta de un amigo; tú me muestras el camino de la venganza!!... (Pág. 106)

 

Roderigo: ... Villain, thou diest! [Makes a pass at CASSIO]

Cassio: ... That thrust had been mine enemy indeed,           

But that my coat is better than thou know’st I will make proof of thine. [Draws, and wounds RODERIGO]

Roderigo: O, I am slain!    

[IAGO from behind wounds CASSIO in the leg, and exit]               

Cassio:  I am maim’d for ever. Help, ho! murder! murder! [Falls]                [Enter Othello]

Otelo: The voice of Cassio: Iago keeps his word.

...

‘Tis he:--O brave Iago, honest and just,        That hast such noble sense of thy friend’s wrong! Thou teachest me…

Vuelve a entrar Yago con una luz.

Yago: ¡Ay de mí, teniente! ¿Qué villanos han hecho esto?

...

Cassio: ¡Ese es uno de ellos!

Yago: ¡Oh vil asesino! ¡Oh miserable! (Apuñala a Rodrigo)

Rodrigo: ¡Oh maldito Yago! ¡Oh inhumano perro!...

...

Yago:  ¿Cómo vas hermano?

Cassio:  Mi pierna está partida en dos.

Yago: ... Voy a vendarle con mi camisa. (Pág. 83)

...

Yago: ... ¡Esta noche hago mi suerte, o me destruyo por completo! (Pág. 85)

 

Sale Yago muy ligero de ropa con una luz.

Yago: ¡Dios mío! ¡Mi teniente!  ¿Quién os ha puesto de esa manera?

...

Casio: Uno de ellos es aquél.

Yago: ¡Traidor, asesino! (Saca el puñal y hiere a Rodrigo)

Rodrigo: ¡Maldito Yago!

¡perro infernal!

...

Yago:  ¿Qué tal  hermano?

Casio:  Tengo herida la pierna.

Yago: ... Yo vendaré las heridas con mi ropa. (Pág. 107/108)

...

Yago: ... Esta noche será la de mi felicida o la de mi ruina (Pág. 110)

[Re-enter IAGO, with a light].

Iago: ¡ O me, lieutenant! what villains have done this?    

...

Cassio: That’s one of them.

Iago: O murderous slave! O villain! [Stabs RODERIGO]

Roderigo: O damn’d Iago! O inhuman dog!

...

Iago:  How is’t, brother!

Cassio:  My leg is cut in two.

Iago: ... I’ll bind it with my shirt.

Iago: ... This is the night   

That either makes me or fordoes me quite.              

 

ACTO QUINTO

Escena II

 

ACTO QUINTO

Escena II

 

ACTO QUINTO

Escena II

 

Otelo: ¡Cassio la había seducido!... Pregúntalo, si no, a tu esposo... Tu marido lo sabía todo.

Emilia: ¡Mi marido!           

Otelo: Tu marido.               

Emilia: ¿Que había faltado a la fe conyugal?            

Otelo: Si, con Cassio….

Emilia: ¡Mi marido!           

Otelo: Sí; fue él quien me lo advirtió primero; es un hombre honrado, y detesta el fango que se adhiere a las acciones inmundas.

Emilia: ¡Mi marido!            

Othello: ¡Qué significan esas repeticiones, mujer? Tu marido, he dicho.

Emilia: … ¿ha dicho mi marido que era desleal?          

Othello: El mismo, mujer. Tu marido repito ¿Entiendes la palabra? Mi amigo, tu marido, el honrado, el honrado Yago.

Emilia: ¡Si ha dicho eso, púdrase su alma perniciosa medio grano al día! ¡Miente desde el fondeo de su corazón! ¡Estaba demasiado prendado de su elección, por demás horrible!.  (Pág. 88)

 

Otelo: Casio gozó de su amor. Que te lo cuente tu marido... Yago lo averiguó.

Emilia: ¿Mi marido?          

Otelo: Tu marido.               

Emilia: ¿El averiguó que Desdémona te había sido infiel?               

Otelo: Si, con Cassio….

Emilia: ¡Mi marido!           

Otelo: El me lo descubrió todo. Es hombre de bien y aborrece toda infamia y torpeza.

Emilia: ¡Mi marido!            

Otelo: ¿Por qué repites tanto “mi marido”?

Emilia: … ¿Y mi marido te dijo que ella había sido infiel?         

Otelo: Si, tu marido. ¡Lo entiendes ahora? Yago, mi fiel amigo Yago..

Emilia: Pues si tales cosas te ha dicho, consúmase su alma, un átomo cada día. ¡Ha mentido como un infame! Bien deseaba el puesto que tan caro ha comprado.  (Pág. 115/116)

OthelloCassio did top her; ask thy husband else... Thy husband knew it all.            

Emilia: My husband!        

Othello: Thy husband.     

Emilia: That she was false to wedlock?              

Othello: Ay, with Cassio…

Emilia: My husband!        

Othello: Ay, ‘twas he that told me first: An honest man he is, and hates the slime That sticks on filthy deeds.

Emilia: My husband!        

Othello: What needs this iteration, woman? I say thy husband.              

Emilia: … My husband say that she was false!     

Othello: He, woman;I say thy husband: dost understand the word? My friend, thy husband, honest, honest Iago.         

Emilia: If he say so, may his pernicious soul Rot half a grain a day! he lies to the heart: She was too fond of her most filthy bargain.

 

Entran Montano, Graciano y Yago.

 

Emilia: ¡Oh! ¿Habéis venido, Yago? Menester es que hayáis obrado bien, para que las gentes os echen sus crímenes sobre vuestras espaldas.

...

¡Desmiente a este malvado, si eres un hombre! Dice que le has contado que su esposa era desleal. Sé que no lo has hecho; tú no eres un villano semejante. Habla, pues mi corazón se desborda.

Yago: Le he dicho lo que pensaba, y nada que no haya podido conocer y verificar por sí mismo.

Emilia: Pero ¿le dijiste alguna vez que ella era desleal?

Yago: Se lo he dicho.

Emilia: Le habéis dicho una mentira... ¿Habéis dicho con Cassio?.

Yago: Con Casio, señora. Vamos, retened vuestra lengua.

...

Emilia: ¡Y son vuestros informes los que le han hecho cometer este asesinato!

...

Yago: ¡Cómo! ¿Estáis loca? ¡Os mando : volved a casa! (Pág. 90)

 

Salen  Montano, Yago yGraciano.

 

Emilia: ¿Ahí estás Yago?¡Qué habilidad tienes! ¡Dejar que un infame te atuse para disculpar sus crímenes!

...

Si eres hombre, desmiéntele. El cuenta que tú le dijiste que su mujer le era infiel. Yo sé bien que no lo has dicho, porque no eres tan malvado. Habla, respóndele, que el corazón quiere saltárseme.

Yago: Le dije lo que tenía por cierto, y lo que luego él ha averiguado.

Emilia: ¿Y tú le dijiste que mi señora no era honrada?

Yago: Si que se lo dije..

Emilia: Pues dijiste una mentira odiosa... ¿Y le dijiste que era infiel con Casio, con Casio?.

Yago: Si con Casio. Cállate, mujer.

...

Emilia: Y tus delaciones son causa de su muerte.

...

Yago: ¿Estás loca? Vete a casa . Te lo mando  (Pág. 116/117)

 

[Enter Montano, Gratiano, Iago, and others]          

 

Emilia: O, are you come, Iago? you have done well, That men must lay their murders on your neck.               

...

Disprove this villain, if thou be’st a man: He says thou told’st him that his wife was false:      

I know thou didst not, thou’rt not such a villain: Speak, for my heart is full.    

Yago: I told him what I thought, and told no more

Than what he found himself was apt and true.

Emilia: But did you ever tell him she was false?

Yago: I did.

Emilia: You told a lie… did you say with Cassio?

Yago: With Cassio, mistress. Go to, charm your tongue.

...

Emilia: And your reports have set the murder on.

...

Yago: What, are you mad? I charge you, get you home.               

Otelo: ¡Lástima da! Pero, no obstante, sabe Yago que cometió mil veces con Casio el acto vergonzoso... Y ella misma recompensó sus trabajos amorosos con aquel testimonio y prenda de amor que yo le entregué...

Emilia:  ¡Oh cielo!...

Yago: (A Emilia) ¡Voto a Dios! ¡Callaos!.

Emilia:  ¡Lo revelaré!...

Yago: Sed juiciosa, e idos a casa.

Emilia:  ¡No quiero! (Yago intenta herir a Emilia).

Graciano: ¡Quitad! ¡Levantar vuestra espada contra una mujer!

Emilia:  ¡Oh moro estúpido!... me había suplicado que lo robara.

Yago: ¡Vil ramera!

...

Mientes basura

Emilia:  ¡Por el cielo no miento!...

Otelo: ... ¡Insigne villano! (Se precipita sobre Yago. Yago hiere a Emilia y sale) (Pág. 90)

 

Otelo: ¡Que dolor! Pero Yago sabe que ella mil veces se entregó a Casio... y además recibió de ella, en pago de su amor, el pañuelo...

Emilia:  ¡Dios poderoso!...

Yago: (A Emilia) ¡Calla te digo!.

Emilia:  No, no puedo callar, no quiero...

Yago: No digas locuras. A casa, a casa.

Emilia:  Jamás iré (Yago la amenaza).

Graciano: ¿Qué? ¿La espada sacáis contra una débil mujer?

Emilia:  ¡Perverso Otelo!... me había pedido que lo robara,

Yago: ¡Infame prostituta!

...

¡Mientes malvada!

Emilia:  No miento, no...

Otelo: ¡Monstruo!… (Se arroja sobre Yago, pero éste hiere a Emilia y huye) (Pág. 118)

 

Othello: 'Tis pitiful; but yet Iago knows    That she with Cassio hath the act of shamea thousand times committed… And she did gratify his amorous works With that recognizance and pledge of love Which I first gave her…

Emilia:  O heaven!…

Iago: Come, hold your peace.

Emilia: 'Twill out, 'twill out: I peace!…

Iago: Be wise, and get you home.

Emilia:  I will not. [Iago offers to stab Emilia]

Gratiano: Fie! Your sword upon a woman?

Emilia:  O thou dull Moor! … He begg'd of me to steal it.

Iago: Villanous whore!      

...

Filth, thou liest!  

Emilia:  By heaven, I do not, I do not, gentlemen....

Othello: ... Precious villain!               

[He runs at Iago, from behind, stabs Emilia, and exit]

 

Entran Ludovico, Montano, Cassio, llevado en una litera, y oficilaes, con Yago preso.

 

Otelo: ... ¡Si eres un diablo, no puedo matarte! (Otelo hiere a Yago)

...

Yago: Sangro, señor; pero no he sido muerto.

...

Otelo: ... Por favor, ¿queréis preguntar a ese semidiablo por qué ha hechizado así mi alma y mi cuerpo?

Yago: No me preguntéis nada; sabéis lo que sabéis. A partir de este momento no pronunciaré ni una palabra. (Pág. 92)

 

Salen Ludovico, Montano, Casio herido y Yago preso.

 

Otelo: ¡Lástima que seas demonio, porque no podré matarte! Le hiere)

...

Yago: Me has herido pero no de muerte.

...

Otelo: ... Preguntad a ese demonio qué motivo le pudo inducir a infernar de ese modo mi cuerpo y mi alma.

Yago: No me preguntéis nada, no he de responder. Todos lo sabéis. Desde ahora no he de hablar. (Pág. 120)

 

[Enter Lodovico. Montano, Cassio carried in a chair, and Officers with Iago,  prisoner]          

 

Othello: ... ¡ If that thou best a devil, I cannot kill thee. [Wounds Iago]

...

Iago: I bleed, sir; but not kill'd.

...

Othello: ... Will you, I pray, demand that demi-devil Why he hath thus ensnared my soul and body?

Iago: Demand me nothing: what you know, you know: From this time forth I never will speak word.               

 

 

   
        inicio
   

II) UBICACIÓN DE LA CULPABILIDAD EN LA TEORIA DEL DELITO.

 

Para justificar la sanción no es suficiente, que alguien haya obrado típica y antijurídicamente. Por el contrario, el juicio de disvalor implicado en la pena sólo puede pronunciarse cuando además es posible formular un reproche al autor, en el sentido de que en el momento del hecho ha tenido la posibilidad de determinarse de otra manera. Consecuencia de ello es que dentro de la teoría analítica del delito la culpabilidad sea objeto de estudio en el cuarto y último estadio de análisis.

La culpabilidad, por tanto, dice Bacigalupo, constituye el conjunto de condiciones que determinan que el autor de una acción típica, antijurídica y atribuible sea criminalmente responsable de la misma. [3]

Ya lo señalaba Soler cuando afirmaba que “al análisis objetivo del hecho examinado debe seguir el de la relación que aquél tenga con su autor, pues la culpabilidad comprende el estudio del contenido interno de un hecho que ya se ha declarado ilícito y del cual el sujeto es ya considerado autor.” [4]

 

III) IMPUTABILIDAD (CAPACIDAD DE CULPABILIDAD)

 

a) Los fundamentos de la regulación legal:

El primer presupuesto de todo reproche de culpabilidad es que el autor, en el momento del hecho, haya sido capaz de obrar responsablemente: comprender que el hecho no está autorizado y determinarse por esta comprensión, es decir, abstenerse del hecho.

