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    Patronato de Liberados y Excarcelados de la Provincia de Santa Fe y nueva Dirección Provincial de Control y Asistencia Pospenitenciaria    
   

                  Por Diego Marín Orazi

 

   
    Nacimiento:
El Patronato de Liberados nació en 1938, dentro del Colegio de Abogados de las distintas circunscripciones de Santa Fe. En el año 79, el Servicio Penitenciario de Santa Fe lo tenía como una unidad más.
Directora del la Dirección: María Cecilia Vranicich.
Se pretende reforzar el control y la asistencia de los liberados

La intención de la nueva Dirección es la de asistir a los reclusos, tres meses antes de que recuperen la libertad, y hacer un seguimiento de sus conductas, una vez que abandonaron el penal. Hoy, en día hay sólo cuatro asistentes sociales para una población carcelaria de 1.500 internos.-
Con el objetivo de hacer un verdadero seguimiento de la conducta de los internos que recién recuperan la libertad, el gobierno provincial resolvió rediseñar el otrora Patronato del Liberado, y creó la Dirección Provincial de Control y Asistencia Pospenitenciaria.
La idea no era reemplazar al organismo anterior, sino lo que se pretende es jerarquizar o complementar lo que se hacía desde el ex Patronato". Entre las funciones de la repartición se encuentran la de gestionar y controlar el cumplimiento de las tareas comunitarias y de las reglas de conducta impuestas por los jueces en las medidas alternativas y sustitutivas de la privación de la libertad.
En lo que respecta al trabajo pospenitenciario, lo primordial es "apuntalar" la asistencia, que hasta ahora sólo implicaba algunos controles formales y casos de contención pero en forma excepcional, se van a apuntalar en lo que respecta a la asistencia mediante programas complementarios. Para esto, hay un programa de tutorías pre y post-penitenciarias, que estarán a cargo de trabajadores sociales"
   
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    "Lo que se busca lograr que la Dirección aborde directamente al interno porque lo van a hacer desde el programa de prelibertad, que según la ley, se aplica tres meses antes de que la persona sea liberada. De esta forma, lo ayudaran a preparar el afuera". Por medio de entrevistas, el trabajador social "va a trabajar en las unidades carcelarias, va a captar ahí al interno y luego va a hacer un trabajo afuera también con la familia. La idea es que se dé identidad y continuidad del trabajo social en el afuera; por eso, se lo llamarán tutoría"
Muy pocos
Para que esta propuesta de sus resultados, es imprescindible que el área sea dotada de mayor personal, precisamente, de más trabajadores sociales. "Hoy sólo operan cuatro en toda la provincia. En realidad, había tres; hace tiempo se incorporó uno más y se llegó a cuatro. Por eso, lo primero para que funcione este programa es agrandar esa planta de personal" ya que estos cuatro trabajadores sociales están afectados a una población carcelaria de entre 1.500 y 1.700 internos. "Si hiciésemos una división, cada trabajador social tendría entre 500 y 600 personas por tutelado. Es decir, imposible de llevar a cabo el programa. Por eso la idea de la Dirección es instrumentar una primera etapa para este programa, donde se incorporen al menos veinte trabajadores sociales que permitan dividirlos entre Santa Fe y Rosario con entre 25 y 30 reclusos por profesional. Sólo de esa forma podríamos hacer realmente un trabajo de acompañamiento; ése es el número ideal con el que se puede trabajar correctamente.
El refuerzo de personal debe ir de la mano de otros programas, por ejemplo, de microemprendimiento. De lo contrario, los trabajadores sociales estarían haciendo asistencia sólo de oreja, y eso no sirve. A su ves no se pretende que con los programas orientados a lo pospenitenciario, que es cuando se asiste al interno después de que recuperó la libertad porque son los meses más críticos.
Antes y después
Por ahora, la Dirección de Control y Asistencia Pospenitenciaria tiene delegaciones en Santa Fe y Rosario, pero la intención es descentralizar y contar con locales en los cinco nodos. Se piensa desde la Dirección hacer convenios con municipios y comunas, porque hasta ahora, lo único que se hacía en muchas localidades era un control formal. Por ejemplo, cuando se trataba de un recluso del interior, el juez comunal iba una vez por mes, firmaba y ahí quedaba todo. Sólo un control formal. Como uno de los objetivos de la Dirección es empezar a asistir al interno tres meses antes de su liberación, confían en que ello ayude a disminuir también la reincidencia.
Se buscará el captarlos antes de que recuperen la libertad para prepararles el afuera, haciendo un abordaje personalizado. Por eso, se necesita sí o sí más profesionales. Hacer un seguimiento con cuatro asistentes es simplemente imposible.
Funcionamiento:
La Dirección de Control y Asistencia Pospenitenciaria les brinda a los liberados ayuda económica a cambio de contraprestaciones y también los fomenta a crear sus propios microemprendimientos.
El gobierno de Santa Fe puso en marcha los programas de Asistencia Pospenitenciaria y Microemprendimientos, para promover la inserción social de ex presidiarios. El primero consiste en brindarles un apoyo económico –con otorgamiento de fondos–, a cambio de contraprestaciones controladas. El segundo, por su parte, plantea la inserción y capacitación laboral que se desarrollan con herramientas entregadas en comodato.