La capacidad de culpabilidad debe concurrir para que la diferencia en la actitud interna frente al Derecho, de la que ha nacido la decisión de cometer el hecho, pueda resultar, en definitiva, censurable. Sólo quien ha llegado a una determinada edad y no padece graves perturbaciones psíquicas posee aquel mínimo de capacidad de autodeterminación que el ordenamiento jurídico requiere para la responsabilidad jurídico penal. Cuando falta la capacidad de culpabilidad, el autor puede, ciertamente, actuar pero no llegar a ser culpable, ya que el hecho no responde a una actitud jurídica merecedora de desaprobación.[5]

El legislador, aclara Roxin, parte de la base de que el adulto que realiza un injusto jurídico penal normalmente es imputable. Por eso no regula la imputabilidad, sino su falta excepcional: la incapacidad de culpabilidad o inimputabilidad.[6]

Por ello es que, como bien señala STRATENWERTH; no es posible determinar la capacidad de culpabilidad (capacidad de imputación) en forma positiva, sino captarla a través de la ausencia de determinados fundamentos que la excluyen. Estos fundamentos son, por un lado la minoridad y, por otro, las modificaciones anormales de la personalidad o el déficit de la misma.[7]

 

b)    Imputabilidad desde el punto de vista psiquiátrico forense:

Puede afirmarse que el nexo que interrelaciona al  Derecho Penal con  la  Psiquiatría Forense es el concepto de imputabilidad, concepto este jurídico, pero que necesita ineludiblemente de la apoyatura psiquiá­trica para poder constituirse.

Ello  obedece al  hecho  de que  para  poder aplicar la imputabilidad, ha  menes­ter que el individuo posea las cualidades, tanto psíquicas cuanto psicológicas, que hagan posible el ser pasible de imputación.

Dichas cualidades consisten en poseer salud mental y  una  personalidad  armónicamente estructurada.

Salud mental, para  que el patrimonio  de sus facultades  posea la  suficiencia  necesaria que le  permita  ejecutar  sus  acciones  con  libertad y  voluntad  de  finalidad.  Libertad, para  escoger  entre  las  opciones que  se  le  ofrezcan  en  de­terminadas   circunstancias.

Voluntad de finalidad, para obtener  el  resultado  deseado y  no  otro. Una  personalidad armónicamente   estructurada   para   poder,   movilizando   los   mecanismos   reflexivos correspondientes, alcanzar la comprensión plena de la acción que se ejecuta y hallarse en aptitud  de  dirigir  el  accionar  que  la  misma  requiere.

Sólo  con estas  cualidades  el individuo se hallará en condiciones  de valorar sus actos y los hechos  que de los mismos  resulten, ya sean  valiosos o disvaliosos  dicho  en  otros términos, podrá comprender el  valor  o  disvalor  de  sus  actos. En  estas condiciones le cabrá  plenamente  la  responsabilidad sobre  la culpabilidad  de  los  mismos,  y  cuando éstos  resulten  disvaliosos,  configurando   ilícitos,  contra­viniendo   lo  normado  por  el codificador,  les  corresponderá  el reproche de la Justicia y por lo tanto será imputable y por  consiguiente  pasible  de  la  retribución  punible  correspondiente.

Desde  el  punto  de vista psiquiátrico forense  podemos sintetizar  toda la concepción de la  imputabilidad  en  la   siguiente  fórmula:

Imputabilidad  igual a salud  mental y  normalidad psicológica  para  poder  comprender   el  disvalor  de  los  actos  y  dirigir  las  acciones.[8]

Esta concepción resulta enunciada en su totalidad en el inciso primero del artículo 34 del Código Penal, el que en sus siete incisos abarca normativamente el concepto de la inimputabilidad al explicitar en forma taxativa, quiénes y en qué circunstancias se hallan exentos de punibilidad. Desde el punto de vista médico el único que resulta de interés es el primero, que por referirse a todas las situaciones psiquiátricas excluyentes de imputabilidad se lo suele denominar corrientemente el "inciso biológico", y que nosotros consideramos más acertado sindicarlo con la designación de inciso psiquiátrico, ya que la Psiquiatría es sólo una parcialidad dentro de la totalidad biológica y esa parcialidad es la exclusivamente contemplada en el inciso de referencia. El citado inciso reza:

 

"Art. 34.—No son punibles:

1°) El que no haya podido en el momento del hecho, ya sea por insufi­ciencia  de  sus facultades, por alteraciones morbosas de las mismas o por su estado de inconsciencia error o ignorancia de hecho no imputable, com­prender la criminalidad del acto o dirigir sus acciones.

En casos  de  enajenación, el  tribunal  podrá  ordenar la reclusión del agente en un manicomio,  del  que  no  saldrá  sino  por   resolución  judicial,  con   audien­cia  del ministerio público y previo dictamen de peritos que declaren desa­parecido el peligro de que el enfermo se dañe a sí mismo o a los demás.

En los  demás casos en que se absolviera a un procesado por las causales del presente inciso, el tribanal ordenará la reclusión del mismo en un esta­blecimiento adecuado hasta que se comprobase la desaparición de las con­diciones que le hicieren peligroso".

 

Como podemos apreciar, con excepción de: "...error o ignorancia de hecho no

imputable", de exclusiva valoración jurídica, el resto de las condiciones enunciadas son de carácter psiquiátrico.

El estudio en conjunto del inciso nos permite observar que de los tres párrafos que lo constituyen, mientras que el primero es enunciativo con respecto al tiempo a considerar (“el momento del hecho”), y a quiénes alcanza la no punibilidad, los dos últimos hacen referencia al tratamiento jurídico a aplicar.

De estos dos últimos párrafos, el segundo es facultativo para el tribunal (“el tribunal podrá ordenar la reclusión del agente en un manicomio”), y exclusivo para los enajenados.

En efecto, la decisión de la reclusión podrá o no ser tomada por el tribunal, para lo cual tendrá en cuenta el peligro que revista el agente, ya que, en caso de decidirse su reclusión, ésta cesará al momento que haya "desaparecido el peligro de que el enfermo se dañe a sí mismo o a los demás". Ergo, en caso que el enaj­enado no presente peligrosidad, no tendrá por qué ser recluido.

En tanto que el tercer párrafo que alcanza a todos los dernás casos es imperativo ("el tribunal ordenará la reclusión del mismo..."), reclusión que también quedará limitada hasta "la desaparición de las condiciones que le hicieren peligroso". (Riú-Tavella)

 

c) Métodos para evaluar la inimputabilidad:

En las distintas legislaciones se suelen utilizar tres métodos o sistemas diferentes:

Biológico: Es el método que sólo se fija en el estado anormal del sujeto actuante, y con él se conforma para declarar la inimputabilidad. La ley se limita, entones, a señalar aquellos estados negativos de inimputabilidad que, como causas personales, la excluyen. Ejemplo: Código Penal Prusiano de 1851, para el cual “no hay delito si el autor, al momento de la acción, se encontraba en estado de demencia o idocia”. La causa puede ser biológica o patológica.[9]

Psicológico o Psiquiátrico Puro: Este método no se fija en los problema biológicos, en las causa o en los estados de anormalidad, sino en sus consecuencias psicológicas. Ejemplo: el Código austríaco de 1852, “enteramente privado de razón”, “no sea consciente de su acción”. [10]

Biopsicológico o mixto: Tradicionalmente se habla de un método biológico-psicológico de constatación de la inimputabilidad. La base del mismo es la idea de que primero habrían de ser constatados determinados estados orgánicos (“biológicos”), y que a continuación se habría de examinar si estaba excluida por ellos la capacidad “psicológica” de comprensión o de inhibición. Sin embargo, de ese modo no se caracterizan correctamente los datos, pues muchos trastornos de conciencia (v. gr. El estado pasional intenso, la oligofrenia normal-psicológica y la anomalía psíquica grave, que comprende sobre todo las psicopatías, las neurosis y las anomalías de los instintos) no se deben a manifestaciones de deficiencias corporales-orgánicas (biológicas). Tampoco la constatación de la capacidad de actuar de otro modo es un dato psicológico, sino que se basa sustancialmente en una aserción normativa. Por eso en la literatura científica se habla hoy con frecuencia de un método “psíquico-normativo” o “psicológico-normativo”.[11]

Este es el método preferido por la mayoría de las legislaciones comparadas y el receptado por nuestro Código Penal.[12]

 

d)  El sistema mixto del C. P. Argentino:

De lo expuesto surge que el método del C.P. Argentino es mixto. Esto significa que la alteración o insuficiencia deben producir determinados efectos. Es decir, hay una condición biológica y un efecto psicológico.

·              La condición biológica es la “insuficiencia de las facultades”, “la alteración morbosa de las facultades” o la “inconsciencia”. Se trata, en términos generales, de desarrollo insuficiente o alteración morbosa de las posibilidades psíquicas de percepción, ideación, juicio y decisión.

·              El efecto  psicológico, que deben producir es el de la incapacidad para       “comprender  la criminalidad del acto o dirigir sus acciones”. De ahí el nombre       de bioposicológica que se ha dado a la fórmula. [13]

 

e)  Disposiciones del Código Penal. Antecedentes.

 Las causas psíquicas de inimputabilidad penal estaban previstas en el inciso 1° del artículo 81 del C. P. de 1886, según el cual se declaraba exento de pena al que hubiera cometido el hecho en estado de locura, sonambulismo, imbecilidad absoluta o beodez completa e involuntaria y, generalmente, siempre que el acto hubiera sido resuelto y consumado en una perturbación cualquiera de los sentidos o de la inteligencia, no imputable al agente y durante el cual éste no hubiera tenido conciencia de dicho acto o de su criminalidad.

Por otra parte, como la norma legal no establecía qué corresponde hacer con esos anormales, debía ponérselos en libertad, con el consiguiente peligro para la sociedad.

1.- El mencionado precepto se inspiró en el proyecto de Tejedor y el de Villegas, Ugarriza y García:

 El proyecto de Tejedor,  presentado  en  dos  secciones:  la  parte  general  el  30  de diciembre de 1865 y la parte especial un año y meses más tarde, consideraba aquellos casos en los incisos 2, 3, 4 y 5 del artículo 29 del titulo 39, en la siguiente forma:

El inciso 2° declaraba exentos de pena "a los furiosos, los locos y, en general, a todos los que hayan perdido completamente el uso de su inteligencia y cometan un crimen en ese estado”.

El inciso 3° se refería "a los imbéciles, incapaces absolutamente de apreciar las consecuencias de sus acciones, o de comprender su criminalidad".

El inciso 4° "a las personas que hayan perdido el uso de su inteligencia por efecto de  senectud".

El inciso 5° "a los sordomudos que no hayan recibido la educación  conveniente para conocer la criminalidad de sus actos, ni sido instruidos  de las penas impuestas por la ley positiva y cuya irresponsabilidad esté fuera de duda".

Además, el proyecto de Tejedor, lo mismo que el de Piñero, Rivarola y Matienzo -más previsores en este aspecto de la cuestión que el Código de 1886-, agregaba "que las personas nombradas que cometan algún crimen serán encerradas en alguna de las casas destinadas para los de su clase o entregadas a su familia, según lo estime el juez por conveniente".

Por último, el inciso 3° del artículo 3° del  mismo  título, declaraba  que " el  agente  está exento de pena siempre que el acto haya sido resuelto y consumado en una perturbación cualquiera de los sentidos, o de la inteligencia, no imputable al agente, y durante el cual éste no ha tenido conciencia de dicho acto o de su criminalidad".

La exposición de motivos aclara que esa perturbación de los sentidos se refiere a la "monomanía", la embriaguez absoluta y el sonambulismo; y conforme con la descripción que hace de esos estados de anormalidad, la monomanía se refiere a los casos de delirio sistematizado.

2.-  El proyecto de Villegas, Ugarriza y García, presentado el 3 de enero de 1881 en el inciso 39 del artículo 93, declara exento de responsabilidad criminal "al que ha cometido el hecho en estado de demencia, sonambulismo, enajenación mental o imbecilidad absoluta".

La exposición de motivos no formula aclaración alguna de lo referente a esas causas de exención de pena. 

Según se ve, el Código de 1886, de acuerdo con el proyecto de Tejedor y el de Villegas, Ugarriza y García, adoptó el sistema enumerativo de las causas de irresponsabilidad por alteración psíquica, sistema que no es el adecuado, porque nunca es posible prever íntegramente la multiplicidad y variedad de trastornos que comporta la realidad clínica.

Por eso, a partir del proyecto de 1891 se buscó una fórmula sintética de redacción, más ventajosa desde el punto de vista técnico.

 

3.- El  proyecto de  Piñero,  Rivarola  y  Matienzo,  presentado  en  junio  de  1891, se ocupa de esta categoría de eximentes en los incisos 1°, 2° y 3° del artículo 59, declarando exentos de responsabilidad:

    1°) El que ha cometido el hecho bajo la influencia  de  una  enajenación  o  enfermedad mental cualquiera. "Si la perturbación no  es  momentánea, o  si  puede  temerse  su  repeti­ción,  y  el  hecho ejecutado es de los  que  la  ley  reprime  con  pena  de  muerte,  presidio,  deportación  o penitenciaría,   el  juez    decretará  la   reclu­sión  del   agente  en  un  establecimiento  de alienados  criminales,  o en un departamento  especial de los  manicomios  comunes,  del que no saldrá sino por resolución judicial en que se declare, con audiencia del Minis­terio Público y  previo  dictamen de  peritos,  que  ha  desaparecido  el peli­gro  que  motivó  la reclusión.

"En  el  mismo  caso, si  se  tratare  de  un  hecho  reprimido  con  pena  diferente  de  las mencionadas, el agente será  puesto en  libertad bajo  fianza de  custodia, que  garantice su buena conducta ulterior, observán­dose mientras dicha fianza no se  prestare, lo dispuesto en el párrafo  precedente.

   2°) El  que  ha  resuelto  y  ejecutado  el  hecho  en  estado  de  embriaguez  completa  y accidental,  sobrevenida sin  culpa  suya.

   3°) El  que  ha  ejecutado  el  hecho  en  virtud de una sugestión hipnó­tica a  que  no  ha prestado  su  consentimiento".

4.- El  proyecto  de  1906, redactado  por una Comisión de la que nuevamente formaron parte  Rivarola y  Piñero,  más  sintético que el  de  1891, establece  en el  inciso  1° del artículo  41,  que  está  exento  de  respon­sabilidad:

   1°).  El  que  ha  resuelto  y  ejecutado el  hecho  en  un  estado  de  enaje­nación  mental cualquiera, no  imputable al agente. En caso  de enferme­dad  mental, el juez  ordenará  la reclusión  del  agente  en  un  manicomio, del que  no saldrá sino por resolución judicial, con  audiencia   del  Ministe­rio   Público y  previo   dictamen  de  peritos,  que   declaren desaparecido  el  peligro  de  que   el  enfermo  se  dañe  a sí  mismo   o   a   los   demás".

Después   de   proponerse  los  términos  "enfermedad"   y   "perturbación",  que   fueron  rechazados,  se aceptó por sugerencia de José María Ramos  Mejía,  el  de  "enajenación mental   cualquiera", que  la Comisión consideró  más preciso.

A  ese  respecto,  la exposición de motivos dice: "En el inciso 1°, teniendo en cuenta que las   enumeraciones  son    difícilmente    completas,  hemos    sustituido la    que    dicho  inciso  contiene    por  un   término  genérico  que   comprende   todas    las    causas   de  irresponsabilidad de orden psíquico.” [14]

 

f) El precepto vigente

 

Con respecto al delito cometido en estado o con motivo de alteración psíquica, el Código se vale del art. 34, cuyo texto legal  emplea  términos  imprecisos  que  pueden  provocar dificultades o errores de apreciación,  como lo ha  señalado  con acierto  la  Comisión de Leyes Complementarias  del  Código Penal, en  la exposición  de  motivos  del  proyecto presentado en 1926.

En ese sentido, el defecto más importante consiste en que no se ha fijado la magnitud que deben comportar las perturbaciones por "insuficiencia" o "alteración morbosa'' a que se refiere la ley. Por lo tanto, esos vocablos indefinidos incluyen hasta las más simples anormalidades, a las que ni el concepto penal ni el criterio psiquiátrico asignan el significado de causas de irresponsabilidad.

En efecto, el término "insuficiencia" abarca las detenciones del desarrollo psíquico  de grado leve, que no redundan  en  incapacidad  de  adaptación  al  medio;  y  la  expresión "alteraciones morbosas" incluye los caso de enfermedad mental sin perturbación del juicio,  es decir, los que se describen con el nombre de "procesos fronterizos" o de "semialienación' y los de simple desequilibrio o desarmonía por fallas unilaterales o circunscritas del psiquismo.

Es cierto que los antecedentes, el sistema y el espíritu de la ley demuestran que mediante esos términos imprecisos desde el punto de vista técnico, se ha querido  aludir  al  estado patológico definido de alienación mental.

Es cierto, también, que la doctrina y la jurisprudencia  han  acordado  al  texto  legal  ese alcance restringido, con arreglo al cual sólo procede absolución de  los  sujetos  que  han cometido  el  delito  en  estado o  con   motivo  de  perturbación  psíquica  que  comporte alienación.

Pero es indudable, de todas maneras que desde el  punto de  vista técnico  hubiera sido más ventajoso emplear aquella denominación de límites precisos en la ciencia psiquiátrica, en lugar de las palabras ambiguas a que se ha recurrido para expresar lo mismo.

Corresponde señalar que, según la disposición del inciso 1° del artículo 34, las causas psíquicas de inimputabilidad deben reunir tres requisitos: 1) situación patológica de alienación o inconsciencia transitoria; 2) su existencia en el momento de la acción, y 3) su consecuencia de orden psicológico y moral, es decir, que impida comprender  la criminalidad  del   acto o  dirigir  las  acciones.

Formulado el  diagnóstico  de  estado  de  alienación  o  de  acceso  de  inconsciencia,  es  necesario establecer,  retrospectivamente, si  el  causante   se encontraba en la respectiva  situación   de   anormalidad   psíquica,   en   el   momento   del   hecho.

Ese  diagnóstico  retrospectivo   se  basa en   las  comprobaciones   del  examen   directo, documental  y  testimonial  acumulados   en  el   proceso  y   el  estudio  del   mecanismo psicogenético  del  delito. [15]

En el plano jurídico, como bien señala Donna,  la pregunta que debe hacerse es si la persona, como destinataria de la norma, tuvo capacidad para que ésta se concretara en él (es decir, que la comprenda) y, en consecuencia, pudo tomar la decisión de actuar en su contra, a pesar de que sobre sí pesaba el deber de actuar conforme a la norma. En este punto es donde cabe analizar la conducta del autor, no sólo en base a las pericias, sino teniendo en cuenta todo el contexto en que se realizó la acción del imputado. [16]

 

g) Fórmula cronológica: "En el momento del hecho"

Debe tenerse presente que no se está juzgando un estado de una persona, sino un hecho cometido por una perso­na en un momento determinado. Es decir una conducta que generó un hecho, que ocasionó un resultado, ubicado en un determinado tiempo.

Luego, lo que interesa es poder llegar a establecer cuáles eran las cualidades que dicha persona revestía en aquel momento, a los fines de que sea o no pasible de la imputación de ese hecho considerado.

No se trata de establecer el estado de la persona antes o después, sino en el momento del hecho.

Más que extenderse en detalles sobre el cuadro psiquiátrico que presenta el inculpado y en finos diagnósticos clínicos, deberá extenderse el perito en las con­sideraciones que le permitan afirmar que aquel se encontraba o no en condicio­nes de comprensión en el momento de la realización del hecho que se está juzgando.

Consideramos de fundamental importancia a esta fórmula cronológica, siempre presente e insoslayable en toda evaluación de una imputabilidad y con la que con gran sabiduría el codificador inicia la redacción del inciso. [17]

 

h) Comprender la criminalidad del acto

Por “comprender”  no  puede  entenderse  sólo conocer.  El  conocimiento  es  un  grado anterior a la comprensión. Si nosotros nos vamos a Africa a estudiar una comunidad africana y permanecemos en esta tarea  antropológica de campo durante algunos meses, describiendo cuidadosamente las pautas sociales y jurídicas de conducta de  esa comunidad, comprobando que  son  polígamos, que practican el talión, que se  tratan  las enfermedades con ungüentos que les  proporciona el brujo y con bailes, etc.,  cuando regresamos a nuestro  país   daremos una conferencia explicando las  pautas de  conducta (las normas) que  hemos visto aplicar, pero no nos casaremos con siete mujeres, ni le cortaremos la mano a quien quiere quitarnos la billetera. Habremos  conocido las normas, pero no las habremos  “internalizado”  o “introyectado”, es decir, no  las  habremos  hecho  parte de nuestro  propio equipo  psicológico.  En lugar, cuando salimos de nuestra casa y vemos a una vecina anciana la saludamos y no la golpeamos, porque hemos internalizado o introyectado las normas de conducta que nos indican que debemos ser corteses con los ancianos y respetar su debilidad.

Comprender implica, pues, conocer y también internalizar, porque la internalización requiere el conocimiento previo.

Cuanto mayor sea el esfuerzo que el sujeto deba hacer para internalizar la norma, tanto menor será la reprochabilidad de su conducta, y viceversa. [18]

La comprensión no es tan sólo el entendimiento, o el saber; es más porque, por un lado, se puede entender y no saber, y se puede saber y no comprender. Desde luego que son aspectos referidos a la esfera de lo intelectual. Por ejemplo, se puede entender que tal idioma, no es el castellano, porque, se entiende, que ni su escritura ni la palabra, se corresponden con el idioma, aunque el abecedario sea idéntico. También se puede saber, porque se puede distinguir entre una lengua y la restante, a qué idioma, o a qué lengua pertenece. Pero eso no es suficiente. Para poder saber de qué se habla, o de qué se escribe, a ese idioma habrá que comprenderlo, como único medio posible de no ignorar, qué es lo que se dice, o de qué se escribe. Eso es lo que ocurre en la propia ley porque no basta entender, ni saber lo que se hace, sino que lo que se entiende y se sabe, hay que comprenderlo. En una palabra, y así como para poder comprender un idioma se requiere al menos, un juicio relativo a él, porque se lo aprehende, y entonces se puede valorar y se valora el sentido y significación de sus términos, en el sistema de la ley ocurre igual; exactamente lo mismo. [19]

 

i) Imposibilidad de comprender la criminalidad del acto

La comprensión de la criminalidad se refiere al ámbito ético normativo. Lo que está en juego es la capacidad de la persona para captar las consecuencias de su acción en el ámbito normativo, y si a pesar de esa comprensión igual decidió llevar a cabo su conducta. Significa, afirma Laje-Anaya, que en función de las circunstancias, se comprenda que la calidad de lo comprendido, no es precisamente algo bueno, sino lo contrario; que el acto, como que es malo, tiene un sentido disvalioso.[20]

Para que el sujeto sea inimputable, la enfermedad o las causas psíquicas o biológicas deben haber comprometido la libertad en relación a la valoración del hecho. Es decir, como bien señala Jescheck, que la constatación de uno de estos elementos biológicos no bastan para apreciar la incapacidad de culpabilidad. Se precisa, además, que la perturbación psíquica haya tenido un efecto decisivo sobre la capacidad de entendimiento o de la acción del autor. Y aún concurriendo dicha comprensión, agrega Jescheck, debe negarse la capacidad de culpabilidad cuando el autor, a causa de la perturbación psíquica, no fue capaz de actuar conforma a ese entendimiento (factor volitivo), lo que sucede, sobre todo, en la embriaguez, las psicopatías, las neurosis y las perturbaciones de los instintos, porque aquí, pese a la clara conciencia del injusto, hay casos excepcionales en que los impulsos para la comisión del hecho pueden llegar a ser prepotentes, o hallarse tan debilitados los frenos inhibitorios, que aquellos ya no resulten controlables.[21]

En este orden de ideas afirma Vicente P. Cabello que “el delirante celotípico que mata a su mujer, sabe con qué y como la mata, pero yerra, y aquí la falta de comprensión, en cuanto al razonamiento que lo lleva a creer en la infidelidad de su mujer. Es decir, el sujeto no comprendió la criminalidad por alteración de su conciencia moral; o como dice Copelli, “El enfermo aceptará, en estos casos, una responsabilidad jurídico-penal, pero rechazará la responsabilidad subjetiva, moral del acto realizado”.

Spolansky afirma que “sólo puede ser capaz de culpabilidad (imputabilidad), quien puede sentirse culpable, esto es quien puede sentir el reproche”. [22]

 

j) Dirigir sus acciones

“Comprender” se referencia al intelecto y “dirigir” alude a la voluntad. De modo que son sólo los planos intelectuales y volitivos los que interesan a la imputabilidad. Esto se ha discutido y se ha entendido que también el plano afectivo interesa. [23]

Dirigir sus acciones significa que el sujeto debe tener la capacidad para dirigir sus actos, de modo que si por las causas enumeradas ello es impedido, tampoco será capaz de culpabilidad.

En el análisis de la capacidad de dirigir las acciones es decisivo ponderar si el autor es capaz de contrarrestar sus impulsos mediante las inhibiciones.

Como la fórmula es normativa, no hay duda de que es el juez quien debe analizar, con la ayuda  de los peritos, si la capacidad de culpabilidad existió en el  momento  del  hecho. [24]

   
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4)   Requisitos de inimputabilidad

 

Los requisitos de la inimputabilidad son la madurez,  la  salud mental y  la plenitud de la conciencia.   Cuando  falta   alguno  de  esos   requisitos  estamos   ante   situaciones   de inimputabilidad.

La disminución de la capacidad mental es otra causa de inimputabilidad,  que aparece en aquellos casos en que la capacidad mental que el sujeto posee se  encuentra  afectada  de tal modo que no le permite comprender y dirigir sus acciones. [25]

El art. 34, inc. 1°, C.P., plantea dos posibilidades en cuanto al origen de  la  disminución: la  de  insuficiencia de facultades  y  la  de  alteración  morbosa  de  ellas.

 

5) Alteraciones morbosas de las facultades.