Lo que se busca como institución, es generar –en los tutelados– sensaciones de autonomía, independencia y confianza en sí mismos. Se intenta brindarles, a través de los cursos de formación que también llevamos adelante, las herramientas necesarias para que puedan encarar la vida de una forma diferente. En síntesis, se podría decir que es una forma de darles otra oportunidad.
La incorporación a los programas no es automática sino que se pone en marcha luego de las evaluaciones que realiza un equipo interdisciplinario de la Dirección de Control y Asistencia Pospenitenciaria (ex Patronato del Liberado), dependiente de la Subsecretaría de Asuntos Penales del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
Cambiarle el nombre a la entidad y se hizo con el fundamento de quitarle el nombre de «patronato» que es una palabra que tiene una impronta paternalista y lo que se buscaba era abandonar ciertas prácticas culturales de asistencialismo y formarlos en la autodeterminación.-
   
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    Los proyectos
En el marco de los programas de inserción laboral, desde el año pasado funcionan microemprendimientos de distintas características en toda la provincia. “Actualmente hay 18 proyectos vigentes. Los rubros son variados, desde talabartería, pesca, panadería y rotisería, jardinería, refrigeración y bicicletería, almacén, taller de corte y confección, entre otros. La idea es que a medida que la persona vaya creciendo con su iniciativa pueda devolver las herramientas que se le prestaron para iniciar con su labor.-
La intención final es que los microemprendimientos puedan crecer y lograr que los titulares del mismo puedan inscribirse como monotributistas, solventen sus gastos de vida con el mismo y a su vez sirvan como ejemplo para los chicos y jóvenes que ingresarán en el futuro como tutelados a la institución.
En el caso del Programa de Fondos de Asistencia Pospenitenciaria –que está en vigencia desde agosto del corriente año (2009) –, hay diez personas que desarrollan tareas inclusivas a las que se sumarán otras veinte hasta fin de año. En ese sentido, dos mujeres se desempeñan actualmente en la delegación Santa Fe y Rosario de la Dirección de Control y Asistencia Penitenciaria, y cinco varones en el Registro Civil de la capital provincial y uno en el de Rosario.

Además, hay un tutelado en la Dirección de Despacho del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y una tutelada en un Centro de Asistencia Familiar, dependiente del Ministerio de Desarrollo Social, ambos de la ciudad de Santa Fe.
Los beneficiarios reciben una ayuda económica de 500 pesos mensuales durante seis meses no prorrogables, a cambio del cumplimiento de contraprestaciones de distinta naturaleza.
 
   
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Capacitación

Desde la Dirección de Control y Asistencia Pospenitenciaria se coordinan muchos cursos de capacitación sobre diversas técnicas. Los mismos tienen como objetivo lograr que las personas que vivieron en una situación de encierro –por circunstancias determinadas– “no vuelvan a reincidir en sus hechos” y “tengan otra oportunidad en sus vidas”.
¿Y ahora qué?, esa pregunta surge de parte de los llamados tutelados (quienes reciben los beneficios de fondo de asistencia o microemprendimiento) cuando los plazos establecidos se acaban.

“No hay un chau hasta luego de parte de la Dirección y eso es fundamental. Una vez que se cumple el término de un año para que ellos puedan devolver las herramientas que se le dieron en comodato o los seis meses, que es el tiempo estimado de ayuda económica, se hace un análisis del desempeño que tuvo la persona y se busca la forma de ayudarlos.-
La elección del beneficiario no es algo que se realice al azar sino que surge de una selección previa que realiza un equipo interdisciplinario, quienes evalúan la viabilidad de la inserción social de una persona y sobre todo de su proyecto a emprender o su tarea a realizar.
Lo que se pretende es superar la tendencia a la pasividad y la espera del tutelado de que el Estado tenga que ser quien les brinde todo, hasta por una cuestión de educación. Además, comprobamos que la persona también tenga una capacitación previa en la tarea a desarrollar (aunque no es excluyente); se pide que tenga DNI y si no lo tiene que haga los trámites para iniciarlo, que tenga formación primaria y efectúe chequeos en salud, hay que tener en cuenta que para que sea completo y formal las exigencias son tanto para él como para todo su entorno familiar”.
Ayuda económica y emprendimientos para reinsertar a ex presidiarios
Los internos que pasan una evaluación reciben 500 pesos mensuales durante seis meses a cambio de una contraprestación. Otros participan en microemprendimientos y reciben las herramientas en comodato. Por ahora, se trata de experiencias piloto lo que está llevando a cabo la Dirección por lo que con mucha expectativa se esperan buenos resultados.-.
Las personas que cumplieron con su condena y resultan beneficiarias del Fondo Pospenitenciario reciben por mes una ayuda económica de 500 pesos durante seis meses no prorrogables, a cambio de diferentes contraprestaciones. Además de las tareas inclusivas (administrativas o de mantenimiento) en reparticiones públicas o privadas, se realizan trabajos relacionados con la educación, la salud y la documentación. Para ser tenidos en cuenta en el programa, los interesados deben documentar que han cumplido con la escolaridad primaria (de lo contrario, deberán iniciarla o continuarla) y que sus hijos están escolarizados, entre otros requisitos.

 

 

         
 

 

 

         

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