Tanto en el terreno del desarrollo insuficiente como en el de la alteraciones morbosas, los límites entre la imputabilidad y la inimputabilidad, o sea, entre la salud y la enfermedad, no son matemáticos o siquiera discretamente fijos, ni para el jurista ni para el psiquiatra. Eso crea en la doctrina y en la legislación uno de los problemas de más compleja solución.[26]

Alteración, en este supuesto, es perturbación, trastorno, inquietud. Morbosa alude a enfermedad, a lo concerniente a ella.

Alguien acota que el término morboso en el art. 34 del C.P., está de más, pues siendo sinónimo de enfermedad, no se ve cómo una alteración de las facultades pueda no ser morbosa. [27]

Es posible afirmar sin temor en incurrir en exageración, que el desarrollo de esta condición (alteración morbosa) establecida por el codificador obliga a incursionar en el ámbito de todo saber psiquiátrico.

La alteración supone que se tuvo madurez mental y salud mental, y que a causa de la alteración (orgánica) morbosa, vale decir por enfermedad, las funciones ya no son ejercidas con normalidad; se han trastornado. El sujeto ya ha perdido su salud mental (los avances científicos en el campo médico, han llevado a entender que “goza de salud mental aquella persona que piensa, siente y actúa en armonía con el medio, creando y compartiendo el bienestar social”. Confr. Cabello, Psiquiatría Forense en el Derecho Penal).

Es de suyo que dentro de la alteración morbosa de las facultades queda comprendida la alienación mental (enfermos psicóticos, que, a causa de aquélla, ya no tienen sana inteligencia ni libre voluntad. Entre nosotros, no se ha discutido nunca que esta patología no pueda integrar ni integre, lo que el término “alteraciones morbosas” encierra). [28]

Pero la alteración morbosa, exigida por la ley, no significa únicamente alienación, pues ello reduciría arbitrariamente el concepto legal al aspecto intelectual de la actividad psíquica, descartando la alteración en la emotividad y en la afectividad. [29]

 

6)  Psicosis.

En realidad es un término con el que se expresa un perfil conductual por el que se manifiesta un retraimiento o un activo intento de reconciliación de la realidad del mundo circundante con el mundo interior, de pensamientos y sentimientos desordenados, en procura de restitución mediante convicciones delirantes y alucinaciones.

Es una conducta no realista que desintegra en su mayor parte, cuando no totalmente, las formas adaptativas, con grave desestructuración de la personalidad.

Podemos distinguir dos grandes grupos de psicosis: las funcionales y las orgánicas. Dentro de las primeras (también llamadas endógenas), se agrupan: la esquizofrenia, la manía y la depresión; mientras que dentro de las orgánicas (llamadas exógenas), de base somática o sintomáticas, se ubican: las seniles, arterioscleróticas, alcohólicas, tóxicas, infecciosas y postraumáticas.

 

a)     Definición:

Son trastornos mentales graves, caracterizados por la desintegración y profundo cambio de la personalidad del paciente, con alteraciones del pensamiento y la tendencia a replegarse sobre sí mismo. Es sinónimo de locura o alienación.

Son entidades de origen orgánico y emocional, en las cuales la capacidad del individuo para pensar, responder emocionalmente, comunicarse y conducirse de manera adecuada, está deteriorada por la pérdida del contacto con la realidad, hasta el punto de incidir en su vida diaria, y especialmente en su relación con las demás personas.

Schneider dice que “la psicosis es siempre una alteración total, con trastorno global de la personalidad”.

 

b)     Características de la Psicosis:

A)    Etiología: Tiene un origen somático (orgánico).

B)    Iniciación: El principio es claro y preciso en el tiempo. La personalidad cambia a partir de un hecho concreto.

C)    Conciencia de enfermedad:  El enfermo psicótico no tiene conciencia de su enfermedad.

D)    Patoplastía: Las psicosis tiene manifestaciones externas reactivas frente a la situación interna que vive el paciente. Estas reacciones dependen de la personalidad previa del enfermo.

E)    Personalidad: En la psicosis se desintegra la personalidad. Aquí no hay nada autobiográfico; es como  si  naciera  otra  personalidad, con diferente manera  de ser.

F)     Contacto con la realidad: El paciente psicótico pierde el contacto con la realidad y la sustituye con producciones propias, de tipo alucinatorio y delirante.

G)    Pensamiento: La esfera del pensamiento es la más afectada en la psicosis, con trastornos tanto del curso como del contenido del pensamiento.

 

c) Clasificación de las psicosis:

Endógenas o Funcionales: se entienden por tal todas aquellas enfermedades cuyo agente causal es por ahora desconocido. Se supone que la enfermedad endógena es constitucional, propia de la naturaleza del individuo, posiblemente defectuosa por una anomalía genética. En estas entidades endógenas interviene factores tales como la edad, sexo, raza, constitución y herencia. Pertenecen a este grupo de psicosis la esquizofrenia, la psicosis maniacodepresiva, la paranoia y otras psicosis.

Exógenas o somatógenas:  estas psicosis tienen un fundamento corporal conocido. Son de causa conocida, en ellas hay un sustrato histopatológico cerebral. Pueden tener una etiología originariamente extracerebral y son alteraciones reversibles con el tratamiento. ( Podemos mencionar las psicosis traumáticas – transtornos por lesiones cerebrales - , la psicosis por infección, los espamoaneurismas de orden orgánico – epilepsia – y las degradaciones de la personalidad que culminan en demencia – arteriosclerosis -)

 

d) Estados paranoides.

Con esta denominación se agrupan los estados psicóticos que ofrecen como característica fundamental cursar siempre con un delirio, que puede afectar el  tipo de referencia, grandeza, influencia, persecutorio o celotipia, no presentándose alucinaciones adicionadas al mismo, no revistiendo el carácter de dispersión o extravagancia, generalmente sistematizado y de desarrollo lógico progresivo.

Con buena y adecuada respuesta emocional y mantenimiento de la conducta social, la personalidad conserva su integridad; cuando no, sufre un mínimo deterioro a través de un lapso muy prolongado.

Antiguamente, en el curso del siglo XVIII, a todos los cuadros delirantes se les aplicaba la denominación de paranoia, siendo Kahlbaum ya en 1863 quien rescato la exclusividad  de  la  misma  solamente  para  los  delirios  de  grandeza o  persecutorios.

Con  posterioridad  Kraepelin, ya en las postrimerías  de la centuria pasada, estableció la diferencia entre la auténtica paranoia, poco frecuente, fijada  y sin  ninguna  expectativa de  modificación,  y   los   estados   paranoides,  que  admitían   una   mayor   elasticidad sintomatológica y una evolutividad no tan rígida y para los  cuales aceptó la  designación de   parafrenia,   diferenciándolos   de   aquélla   y   de   la   esquizofrenia   paranoide.

De  la compulsa de los diferentes criterios sustentados por  los distintos autores podemos admitir que la diferencia   entre   la   paranoia   propiamente   dicha, la   parafrenia   y   la esquizofrenia   paranoide   estriba   solamente   en   una   cuestión   de   grado.

Clínicamente resulta evidente que, mientras la esquizofrenia paranoide es de aparición más temprana y cursa con una más acelerada y manifiesta desestruc­turación de la personalidad, el resto de los estados paranoides son de debut más tardío, generalmente entre la tercera o cuarta década de la vida, con un escaso deterioro de la personalidad o aun ninguno en el transcurso de muchos años.

 

e) Etiología

En   este   trastorno   los   factores   hereditarios   no   tienen   ninguna   importancia,   los mecanismos orgánicos tampoco juegan ningún papel. Los factores psicológicos si tienen una gran preponderancia en la etiología de la paranoia. Desde la época   de   Freud  hasta hoy, se sostiene que el paranoico tiene   impul­sos   inconscientes   homosexuales,   cuyos principales   mecanismos   defensivos  son   la  negación   y  la  proyección. El psiquiatra austriaco   demostró   que   el rechazo del    deseo homosexual es  la   causa   del   delirio persecutorio   paranoide.   La   explicación    es la siguiente: la proposición "yo amo a un hombre", no es aceptada por el paciente, la niega con la proposición  contraria.   "No   lo amo, lo  odio",   pero   por el  mecanismo     de     proyección   atribuye   al otro   hombre la  proposición, "él  me   odia", y    el    "él   me odia"    se      transforma     en    "él    me persigue"; apareciendo el delirio persecutorio del paranoico, y la creencia que los demás  lo odian  o no   lo quieren, no  porque él   sea   homose­xual,  sino   porque   es inteligente.

El  delirio   de  los   celos  tiene   un  mecanismo   semejante.  .

 

7) Paranoia propiamente dicha

 

Esta palabra se deriva de dos voces griegas: Para, que significa “de lado”, “paralelo”; y Noes que significa “pensamiento”, lo que podría traducirse por pensamiento paralelo. Fue Fraft Ebbing, quien primero usó esta denominación.

Denominada comúnmente "paranoia", a la que como ya expresáramos, Kraepelin designara como "auténtica paranoia" y cuya primera descripción se debe a Kahlbaum, es un raro estado paranoico caracterizado por la instalación de un progresivo delirio sistematizado crónico no alucinatorio, sustentado en una falsa convicción firmemente arraigada en el paciente, y elaborada coherente y lógicamente dentro del sistema delirante.

En otras palabras, el enfermo exhibe un pensamiento normal y una adecuada resonancia afectiva, estribando la falla en la falsedad  de la premisa (convicción delirante), sobre la que construye el sistema.

Mantiene intacta su  personalidad a pesar del curso crónico que sigue su delirio, al igual que su pensamiento, pese a que la complejidad de su sistema delirante se va tornando cada vez más intrincada y de mayor elaboración, lo cual no es de sorprender si se tiene en cuenta que todo el sistema se basa en un acontecer real del que el enfermo ha hecho una interpretación falsa.

Es decir que el error de una sola idea o concepto, que constituye el núcleo de su delirio,   es   el   responsable   de   toda   la  situación del paciente, por lo muchos autores europeos   suelen   denominar  a   este   estado   paranoide   como   monomanía. Llamamos especialmente la atención sobre este  tipo de estado pues a la observación profana   pueden   aparecer   como   personas   sumamente   sanas   mentalmente.

Ello es debido a que realmente estos pacientes gozan  de una aparente normalidad, desde el punto de vista mental, en tanto y cuanto no se  les toque   el tema nuclear de su delirio, en cuyo caso aflorará toda la patología  tal como  si colocáramos la cassette en el grabador.

Tan cierto es esto que, desgraciadamente para la  humanidad,   mucho;   estos paranoicos han llegado a acceder a posiciones   poderosas,   escribiendo páginas  históricas trágicas, sobre todo porque muy frecuentemente estos enfermos se creen poseedores de condiciones excepcionales, o de un nivel de superioridad sobre el resto de sus congéneres, ya que en éste, como en todos los estados paranoides, se hallan presentes siempre dos componentes fundamentales: el de ideas de sobrevaloración netamente megalómanas, y las de carácter persecutorio y de perjuicio.

 

a)     Definición.

Es una psicosis caracterizada por un delirio crónico, monotemático, sistematizado, irrebatible a la argumentación lógica, psicológicamente comprensible, con conservación de las funciones psíquicas, sin presencia de alucinaciones.

El comienzo del delirio es insidioso, hasta que llega a tornarse crónico, para permanecer prácticamente por el resto de la vida o hasta que desaparezca la causa.

El delirio se manifiesta a partir de un conflicto psicoafectivo y es incon­movible e irreductible; absorbe toda la vida del enfermo; su razón de ser gira alrededor de su idea  delirante, no importa que afecte los demás intereses y valores de su vida, Su convicción se convierte en pasión y desborda la realidad.

El delirio se presenta como lógico, pues parte de hechos y situaciones reales, tanto, que las personas que escuchan al paciente aceptan sus argumen­taciones por las características de verosimilitud que estas tienen. Si el delirio no partiera de premisas falsas, toda su argumentación seria lógica, La minu­ciosidad del razonamiento es tal que le da solidez al delirio, que se convierte en una verdad para el enfermo.

El razonamiento del enfermo se exacerba de manera que le da la caracte­rística especial, motivo por el cual a la paranoia se le llamó "locura razonado­ra". El delirante trata de imponer en forma obstinada y persuasiva la verdad de su delirio, por lo que CAPGRAS la calificó también de "locura persuasiva".

El delirio es de contenido persecutorio esencialmente, en segundo lugar de celos, lo que constituye la "paranoia conyugal".

El delirio paranoico es absurdo pero verosímil, lo que no quiere decir que sea lógico. No hay delirios lógicos en la psicopatología. Todos son absurdos.

El humor clásico de los paranoicos es displacentero, como es de esperar, en una persona que se siente perseguida y perjudicada; la agresividad es una constante en su comportamiento y siempre está a la expectativa de lo que los demás le puedan hacer. Los síntomas asociados son ira y resentimien­to que lo llevan a la violencia.

Generalmente la paranoia se instala en una personalidad paranoica, pero no obligatonamente.

 

b)     Edad de Iniciación.

Siempre es en la edad adulta, cuando ya el individuo ha alcanzado la madurez psíquica. En promedio hacia los cuarenta años de edad.

Es más frecuente en el sexo masculino, en personas intransigentes, faná­ticas, hipersensibles, vengativas y con sobrevaloración de la propia personali­dad. El sujeto se considera dotado de un talento único y superior.

 

c) Celotipia paranoide

A punto de partida de una interpretación equivocada de hechos nimios e intrascendentes, producto la mayoría de las veces de la escasa autoestima del paciente, cuando no de una actitud defensiva proyectiva de un Yo ante lo que se considera una injuria grave al componente narcisista, casi siempre presente en mayor o menor grado en este tipo de pacientes, se desarrolla un delirio de celos en el que el enfermo vive constantemente buscando elementos probatorios de sus convicciones delirantes, en una actitud de  observación permanente.

Este tipo de delirio, acompañado siempre de una gran resonancia afectiva, es altamente interpretativo: ..."se cambió el lugar de la raya del peinado, es porque se lo pidió el amante" ..." hoy lunes se puso el vestido amarillo, es porque se va  a encontrar con él” ... “el joven que pasa frente a la casa estaba combinado con ella de antemano para hacer esa pasada a esa hora” ... y otras tantas expresiones similares  se han  escuchado más de una vez durante entrevistas con este tipo de enfermos. [30]

La convicción de ser engañado lo mantiene al acecho de conseguir prue­bas, por tanto desconfía de todo, vigila y se torna altamente peligroso haciéndole la vida imposible a su cónyuge.

También denominada "paranoia conyugal". El paciente fundamenta su delirio en pequeños e insignificantes detalles, que él interpreta y valora como pruebas irrefutables de infidelidad de su cónyuge. Un gesto, una actitud, un carraspeo, una tos son pruebas suficientes de que su honor ha sido ultrajado. [31]

 

d)  Curso y Evolución

La paranoia es una entidad que evoluciona en tres períodos:                                                                ;'

a) Elaboración. ,

b) Sistematización.

c) Terminación.

El período de elaboración está caracterizado por modificaciones del humor, temores vagos, actitudes extrañas, con gran desconfianza y suscepti­bilidad.

En la sistematización se inician las interpretaciones delirantes en torno a una idea o tema principal del que surge pronto el delirio, adobado con nuevas interpretaciones. Este delirio dura mucho tiempo.

El período terminal es lento, ya que el delirio es indefinido; generalmente el paciente llega a edad muy avanzada con el delirio totalmente organizado, pero con el transcurso del tiempo la idea delirante se va empobreciendo, las interpretaciones son menores, aunque continúa la sensibilidad.

 

e) Pronóstico

El pronóstico de la paranoia no es bueno; aunque el paciente lleve una vida socialmente aceptable, es mucho el daño que les ocasiona a las personas que viven a su alrededor, por su omnipotencia, sus ideas persecutorias, por la falta de consciencia de enfermedad y por lo resistente a cualquier tratamiento.

 

f) Peritazgo Forense

El paranoico penalmente es inimputable de aquellas conductas punibles derivadas de su delirio, es decir, en las que hay una relación de causalidad con su idea delirante.

Por su idea delirante no es capaz de comprender que no es cierto que lo persigan y lo ataquen, y de consiguiente el se defiende matando; por el mismo delirio que lo impulsa a defenderse no es capaz de autocontrolarse, de autocorregirse. El magistrado debe, por tanto, estudiar cada caso para establecer el vínculo causal entre la conducta punible y el trastorno psicológico sufrido por el acusado que le impida, si o no, comprender la antijuricidad de su conducta y la imposibilidad de controlar sus impulsos para autodirigirse correctamente.

Sus juicios son siempre parcializados. No deben desempeñar jefaturas ni puestos de autoridad, por­que por su arrogancia, parcialidad, omnipotencia se constituyen en verdade­ros peligros para los demás. No son aptos para el servicio militar, porque una mente delirante y un arma en las manos forman una mezcla peligrosa; especialmente corren peligro sus jefes, a quienes los consideran sus perseguidores. [32]

 

8.  Jurisprudencia que trata sobre la  Alteraciones Morbosas de las Facultades y la Comprensión de la Criminalidad del Acto

 

·        “Si por definición, morboso es aquello que causa enfermedad o concierne a ella, y alteración: a) acción de alterar o alterarse; b) sobresalto, inquietud, movimiento de la ira y otra pasión; y la segunda acepción de alterar se refiere a pertubar, trastornar o inquietar, N N no aparece razonable negar que la expresión mentada por la ley- alteración morbosa de las facultades- se refiera a las facultades en general, sin distinguir entre las intelectivas, las volitivas y las afectivas” (del voto del doctor Borinsky)

      (CPenal Morón, sala II, julio 29-1986). (890- SJ), ED, 122-652.

 

·        “Para determinar el estado de inimputabilidad no es suficiente el informe medico que puede llevar a conclusiones sobre la enfermedad existente; lo que define la situación es la valoración del juez, en el sentido de la comprensión de la criminalidad” (CNCrim., Y Correc., Sala VI, Agosto 26 1985). ED, 117-251.

 

·        “Exige dos elementos: primero, que exista una alteración morbosa de las facultades y en segundo lugar, que esta alteración le impida a la persona comprender la criminalidad del acto o dirigir sus acciones no basta con la enfermedad mental, sino además que esta enfermedad, lleve al sujeto a no poder ver el sentido de sus actos o no poder dirigir esas acciones conforme a sentido” (CNCrim., Y Correc., Sala VI, Agosto 26 1985). ED, 117-251.

 

·        “La alteración morbosa de las facultades es médicamente un supuesto de alienación mental adquirida, consistente en un trastorno general y persistente de las funciones psíquica, cuyo carácter patológico es ignorado o mal comprendido por el enfermo o impide su adaptación lógica y activa a las normas del medio ambiente, sin provecho para si o para la sociedad. No existen "alteraciones morbosas" agudas o un "estado de trastorno mental transitorio" en función del concepto alteración morbosa." (CNCrim. Y Correc., Sala III, Mayo 11 1979, Yantoff de Deneri, E.).

 

  • “La insuficiencia y alteración morbosa deben entenderse como sinónimos de perturbación de la conciencia. En la insuficiencia las facultades no alcanzan el nivel exigido para que la conciencia opere en condiciones mas o menos normales y la alteración morbosa (disfunción de origen patológico) no pasa de ser un supuesto particular de insuficiencia. El código no exige que la insuficiencia tenga naturaleza morbosa, con la ventaja de evitar el inconveniente de tener que elaborar un concepto jurídico de enfermedad mental, distinto del psiquiátrico que es preponderante en la materia y al cual los jueces penales no pueden estar ajenos”

       (CPenal San Martín, Sala II, Octubre 16 1984). ED, 116-332

·        “De acuerdo con la fórmula legal adoptada en el art. 34, inc. 1° del Cód. Penal, se excluye la imputabilidad no sólo cuando el agente no ha tenido “comprensión de la criminalidad del acto” de los actos realizados, sino también cuando no ha podido “dirigir sus acciones”. La cita norma separa así dos situaciones bien definidas: la primera concierne a la capacidad mental del agente; la segunda recae sobre el gobierno de su conducta. En el primer supuesto, al no saber lo que hace, no quiere impedir el hecho; en tanto que en el segundo sabe qué hace, pero no lo puede impedir”. (CCC. Sala Especial, c. 6517, 15/4/77, BI 1977 X 1844).

 

9)     Trastornos de la Personalidad.

 

La anomalía psíquica grave[33], dice Jakobs, consiste en condicionamientos de la obediencia a la norma por trastornos de la vida afectiva y de la percepción de los impulsos (del intelecto, menos), que hacen que el autor aparezca no tanto como retrasado (como en la oligofrenia) sino como distinto, aun cuando en el caso concreto las taras sólo permitan al autor una existencia restringida.[34]

Riú y Tavella utilizan, en su obra Psiquiatría Forense, la expresión personalidades anormales para referirse a los trastornos de la personalidad en forma global, dentro de los cuales se incluye el de personalidad psicopática (personalidad antisocial).

Así, dentro de las personalidades anormales, la psicopática puede ser individualizada como grupo, en base a la característica clínica de que sus trastornos redundan en un sufrimiento o para el grupo social en que se halla inmersa (“hace sufrir a los demás”).

En términos generales, afirman estos autores, podemos considerar a la personalidad como la resultante de la interrelación de tendencias no somáticas, sentimientos y de la voluntad.

Cuando la personalidad se ve alterada en su estructuración, las manifestaciones de sus trastornos la ubican dentro de un contexto de anormalidad. Esta anormalidad puede obedecer a procesos mórbidos neurológicos tales como diversos síndromes cerebrales, en cuyo caso el diagnóstico no ofrece mayores dificultades, pues se verá avalado por el examen clínico-neurológico como así también por los estudios auxiliares pertinentes; o por el contrario, sin ningún tipo de organicidad neurológica, en cuyo mecanismo de producción jugarían un rol fundamental experiencias tanto a nivel personal cuanto ambiental, aun en épocas precoces, hasta intrauterinas para muchos autores.

Es decir que se puede hablar de personalidades anormales sintomáticas, para el primer caso, y personalidades esenciales, para estos últimos.

Asimismo cabe destacar un tercer grupo de trastornos de la personalidad, que cursan en relación con otras patologías psiquiátricas mayores.

Por ello, resumiendo, y al solo efecto de un ordenamiento expositivo, se puede clasificar a las personalidades anormales conforme a la siguiente sinopsis:[35]

 

                                                         SINTOMÁTICAS: Encefalitis - Arterioesclerosis cerebral- Demencia senil - Corea

 PERSONALIDADES                            

    ANORMALES                                  RELACIONADAS CON OTRAS PATOLOGÍAS  MENTALES: Personalidad paranoide – Personalidad ciclotímica – Personalidad esquizoide.

 

ESENCIALES: Personalidad explosiva –                      Personalidad histérica – Personalidad asténica – Personalidad pasivoagresiva – Personalidad inadaptada – PERSONALIDAD ANTISOCIAL (PERSONALIDAD PSICOPÁTICA)

Como fenómeno global, sostiene Maurach, existe una desproporción anómala  de los estratos profundos respecto de los superiores, con perjuicio de éstos, sea que los impulsos pasionales estén dotados de especial fuerza (delincuente de impulso), sea, en  cambio, que el poder propio del hombre normal (distinción entre la voluntad del yo y de la comunidad), esté considerablemente debilitado (necesidad exacerbada de hacerse valer, egocentrismo desinhibido), sea, por último, que el defecto resida en el plano de la aptitud de conducción (propensión frente a estados pasionales que un individuo normal supera fácilmente, es decir, delitos eruptivos).

 

a)  Personalidades Anormales Esenciales. Concepto de Psicopatía.

En este grupo se encuentran los trastornos de la personalidad que configuran todo una problemática, tanto para el individuo que los padece cuanto para el medio social en que se halla inmerso, y que excepcionalmente llegan a desarrollar una psicosis.[36]

Se trata de situaciones en las que se comprueba una grave perturbación del “núcleo de la personalidad y de la capacidad de actuar de acuerdo con el sentido”.[37]

Dentro de estas personalidades anormales esenciales se encuentran configuradas las llamadas psicopatías, las que la mayoría de las veces son entendidas como peculiaridades del carácter debidas a la propia disposición natural que merman notablemente la capacidad de vida social en común. [38]

                  Soler las denomina “locura moral”, y las define como una profunda alteración o perturbación de la facultad de estimar el valor de los actos, pero sin que importe una pérdida equivalente  de la capacidad intelectiva. “Carecen de la noción del bien y del mal, están faltos de todo sentimiento altruista y sus actos están exclusivamente determinados por sus apetitos, por sus tendencias del momento” (Lacassagne-Martín).[39]

En este mismo orden de ideas, la doctrina entiende por psicopatías a todas las variantes congénitas de la personalidad que tienen como efecto una rebaja de la capacidad del sujeto de adaptarse a las normas sociales. El defecto se encuentra no en el ámbito de la inteligencia, sino en el de la personalidad ética. [40]

 

b)     Evolución denominativa de la personalidad antisocial.

La detección de este tipo de personalidad ya tiene lugar a comienzos del siglo pasado, cuando se describe un caso al que se denominara manía sin delirio”.

Casi treinta años después, se describe este tipo de personalidad, poniendo acento en que estas personas sólo presentan anomalías en su naturaleza moral, sin ningún otro tipo de alteración psiquiátrica, denominando a esta personalidad: locura moral, denominación que tuvo notable vigencia durante más de cincuenta años.

Después de medio siglo aparece por primera vez en la literatura la denominación de psicopática para esta personalidad.

En nuestros días, toda esta evolución denominativa ha quedado absorbida por la expresión “personalidad antisocial”, la más adecuada al entender de Riú- Tavella, por ajustarse plenamente a la sintomatología que exhibe este tipo de personalidad, y sobre todo de mayor claridad desde el punto de vista médico-legal, tanto para médicos cuanto para juristas, y que el DSM-II define de la siguiente forma: “Este término se reserva a los individuos básicamente insociales, cuyos patrones de conducta les provocan continuos conflictos en la sociedad. Son incapaces de lealtad a valores individuales, grupales o sociales. Son egoístas, insensibles, irresponsables, impulsivos e incapaces de sentirse culpables o de aprender de los reveses de la experiencia. Su tolerancia a la frustración es baja y tienden a acusar a los otros de sus culpas o a hacer racionalizaciones de su conducta. Sin embargo, el mero hecho de existir antecedentes de  transgresiones  legales o sociales, no es suficiente para establecer el diagnóstico”.[41]

 

c)  Factores que influyen en la estructuración de la psicopatía.

Muchos estudios se han realizado a los fines de poder establecer cuáles son los factores que influyen en la estructuración de esta personalidad, entre los considerados de mayor incidencia se han sindicado los ambientales, hereditarios y psicofisiológicos, pudiendo aseverar a manera de resumen que, a la luz de las experiencias actuales, podríamos afirmar que esta personalidad antisocial respondería a una predisposición hereditaria, o sea que habría que reconocerle un factor constitucional.[42]

 

d)Características de la personalidad psicopática:

Desde el punto de vista de las características y la signología más típica  que pueda evidenciar el examen semiológico de este tipo de personalidad, se puede afirmar que nada puede ser más impredecible que la conducta de una personalidad antisocial. Pueden a veces estos individuos impresionar como dotados de un buen nivel de inteligencia y hasta exhibir un aspecto atractivo, cautivador y de gran simpatía. Pese a la irracionalidad que pareciera desprenderse de la mayoría de sus actitudes antisociales las mismas no obedecen a una falta de inteligencia o a la alteración del razonamiento que se comprueba en los psicóticos, factor éste a tener muy en cuenta e la peritación psiquiátrico-forense.

Generalmente se comprueba una falta de correspondencia entre la magnitud del disvalor del acto realizado y la indiferencia que presenta el individuo, exento de ansiedad, calmo, aun conociendo las posibilidades de ser pasible de una punibilidad importante.

Carecen de responsabilidad y su falta de sinceridad los hace poco fiables.

Una llamativa falta de remordimiento, aun frente a la comisión de hechos horripilantes, como así también una falta de motivación en la realización de los mismos, convierten en estériles todos los esfuerzos que se invierten en llamarlos a una reflexión.

No adquieren experiencia y pese a las penas que se les impongan vuelven a reincidir en sus actos antisociales.

Al examen evidencian una carencia del plan social y en el aspecto sexual es dado observar impersonalidad, trivialidad y una pobre integración.

Llama la atención que las personalidades antisociales comprendiendo a nivel intelectual los conceptos de vergüenza o culpa, no los acompaña de la correspondiente resonancia emocional. Si bien se pueden comprender los actos que efectúan, pueden estas personalidades en algunos casos no poseer una perfecta claridad sobre las consecuencias de los mismos, amos conceptos de gran interés médico-legal.

Siguiendo este mismo orden de ideas, la Décima Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (CIE-10, 1992) define el trastorno disocial de la personalidad según los siguientes criterios:                        1. Cruel despreocupación por los sentimientos de los demás y falta de capacidad de empatía; 2. Actitud marcada y persistente de irresponsabilidad y despreocupación por las normas, reglas y obligaciones sociales; 3. Incapacidad para mantener relaciones personales duraderas; 4. Muy baja tolerancia a la frustración o bajo umbral para descargas de agresividad, dando lugar incluso a un comportamiento violento; 5. Incapacidad para sentir culpa y para aprender de        la experiencia, en particular del castigo; 6. Marcada predisposición a                culpar a   los demás o a ofrecer racionalizaciones verosímiles del comportamiento       conflictivo;  7. Irritabilidad persistente.

Por su parte, el Cuarto Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Psiquiátrica Americana (DSM-IV, 1994) utiliza los siguientes criterios para el trastorno antisocial de la personalidad: A).- Un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás que se presenta desde la edad de 15 años, como lo indican 3 o más de los siguientes ítem: 1) fracaso para adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al comportamiento legal, como lo indica el perpetrar repetidamente actos que son motivo de detención; 2) deshonestidad, indicada por mentir repetidamente, utilizar un alias, estafar a otros para obtener un beneficio personal o por placer; 3) impulsividad o incapacidad para planificar el futuro; 4) irritabilidad y agresividad, indicados por peleas físicas repetidas o agresiones; 5) despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás; 6) irresponsabilidad persistente, indicada por la incapacidad de mantener un trabajo con constancia o de hacerse cargo de obligaciones económicas; 7) falta de remordimiento, como lo indica la indiferencia o la justificación del haber dañado, maltratado o robado a otros. B).- El sujeto tiene al menos 18 años; C).- Existen pruebas de un trastorno de conducta que comienza antes de los 15 años. D).- El comportamiento antisocial no aparece exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia o un episodio maniaco.

 

e) Edad de iniciación:

Este trastorno suele iniciarse tempranamente, en la adolescencia o aun en la infancia, con mala conducta escolar, maltrato de animales o niños pequeños, agresividad, violencia, mentiras frecuentes y delitos menores como robos o daños a la propiedad ajena, prolongándose en la edad adulta, lo cual explica que la sintomatología variará en concordancia con la edad del individuo.

 

f) Diagnóstico:

Riú y Tavella señalan que se debe ser sumamente cautos antes de sentar un diagnóstico tan grave como el de personalidad antisocial, y que hay que tener siempre presente que hallar algunos síntomas o trastornos, no autoriza sin más a rotular a una persona como poseedora de este tipo de personalidad.

Los autores supra citados creen que más importante resulta meritar la calidad de los síntomas hallados y las áreas vitales que pueden mostrar trastornos.

Al respecto destacan que existen áreas muy significativas, tales como: problemas laborales, conyugales, dependencia económica, abuso de alcohol y de drogas, como así también la falta de remordimientos.

Por otra parte, rara vez se dan los tipos puros de psicopatía. Muy a menudo se entrecruzan unos con otros dando lugar a cuadros psicopáticos impuros, mixtos o complejos, en los que interfieren recíprocamente las órbitas de unos y otros. Por lo demás, cada psicópata realiza su psicopatía individual, lo que es preciso tener en cuenta a la hora del diagnóstico.[43]

De gran valor psiquiátrico forense resulta el hecho de que la personalidad antisocial no evidencia patología psicótica ni deterioro de su personalidad intelectiva, sin trastornos de pensamiento, el cual se manifiesta racional y coherente. De gran importancia esto respecto a la imputabilidad.

Para decidir sobre su capacidad de culpabilidad, sostiene Donna,  habrá que tener en cuenta si la psiquis del autor se aparta considerablemente del término medio, debido a un defecto en su carácter, sentimiento  y voluntad, y si por ello está seriamente alterada su capacidad para actuar, de acuerdo a valores, que es un serio déficit para la decisión de su acción.[44]

El criterio, en definitiva, del que deberá partir el tribunal, entiende Bacigalupo, es el de la gravedad de la perturbación que la haga comparable a una psicosis en sentido clínico en sus efectos, tomando en cuenta el caso concreto.[45]

 

g)     Problemática respecto a los límites de la imputabilidad de las personalidades psicopáticas.

La problemática de las personalidades psicopáticas, como bien señala Frías Caballero, es tanto desde el punto de vista psiquiátrico, como penal, es extraordinariamente extensa y complicada.

Alberca Lorente, refiriéndose al tema, dice que se trata de uno de los más vivos y encendidos de la psiquiatría actual; a su vez Edmundo Mezger, en el área penal, expresa que este problema “pertenece, sin disputa de ningún género, a las cuestiones más difíciles del total derecho punitivo”.[46]

Un problema muy discutido es el de la precisa delimitación del ámbito de la psicopatía, especialmente las relaciones existentes entre ella y la enfermedad mental.

Una psiquiatría como la tradicional, sostiene Frías Caballero, que únicamente consideraba enfermedades mentales las perturbaciones graves de la razón obviamente había de excluir de ellas a las personalidades psicopáticas.

En efecto, no existe entre psicopatía y enfermedad un límite tajante. Se trataría de estados fronterizos que transcurren gradualmente y que se hallan en un punto intermedio entre razón y enfermedad, tendiendo a acercarse a las psicosis a través de estadios sucesivos. Esta transición gradual entre los diferentes términos de la serie nosológica es, según Vicente Cabello, la opinión mayoritaria de los autores modernos.[47]

Esto se trata fundamentalmente de las relaciones entre psicosis y psicopatías. A este respecto ya Kraepelin sostuvo que las psicopatías eran “grados previos”, no desarrollados, de verdaderas psicosis.

En opinión de algunos tribunales, las psicopatías serían siempre insuficientes para determinar la inimputabilidad. El fundamento residiría en que las psicopatías no registran una base somática, según lo requerido por el concepto de Schneider. Pero precisamente en las psicosis endógenas, tampoco se ha podido comprobar una base patológica corporal. Ello demuestra que no hay ningún apoyo científico en definitiva para negarle, en principio, a las psicopatías, o a las personalidades psicopáticas, la calidad de situaciones equivalentes a las enfermedades mentales. En definitiva, todo se apoya en una mera suposición, que a su vez descansa en otra no menos cuestionable: que la vida espiritual es un producto mecánico de la causalidad natural.[48]

 

h) Clasificación de las distintas formas de Psicopatías:

Con respecto a la tipologías o clasificaciones de la psicopatías, estas son, por cierto, muy numerosas. Suele distinguirse entre tipologías sistemáticas y asistemáticas, con predominio de estas últimas en los manuales psiquiátricos a partir de Kraepelin.

Entre las más famosas y difundidas se hallan la de Schneider que, de un modo asistemático, se limita a colocar unos juntos a otros los distintos tipos. Distingue de este modo, las siguientes categorías: psicópatas hipertímicos, depresivos, inseguros de si mismos, fanáticos, necesitados de estimación, lábiles de ánimo, explosivos, desalmados, abúlicos y asténicos.

Por su gravitación internacional corresponde citar aquí la clasificación aprobada por la Organización Mundial de la Salud (octava revisión). Bajo la denominación de “trastornos de la personalidad”, se enumeran en ella: la personalidad paranoide, afectiva (ciclotímica), esquizoide, explosiva, anancástica (obsesivo-compulsiva), histérica, asténica y antisocial, dejando una última categoría para “otros trastornos de la personalidad”.

Por su cercanía a esta clasificación y además por la claridad y sencillez de sus descripciones, Frías Caballero adopta la siguiente clasificación de Emilio Mira y López, quien describe las siguientes psicopatías:[49]

Personalidad mitómana o confabuladora: Caracterizada por la frecuencia y riqueza de las llamadas confabulaciones, esto es, la frecuente deformación de la realidad bajo el influjo de una tendencia afectiva (mecanismo catatímico) que conduce al sujeto a tener como verdaderas meras creencias, total o parcialmente falsas. En este proceso existe cierta confusión de los planos objetivo y subjetivo de actuación, producido por supresión de la función auto-crítica, permitiéndose de ese modo la satisfacción de una tendencia afectiva.

Se distinguen de otros, igualmente fabuladores, entre ellos los histéricos, por la peculiaridad ideoplástica de estos últimos (a la que se aludirá más adelante), y los perversos, en cuanto estos últimos organizan sus mentiras en una red sólida y lógica y si es preciso persisten en su actitud, lo que no ocurre en el mitómano.

Personalidad histérica o histeroide: Son sus características más típicas, una gran auto y heterosugetibilidad, un total predominio de los factores afectivos en la vida psíquica, la insuficiente diferenciación de planos, real y autistícos, la tendencia a la disociación de la personalidad (dramatismo) y , por fin, la ideoplastia, esto es, la extrema facilidad para transformar todo estado psíquica en cambio somático.

Personalidad explosiva o epileptoide: Caracterizada por lo violento de sus reacciones afectivas que se concentran para descargarse bruscamente y en desproporción a los estímulos externos.

Personalidad paranoide: Aparece como un individuo equilibrado y razonador, veraz y justo. Se reputa infalible en sus juicios y los razona tercamente. Es característico de ellos partir de hechos ciertos que interpreta torcidamente. Lo que los define es el uso de la función denominada de autojustificación y la extraordinaria energía para imponer a los demás su manera de pensar.

Personalidad compulsiva: Es razonadora, pero su agresividad se dirige hacia el interior. El aspecto positivo y negativo de sus juicios se opone tan fuertemente que determina una verdadera contradicción perpetua de la conducta que excluye toda previsión lógica. Originales, caprichosos, bruscos, de conducta externamente incoherente.

Personalidad cicloide: Extrovertido, de moral laxa, afectos sumamente superficiales e inconstantes; tan pronto se muestra alegre como deprimido.

Su característica esencial radica en el perpetuo alternar de estados de excitación e hiperactividad con estados de tristeza y depresión

Personalidad compulsiva: Es razonadora, pero su agresividad se dirige hacia el interior. El aspecto positivo y negativo de sus juicios se opone tan fuertemente que determina una verdadera contradicción perpetua de la conducta que excluye toda previsión lógica. Originales, caprichosos, bruscos, de conducta externamente incoherente.

Personalidad cicloide: Extrovertido, de moral laxa, afectos sumamente superficiales e inconstantes; tan pronto se muestra alegre como deprimido.

Su característica esencial radica en el perpetuo alternar de estados de excitación e hiperactividad con estados de tristeza y depresión

 

i) Personalidad Perversa (moral insanity):

Su característica dominante  es la carencia total de sensibilidad ética. Sin la concurrencia necesaria, al menos aparente, de un desmedro en las funciones intelectuales, el rasgo peculiar es la ausencia de sentido moral (moral sense) y, por consiguiente, la incapacidad irreversible de participación en las valoraciones morales y ético-sociales de la comunidad social en que vive.[50]

Son individuos, dice Schneider,  carentes de compasión, de vergüenza, de arrepentimiento, de conciencia moral. En su modo de ser muchas veces hoscos, fríos, gruñones; en sus actos asociales, brutales. Mira y López, a su vez, dice que son sujetos portadores de una debilidad genotípica que les impide el desarrollo del juicio moral, siendo en ellos característica la total inversión de su fórmula afectivo-ética, en virtud de la cual todo  cuanto hace sufrir  o repugna a las personas normales despierta en ellos un deseo y placer morbosos. Teniendo todas sus funciones psíquicas aparentemente normales y poseyendo una inteligencia normal –o incluso superior- se comportan de un modo contrario a las normas morales, premeditadamente y sin necesidad. En tal situación el sujeto es capaz  de pronunciar un bello discurso de elevados tonos acerca de la conveniencia de exhibir una conducta moral, es capaz de engañar a una mayoría de gente exhibiendo, aparentemente, tal conducta, pero en realidad –en su fuero interno- se ríe de sus semejantes y aprovecha todas las coyunturas que se le ofrecen para delinquir sin peligro de ser descubierto.

Al psicópata perverso, que denomina “anestésico moral”, se refiere Scholz, afirmando que “conoce todas las leyes morales; las ve, pero no las siente; por eso tampoco subordina a ellas su conducta”.

De todo ello resulta una permanente asocialidad latente y activa que se manifiesta en un comportamiento egoísta que origina toda especie de actos antisociales.

El que la característica definitoria y dominante del psicópata perverso radique en el déficit profundo o en la anulación de sus sentimientos morales no significa la total normalidad residual, del mismo modo que las desviaciones psicopáticas en general, predominantes en la esfera de los sentimientos, de los instintos y del querer, no significan la permanencia intacta del resto del psiquismo. En la personalidad, como inescindible totalidad unitaria, no pueden haber partes sanas o normales y partes enfermas o anormales. La presencia de trastornos preponderantes en la vida anímica emocional, supone en rigor que se halla afectada la personalidad en su total estructura, aunque la anormalidad se acusa vívidamente en cierto aspecto mientras  permanece al parecer indemne el resto. Una genuina psicopatía perversa supone también, en consecuencia, una perturbación psíquica que repercute y gravita, de alguna manera, sobre la inteligencia y sobre la voluntad. [51]

 

10) Jurisprudencia acerca de las personalidades psicopáticas.

 

¨      La calificación de personalidad psicopática alude a una profunda perturbación de la esfera emocional, que impide o dificulta a quien la sufre internalizar pautas de conducta, es decir motivarse en la norma, que es la posibilidad exigible como presupuesto ineludible de la culpabilidad. (CN Crim Corr, Sala VI, 11/2/86, “S.V., M.A.”, LL, 1986-D-278.)

¨      Las personalidades psicopáticas no definen una enfermedad mental sino un tipo de personalidad psíquica anormal, no pudiendo afirmarse ni negarse la imputabilidad del psicópata, pues ella debe ser verificada en cada caso si se dan las condiciones que la ley establece. (Cámara del Crimen Crim. y Corr., sala II, 28/10/86, J.A., 149-II-218).

¨      En el ámbito de la imputabilidad, no es necesario otra cosa que la verificación de una alteración morbosa en la mente del acusado, entendida en su aceptación más amplia y moderna de alteración enfermiza o por enfermedad que afecta al ser humano en su totalidad psicofísica, sin que se requiera a la vez, que esa alteración morbosa pueda ser encasillada en alguna de las entidades nosológico-psiquiátricas específicas. (Cámara Crim. Y Corr., Sala I, 22/5/90, J.A., 1999-IV-425).

¨      A los fines de la inimputabilidad no es necesario que la alteración morbosa presentada por una personalidad psicopática en un momento dado de su desarrollo existencial, deba producir efectos similares a los de una verdadera psicosis para poder adquirir relieve en el campo jurídicopenal. (Cámara Nac. Crim. Y Corr., Sala I, 22/5/90, J.A., 1990-IV-425).

¨      Es inimputable quien padece una alteración morbosa de sus facultades mentales caracterizada por el menoscabo, aproximado a lo absoluto, de la sensibilidad moral y social: un marcado y definido psicópata perverso, incapaz de culpabilidad por imposibilidad de “comprender” la criminalidad de su conducta. (Cám. Crim. Y Corr. Azul, 17/9/90, J.A., 1991-I-403).

¨      El psicópata padece una afección psíquica no reconocible por síntomas externos convencionalmente examinables. La afectación consiste en la atrofia del plano afectivo, como impedimento para introyectar normas y valores de convivencia social. El psicópata puede poseer una inteligencia brillante y pese a ello estar impedido de comprensión como vivencia o asimilación de los valores externos a sus propios deseos e impulsos. Todo lo cual lleva a la afirmación de quien no puede vivenciar valores éticos y culturales, no puede comprender la criminalidad de sus actos en el sentido del art. 34 del Cód. Penal. (Cámara Nacional Crim. Y Corr., Sala VI, 11/12/86, E.D. , 124-352).

¨      Si a los efectos de la inimputabilidad se interpreta insuficiencia y alteración morbosa como sinónimo de perturbación de la conciencia, habrá que determinar si su grado elimina la exigibilidad jurídicopenal de comprender la antijuricidad o si el esfuerzo que debe realizarse es tan grande para comprender la antijuricidad de la conducta, que no sea posible exigirlo jurídicamente, teniendo siempre en cuenta que no se requiere una imposibilidad absoluta. Con ello, una grave psicopatía que muestra al que padece como un ser que no puede internalizar valores, lo incluye en la fórmula del art. 34 del Cód. Penal. (Cám. Penal San Martín, sala II, 16/10/84, E.D., 112-536).

¨      Conforme al actual concepto de enfermedad mental, a los aportes de la ciencia de la conducta, que permiten conocer mucho mejor las características y limitadas capacidades de los psicópatas o, particularmente, frente a un concepto normativo de la culpabilidad penal, el psicópata nunca puede ser considerado imputable. (CN Crim Corr, Sala VI, 11/2/86, “S.V., M.A.”, LL, 1986-D-278.)

¨      El Código Penal exige que el autor haya tenido la posibilidad de comprender la criminalidad de su conducta, o sea que no exige comprensión efectiva sino posibilidad de comprensión y es inherente con la diferencia entre “comprender” y “conocer”. La antijuricidad de una conducta es un desvalor, no un ente del mundo físico, sino una valoración jurídica y la posibilidad de comprenderla es más que la posibilidad de conocerla, pues los valores se internalizan o introyectan que es lo que exige el Código Penal. (CN Crim Corr, Sala VI, 11/2/86, “S.V., M.A.”, LL, 1986-D-278.)

¨      Una cosa es que haya sujetos con una personalidad que presente rasgos psicopáticos y otra completamente distinta es un psicópata. El hombre ciudadano cae eventualmente en conductas parecidas, pero éstas no son su pauta permanente y no puede eludir cierta cuota de angustia. En el psicópata no hay angustia, no hay culpa, no hay temor a la muerte, no hay afectividad, no como característica de alguna conducta condicionante a otras, sino que no existen en su personalidad disminuida. (CN Crim Corr, Sala VI, 11/2/86, “S.V., M.A.”, LL, 1986-D-278.)

¨      El psicópata es un individuo que tiene una absoluta incapacidad para asimilar ejemplos y experiencias, premios y castigos. Sometido el procesado a un régimen penitenciario ordinario, se lograría que éste fortaleciese sus mecanismos y su personalidad se tornase todavía más rígida a su egreso. (CN Crim Corr, Sala VI, 11/2/86, “S.V., M.A.”, LL, 1986-D-278.)

¨      La ciencia médica no da una respuesta única sobre el concepto de psicopatía. La psicopatía conducirá a la inimputabilidad, cuando sus efectos sean similares a los de la psicosis e impidan comprender la criminalidad del acto y dirigir las acciones, como lo exige el art. 34 del Cód. Penal. El problema no es el nombre que se da a la enfermedad, sino que ella impida la comprensión (del voto en disidencia del doctor Donna). (CN Crim Corr, Sala VI, 11/2/86, “S.V., M.A.”, LL, 1986-D-278.)

¨      La psicopatía podrá ser causa de inimputabilidad si ella actúa sobre el sujeto como lo hace una psicosis, si configura una alteración morbosa de las facultades que lleve a no comprender la criminalidad de los actos o dirigir las acciones. (CN Crim Corr, Sala I, 20/8/91, “Cóppola, Miguel”, LL, 1991-E-725.)

¨      A los fines de la inimputabilidad no es necesario que la alteración morbosa, presentada por una personalidad psicopática en un momento dado de su desarrollo existencial, deba producir efectos similares a los de una verdadera psicosis para poder adquirir relieve en el campo jurídico-penal. (CN Crim Corr, Sala I, 22/5/90, “Ullman, Alejandro”, JA, 1990-IV-425.)

¨      El sujeto portador de una personalidad psicopática perversa, insensible, frío de ánimo, simulador y mendaz, que cometió doble homicidio en las personas de sus abuelos, que puede estar arrepentido de lo que hizo porque debe pagar las consecuencias, pero que de ningún modo tiene remordimientos, es inimputable. (CN Crim Corr, 4/6/65, “Tignanelli, Juan”, “Revista de Derecho Penal y Criminología”, 1968-63.)

¨      Los vocablos alteraciones morbosas del art. 34 inc. 1°, del Cód. Penal no deben en modo alguno entenderse como simples sinónimos de enajenación o alienación mental, sino de manera más amplia (del voto de la minoría). (CN Crim Corr, 4/6/65, “Tignanelli, Juan”, “Revista de Derecho Penal y Criminología”, 1968-63.

 

11) Algunas consideraciones acerca de la Autoría.

 

a) Instigación:

Instigador es aquella persona que, conociendo el dominio del hecho, determina directamente a otra a la comisión de un delito doloso.[52]

Así, se señala la necesidad de que la voluntad criminal (dolo) esté presente, tanto en la acción del partícipe (instigador), como en la del autor (instigado).

En nuestro Código Penal, este instituto está regulado en el art. 45 in fine, en donde se reprime a quienes determinen directamente a otro a cometer un hecho, sancionándolos con la misma pena a la estipulada para los autores, coautores y cómplices primarios. Esto quiere decir, afirma Fierro, que la esencia de la instigación reside en producir en otro (que debe reunir todas las características y requisitos para ser un autor) la resolución efectiva para cometer un hecho típicamente antijurídico, el cual, al menos, debe ser tentado.[53]

 

b) La instigación a un inimputable ignorando su condición de tal.                                 

La situación se presenta cuando el pretendido instigador ignora la calidad de inimputable del supuesto instigado y efectivamente cree que está persuadiendo a una persona imputable para que cometa un hecho delictivo, cuando en realidad la está utilizando, pues ella es incapaz de comprender la criminalidad del acto o de dirigir sus acciones[54].   Es decir, que el sujeto cree instigar, pero en realidad tiene el dominio del hecho.

 

c) Autoría Mediata:

Puede un sujeto ser autor sin ejecutar directamente y por si mismo la acción típica. Autor mediato es el que ejecuta la acción por medio de otro sujeto que no es autor, o no es culpable, o no es imputable.[55]

La autoría mediata, dice Jescheck, es una forma de autoría, y al igual que la autoría inmediata, se caracteriza porque supone el dominio del hecho. Es autor mediato quien realiza el tipo penal sirviéndose, para la ejecución de la acción típica, de otra persona como instrumento. El dominio del hecho requiere en la autoría mediata que todo el proceso se presente como obra de la voluntad rectora del hombre de atrás y que éste tenga en su mano, gracias a su influjo, al intermediario del hecho. La figura de la autoría mediata no puede, sin embargo, utilizarse sin límites. La posibilidad de la autoría mediata termina, en primer lugar, allí donde el instrumento es en sí mismo un autor plenamente responsable”[56]

Con respecto a su regulación legal, considero que no les falta razón a Fernández  y Pastoriza cuando afirman que el art. 45 del Código Penal no sólo se hace referencia al instigador, sino que también prevee la figura del denominado “autor mediato”.[57]

 

d) La utilización de una persona inimputable debido a su estado mental                        

Quien siendo imputable, actuando con el dolo requerido y conociendo la capacidad mental disminuida de otra persona, se sirve de ella dominando su voluntad para cometer un delito, es autor mediato del hecho punible llevado a cabo por el ejecutor inimputable.

Sostiene Fierro que lo decisivo no reside en determinar  si el instrumento es o no un “enfermo mental”, sino si dicha enfermedad mental lo convierte o no en un inimputable en el supuesto a juzgar.[58]

 

e) Necesidad de que el hombre de atrás conozca la minusvalía del instrumento

La autoría mediata supone que el hombre de atrás sepa, conozca la falencia mental del instrumento y se valga de ella para concretar sus fines delictivos. Si así no fuera estamos en presencia de una instigación, puesto que nadie ha sido utilizado como instrumento, situación prevista en el art. 48 del C. P., que contempla la posibilidad de que alguno de los participantes en el hecho tenga una calidad personal que –con respeto a él- excluya la punibilidad.[59]

Sin embardo, siguiendo este mismo orden de ideas, se entiende que es autor tanto el que deliberadamente se sirve de un irresponsable como instrumento, como el que cree servirse de un sujeto responsable, al que cree instigar. En este caso, el error cae sobre la calidad de la persona.[60]

 

f) Diferencias entre la autoría mediata y la instigación

La diferencia fundamental pasa por tener o no tener el autor mediato el control total de la situación.

Ello es así, pues como categóricamente lo afirma Jescheck, la autoría mediata no puede ser utilizada sin límites, pues lo contrario importa tanto como anular la instigación y ella termina allí donde el presunto instrumento deja de serlo, ya que nos encontramos es ese caso con un autor plenamente responsable. Como otra diferencia sustancial, debe puntualizarse, además, que mientras la autoría mediata es una forma o modalidad que asume la autoría, la instigación, en cambio, es participación en un hecho ajeno y, por lo tanto, es accesoria del hecho principal ejecutado por el instigado.[61]

Es gráfica la expresión utilizada por Maurach, cuando distingue a la instigación de la autoría mediata, afirmando que el aspecto central de la autoría mediata radica en la degradación de un ser humano a la categoría de un medio material no libre para la obtención de fines delictivos, en el abuso de una persona por cuanto instrumento, mientras que la inducción se manifiesta como corrupción de un ser humano libre.[62].

 

12) Jurisprudencia sobre autoría mediata e instigación.

 

·        “Para ser considerado autor de un delito no es necesario que el sujeto cumpla por propia mano el hecho en cada una de sus fases, sino que puede servirse no sólo de instrumentos mecánicos, sino también valerse del actuar de otro” (CN Fed Crim Corr, Sala II, 9/6/87, LL, 1987-E-339).

 

·        C.S.J.N, 30/12/86, LL, 1987-A-535, y JA, 1987-I-315, “causa originariamente instruida por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas en cumplimiento del decr. 158/83: “La autoría material de la autoría mediata es el dominio objetivo del acto por el inductor. El autor mediato es autor, no partícipe. A diferencia de la instigación, que se presenta como corrupción del hombre libre, la autoría mediata se caracteriza esencialmente por el abuso del hombre no libre o parcialmente no libre, porque controla desde el principio al fin el curso de los acontecimientos. Ese dominio del curso de los acontecimientos por el superior limita el campo de decisión autónoma del subordinado y reduce a proporciones mínimas la posibilidad de acceder a la licitud o ilicitud de la orden emitida, máxime si el deber de obediencia, fundamento de los ejércitos, constriñe al subordinado a riesgo de sanciones explícitas” (Voto del doctor Fayt).

   
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13) Conclusión.

 

Luego de un pormenorizado análisis de los hechos, tal como fueran relatos por Shakespeare en su época, y a la luz de los actuales conocimientos psiquiátricos y jurídicos, voy a iniciar estas conclusiones dando respuesta en primer lugar a los interrogantes formulados sobre la responsabilidad penal de Otelo, para luego finalizar esta exposición respondiendo los cuestionamientos referidos a Yago.

 

No logró salir de mi asombro al constatar la magistral descripción que Shakespeare realiza de Otelo y su “enfermedad”. Y utilizo este vocablo porque considero que el autor supo plasmar, sin lugar a dudas, todos los rasgos típicos de una delirante celotípico. Gráfico es en este punto lo explicado supra por Niño, en el acápite referido a la celotipia paranoide, cuando dice que ”la convicción de ser engañado lo mantiene al acecho de conseguir prue­bas, por tanto desconfía de todo, vigila y se torna altamente peligroso...”. Indudablemente el personaje de Otelo posee todas las características aquí descriptas.

Asimismo, de la tragedia en análisis surge con meridiana claridad que la conducta punible fue producto de una errónea idea delirante de infidelidad que Otelo había elaborado respecto de Desdémona.

Esto evidenciaría, entonces, una relación de causalidad entre la idea delirante y el resultado muerte. Resultado que se produce como consecuencia de la pérdida de control que sufre el protagonista, situación que, a su vez, trajo aparejada la imposibilidad por parte del mismo de dirigir sus acciones.

Ello demuestra que, en virtud de esta psicosis, las facultades del moro en el momento del hecho se encontraban verdaderamente alteradas.

Como conclusión de todo lo hasta aquí expuesto respecto de Otelo, y en respuesta a las preguntas previamente  formulas, me atrevo a aseverar la inimputabilidad de Otelo, en virtud que en el momento del hecho, el protagonista no pudo comprender la criminalidad del acto debido a la alteración morbosa de sus facultades, producto de una paranoia celotípica (por alteración de su conciencia moral), esto le trajo aparejado, además, la imposibilidad de direccionar sus acciones.  El encuadre legal surge del art. 34 del C.P.

 

Continuando con el orden expositivo asentado, intentaré  dar respuesta  a los cuestionamientos que en la primera parte de esta tesina realizara respecto a la figura de Yago.

En este punto, no puedo abordar el análisis de este personaje sin hacer antes  referencia, una vez más, a la maestría que el autor de esta Tragedia utiliza para describir con verdadera destreza estados psicológicos, como es el caso en estudio,  rayanos en la locura

Y me aventuro a sostener dicha expresión porque considero que las características que el personaje de Yago ostenta en la obra permiten suponerlo enmarcado  dentro de un cuadro de personalidad psicopática.

Al respecto y a modo de ejemplo,  me parece adecuado traer a colación, lo expresado supra por Frías Caballero cuando caracterizando  al psicópata perverso,  entre otras cosas, comenta que “el sujeto es capaz  de pronunciar un bello discurso de elevados tonos acerca de la conveniencia de exhibir una conducta moral, es capaz de engañar a una mayoría de gente exhibiendo, aparentemente, tal conducta, pero en realidad –en su fuero interno- se ríe de sus semejantes y aprovecha todas las coyunturas que se le ofrecen para delinquir sin peligro de ser descubierto....”. Encuentro altamente ilustrativa al respecto la conducta de Yago a lo largo de la Tragedia en cuestión.

Asentada, entonces, en la convicción de que nos encontramos frente a una personalidad psicopática; considero que Yago sufría una atrofia del plano afectivo, que le impedía introyectar normas y valores de convivencia social. Y en virtud de ello su capacidad para actuar de acuerdo a valores se encontraba alterada, situación esta que, como bien dice Donna, constituye un serio déficit para la decisión de su acción.

Como resultado de lo expuesto considero a Yago incapaz de culpabilidad o, en otros términos, inimputable debido a que al no poder vivenciar valores éticos y culturales, no pudo comprender la criminalidad de sus actos. Por ello, considero que en relación al encuadre legal que le correspondería, nos encontramos, al igual que con Otelo, ante un inimputable en los términos del art. 34, inc 1° del Código Penal.

Antes de dar punto final a esta tesina debo responder a la pregunta que formulara al inicio de la misma respecto a  la  autoría que le cabría a  Yago en el hipotético caso de ser considerado imputable (criterio que como señalé no comparto pero que me parece interesante analizar desde un punto de vista didáctico).

En el caso en análisis, considerando a Yago imputable y a Otelo inimputable, entiendo que Yago tendría que ser reputado autor mediato del crimen de Desdémona, ya que él tuvo en todo momento el dominio del hecho, es decir que fue su voluntad en todo momento la que se llevó a cabo por medio del intermediario, en este caso inimputable, que gracias a sus maquinaciones tenía en sus manos.

Poco importa que Yago conociera la calidad de inimputable de Otelo, ya que como bien expusiera Soler “se entiende que es autor tanto el que deliberadamente se sirve de un irresponsable como instrumento, como el que cree servirse de un sujeto responsable, al que cree instigar”.

Para terminar sólo me resta acotar que el encuadre legal de la autoría mediata se encuentra previsto en el artículo 45 in fine del Código Penal. –

 

 

 

 

 

 

                                                Marta Anahí Gutiérrez

                                                  D.N.I: 25.425.715

                                                    N° de Leg: 116/99

 


 

[1] La autora aprobó con esta tesina la carrera de Especialización en Derecho Penal de la Universidad de Belgrano. La calificación  de la tesina fue “Sobresaliente”. Patrocinó  el trabajo el Dr. Marco Antonio Terragni.

[2] Dice Humberto Eco, en su libro “Cómo se hace una tesis”, que hay que tener  prudencia cuando se cita a un autor antiguo de fuentes extranjeras y que hay que leer  sobre un mismo tema varios textos en varias lenguas.

[3] Bacigalupo Enrique, Manual de Derecho Penal, p. 147

[4] Soler Sebastián, Derecho Penal Argentino, T. II, p. 9.

[5] JESCHECK, HANS-HEINRICH , “Tratado de Derecho Penal, Parte General”. p. 391.

[6] ROXIN, CLAUS,  “Derecho Penal, Parte General”. Tomo I, p. 822

[7] STRATENWERTH, GÜNTER, “Derecho Penal, Parte General, I”, p. 165.

[8] Riú – Tavella, “Psiquiatría forense”, p. 20

[9] Otro ejemplo de este método lo constituye el Código Penal Francés que en su art. 64 reza: “Il n´ y a ni crime ni délit, lorsque le prévenu était en état de démence au temps de la action” (No hay crimen ni delito cuando el prevenido se hallaba en estado de demencia al tiempo de la acción)

[10] Donna, Edgardo. “Teoría del delito y de la pena 2” , p. 217

[11] Roxin, “Derecho Penal, parte general, T I”, p. 822.

[12] Método receptado, entre otros países , por Alemia, donde el 20 StGB dice que “es incapaz de culpabilidad el que, en la comisión del hecho, no puede comprender lo ilícito del mismo u obrar de acuerdo con esta comprensión a causa de una perturbación anímica morbosa o de una perturbación profunda de la conciencia o por debilidad mental o por otra grave anormalidad anímica”.

[13] Breglia Arias – Gauna, “Código Penal Argentino y leyes complementarias. Comentado, anotado y concordado”p. 108.

[14] Ciafardo, Roberto. “Psicopatología Forense”, p. 340.

[15] Ciafardo, Roberto, op. cit., p. 344.

[16] Donna, Edgardo, op. cit., p. 230.

[17] Solórzano Niño, Roberto. “Psiquiatría clínica y forense”.

[18] Zaffaroni, Eugenio Raúl. “Manual de Derecho Penal. Parte General”.

 

[19] Laje Anaya – Gavier, “Notas al Código Penal Argentino”, comentario al art. 34 del C.P., p. 184.

[20] Laje Anaya – Gavier, op. cit., comentario al art. 34 C.P, p. 185.

[21] Jescheck,  Hans-Heinrich, “Tratado”, p. 391

[22] Donna, Edgardo, op. cit., p. 247.

[23] Breglia Arias-Gauna, op. cit., p. 108.

[24] Donna, Edgardo, op. cit., p. 248.

[25] Creus, Carlos, “Derecho Penal, parte general”, p. 342.

[26] Soler, Sebastián, op. cit., p. 54.

[27]Goldstein , Raúl , “Diccionario de Derecho Penal y Criminología”.

 

[28] Laje Anaye-Gavier, op. cit., p. 172.

[29] Donna, Edgardo, op. cit., p. 235.

[30] Riú – Tavella, op. cit., p. 94.

[31] Solórzano Niño, Roberto, op. cit., p. 290.

[32] Solórzano Niño, Roberto, op. cit., p. 292.

 

[33] Expresión utilizada por el Código Penal Alemán.

[34] Jakobs, Günther,  “Derecho Penal, Parte General...”, p. 640.

 

[35] Riú – Tavella, op. cit., p. 177

[36] Riú Tavella, op. cit., p. 189.

[37] Bacigalupo Enrique, “Manual de Derecho Penal”, p. 159.

[38] Roxin, Claus, op. cit., p. 822.

[39] Soler, Sebastián, op. cit., p. 56.

[40] Donna, Edgardo, op. cit., p. 236.

[41] Riú – Tavella, op. cit., p. 192.

[42] Riú – Tavella, op. cit. P. 192.

[43] Frías Caballero, “Imputabilidad Penal”, p. 313.

[44] Donna, Edgardo, op. cit., p. 237.

[45] Bacigalupo, Enrique, op. cit., p. 159.

[46] Frías Caballero, Jorge, “Imputabilidad Penal”, p. 300.

[47] Frías Caballero, Jorge, “Imputabilidad Penal”, p. 310.

[48] Bacigalupo, Enrique, “Manual de Derecho Penal”, p. 139

[49] Frías Caballero, Jorge, op. cit., p. 314.

[50] Frías Caballero, Jorge, op. cit. p. 341.

[51] Frías Caballero, Jorge, op. cit., p. 343.

[52] Fernández – Pastoriza, “Autoría y Participación  Criminal”, p.127

[53] Fierro, Guillermo Julio, “Teoría de la participación criminal”, p. 419.

[54] Fierro, Guillermo, op. cit., p. 444.

[55] Soler, Sebastián, op. cit., p. 258.

[56] Jescheck, Hans-Heinrich, op. cit., vol II, p. 919.

[57] Fernández – Pastoriza, “Autoría y Participación Criminal”, p. 89.

[58] Fierro, Guillermo, op. cit., p. 381.

[59] Fierro, Guillermo, op. cit., p. 381.

[60] Soler, Sebastián, op. cit., p. 264.

[61] Fierro, Guillermo, op. cit., p. 361.

[62] Maurach – Gossel – Zipf, “Derecho Penal, parte general 2”, p. 332.

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